Un "exceso de lijado" que produjo un "corte" o "discontinuidad" en una de las pistas de la tarjeta de memoria del móvil de Dina Bousselham es el motivo por el que no se puede acceder al contenido del dispositivo, según ha concluido la Policía Científica en un informe remitido al juez de la Audiencia Nacional García-Castellón, al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL.

El informe pericial, fechado el pasado 12 de agosto, aleja las sospechas existentes sobre Pablo Iglesias como causante de los daños que presentaba la tarjeta SD de su antigua colaboradora. La investigación ha permitido descubrir que el vicepresidente segundo del Gobierno retuvo el dispositivo en su poder durante meses tras acceder a su contenido.

La Policía Científica afirma que el lijado que presenta la tarjeta de memoria en su reverso es "compatible con un intento de recuperación del contenido de la memoria" por parte de un laboratorio especializado en rescatar la información almacenada.

Esta conclusión es coincidente con las explicaciones que ha dado a la Audiencia Nacional la empresa del Reino Unido que trató de acceder a los archivos de la tarjeta por encargo de Ricardo sa Ferreira, expareja de Dina Bousselham.

Causa de los daños

El pasado 5 de junio el juez García-Castellón encargó a la Policía Científica un informe pericial sobre los daños que tiene la tarjeta de memoria entregada por Dina Bousselham en el Juzgado "y las causas u origen de los mismos".

Foto del anverso de la tarjeta SD del móvil de Dina Bousselham./ María Peral

Desde que el pasado 25 de mayo retiró a Pablo Iglesias la condición de perjudicado en la pieza Dina, el instructor del caso Tándem está tratando de determinar si existen elementos para elevar al Tribunal Supremo una exposición razonada contra el vicepresidente segundo del Gobierno.

El magistrado está convencido de que Iglesias ha pretendido instrumentalizar el proceso judicial para obtener réditos políticos como presunta víctima de Villarejo, pese a que su conducta en el asunto de la tarjeta del móvil de Dina dista de estar clara.

El líder de Unidas Podemos no sólo vio la información personal que contenía la tarjeta de memoria del móvil de su antigua colaboradora sino que, además, retuvo el dispositivo durante varios meses desde que en enero de 2016 lo recibió de Antonio Asensio, presidente del grupo Zeta.

El juez ha reprochado a Iglesias que tuviera en su poder la tarjeta, viera la información "personal e íntima" que contenían sus archivos, supiera que había sido obtenida de forma ilícita al ser producto de un robo y, sin embargo, no la devolviera a Dina ni cuando él la recibió (enero de 2016) ni cuando su contenido empezó a ser difundido en los medios (julio de 2016) y ello pese al "carácter particularmente degradante y vejatorio que el hecho tenía para Dina Bousselham, su compañera de partido, en la medida que la tarjeta almacenaba fotografías, documentos y otros archivos de su esfera más íntima que habían acabado en manos de un medio de comunicación".

García-Castellón ha sugerido, así, la posibilidad de que el vicepresidente segundo del Gobierno deba responder de supuestos delitos de descubrimiento de secretos y de daños, ya que -según declaró inicialmente Dina- cuando Iglesias le devolvió la tarjeta "no funcionaba", por lo que "nunca la he llegado a abrir".

Bousselham cambió luego su declaración para exonerar a su jefe: mandó un escrito al juez asegurando que la tarjeta "inicialmente funcionaba" y que "cuando volví a tratar de acceder a ella, dejó de funcionar".

El informe de la Policía Científica sobre qué daños presentaba la tarjeta de memoria y cómo pudieron producirse no proporciona a García-Castellón elementos para vincular la Iglesias con el deterioro del dispositivo, tal como ya pronosticaba en sus dictámenes la Fiscalía Anticorrupción.

El informe ha sido realizado por dos inspectores adscritos a la Sección de Ingeniería e Informática Forense, que explican que, en primer lugar, realizaron un examen externo de la tarjeta del móvil de Bousselham.

El reverso, lijado

Apreciaron que no existen fracturas externas sobre la superficie de la tarjeta, pero en su reverso "existe una zona que parece haber sido sometida a un proceso de lijado". Fuentes de la investigación han señalado que ese lijado corresponde a la 'quemadura' identificada en un inicial informe policial como el daño que aparecía en el dispositivo.

Reverso de la tarjeta SD donde aparece el lijado./ E.E.

El lijado aparece "en la zona en la que se localizan los puntos de lectura directa sobre la memoria a través del interfaz Nand".

Los peritos utilizaron después un microscopio para examinar la zona donde aparece el lijado. "Se observa cómo una de las pistas ha sufrido un corte y, realizando la comprobación, mediante el uso de un polímetro, se confirma que la citada pista presenta discontinuidad en la conductividad eléctrica".

Examen al microscopio de la zona lijada./ E.E.

A continuación los autores del informe intentaron leer la tarjeta mediante dos procedimientos. Primero utilizaron un dispositivo de lectura de tarjetas SD conectado a la estación forense mediante el puerto USB "a través de un bloqueador hardware para evitar alteraciones sobre la información almacenada en la memoria". Por esta vía "se produjo un error que impide finalizar el procedimiento" de acceso al contenido.

El segundo intento fue mediante la lectura directa de la memoria, "procedimiento utilizado cuando la controladora de la tarjeta se encuentra dañada, utilizando los pines

que han sido descubiertos mediante el proceso de lijado descrito y empleando una configuración de los pines específica para la marca y modelo de la tarjeta".

Discontinuidad en un pin

"No se ha obtenido resultado positivo, no habiendo sido posible la lectura", señalan los peritos. Ello se debe a que en la tarjeta hay un pin que presenta "una discontinuidad", el pin que "corresponde con la señal ALE (Address Latch Enable) la cual es necesaria para poder realizar la lectura del chip de memoria".

Detalle del punto de conexión afectado por un corte./ E.E.

Las conclusiones que alcanzan los peritos son, en primer lugar, que la tarjeta entregada por Dina "presenta daños en la parte posterior izquierda producidos por el lijado de la cubierta protectora".

"El citado lijado", apuntan en segundo lugar, "deja al descubierto los puntos de conexión directa a la memoria de la tarjeta, por lo que sería compatible con un intento de recuperación del contenido de la memoria, una vez que se ha detectado un fallo en la controladora de la tarjeta que impide su normal funcionamiento".

Los peritos explican que ese lijado se suele realizar mediante la utilización de un

lápiz de fibra de vidrio o bien mediante lija de grano muy fino.

La tercera conclusión señala textualmente que "la técnica descrita en el punto anterior sería empleada por los laboratorios especializados en recuperación de información de este tipo de dispositivos".

En cuarto lugar, indican que uno de los puntos de conexión del interfaz Nand presenta una discontinuidad en su pista "debida, al parecer, a un exceso de lijado y este daño puede impedir la lectura de la memoria".

Finalmente, concluyen que "al no poder realizarse la lectura del contenido de la memoria no se puede determinar si existían daños previos a la discontinuidad encontrada en la tarjeta, qué partes están afectadas por los mismos ni

el momento en que se produjeron".

Explicación de los informáticos

Las conclusiones de los agentes de la Policía Científica cuadran con el informe que envió al juez García-Castellón el responsable de la empresa informática de Bridgeng (Gales, Reino Unido) a la que la mercantil española Recuperación Express envió en septiembre de 2017 la tarjeta SD por encargo de la expareja de Bousselham para ver si era posible acceder a su contenido.

Los informáticos galeses han comunicado al juez que el dispositivo estaba "físicamente intacto" y "no presentaba cortocircuitos".

Explicaron también que retiraron el revestimiento de plástico que recubría los pines, operación que realizaron "con una pluma de fibra de vidrio o papel de lija hasta que la 'huella' puede ser identificada".

Pese a las operaciones realizadas, los informáticos de Gales no pudieron acceder al contenido mediante su 'software' especializado en recuperación de datos.

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