Las claves
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El magistrado Arturo Zamarriego ha admitido a trámite la querella presentada por el que fuera portavoz de Sumar, Íñigo Errejón, contra la actriz Elisa Mouliaá, a la que atribuye haberle acusado de cometer un presunto delito de extorsión sobre dos testigos que declararon en la causa en la que él fue investigado por una supuesta agresión sexual.
En la misma resolución, el juez del Juzgado de Instrucción número 9 de Madrid fija para el próximo 17 de febrero la comparecencia tanto del exdiputado como de la intérprete, que deberán acudir en calidad de investigado y denunciada, respectivamente.
En su auto, Zamarriego aprecia que los hechos relatados en la querella "presentan características que hacen presumir la posible existencia de delito" de calumnias, por lo que abre diligencias previas para esclarecer si las manifestaciones públicas de Mouliaá sobre Errejón rebasan los límites de la libertad de expresión.
Antes de llegar a este punto, la defensa del exdirigente político había promovido un acto de conciliación y reclamado a la actriz una compensación económica de 10.000 euros en caso de que no se retractara de sus declaraciones, propuesta que ella rechazó y que dejó expedita la vía penal.
En el escrito que dio origen a la querella se subraya que el 20 de junio comparecieron como testigos Borja y Soraya, organizadores de la fiesta en la que presuntamente se habría producido la agresión sexual denunciada por Mouliaá.
"Mouliaá reaccionó en su red social X (antes, Twitter), difundiendo afirmaciones falsas sobre Errejón respecto de la relación de éste con dichos testigos, con los que se habría comunicado, imputándole falsamente un delito de extorsión para que testificaran a su favor", explicaba en un escrito.
El texto de la querella incorpora varios mensajes publicados por la artista en dicha red social, entre ellos uno especialmente relevante para el procedimiento: "NO. Errejón se negó a entregar su móvil porque había extorsionado a dos de mis testigos. No inventéis la realidad".
La querella expone cómo Mouilaá mantuvo conversaciones con la testigo, que había sido su amiga antes de que esta declarase ante el juez, en las que la testigo le dijo que no sucumbiría a sus presiones y contaría "la verdad". En cambio, esta testigo nunca habló con Errejón.
Añade que el otro testigo escribió, de 'motu proprio', un correo a Errejón porque discrepaba de lo que contaba Elisa Mouliaá y consideraba que Errejón sufría "un linchamiento" y "una injusticia", tras lo que mantuvieron una breve conversación por WhatsApp a iniciativa del testigo, sin que Errejón le indicara nada sobre lo que debería declarar.
"Elisa Mouliaá Ruiz de Elvira actuó ilícitamente, con el único fin de difamar, menoscabar el honor, destruir la credibilidad y honorabilidad de Iñigo Errejón Galván, imputándole falsamente la comisión de un delito de extorsión respecto de dos testigos", solo porque "declararon la verdad de lo sucedido esa noche", concluye la querella.
Ese tipo de manifestaciones, que vinculan directamente al exdiputado con supuestas maniobras ilícitas sobre testigos, son las que el juez analizará ahora para determinar si constituyen un delito de calumnias perseguible a instancia de parte.
