Isabel Díaz Ayuso (PP), Ángel Gabilondo (PSOE), Edmundo Bal (Ciudadanos), Mónica García (Más Madrid), Rocío Monasterio (Vox) y Pablo Iglesias (Unidas Podemos) debaten este miércoles en Telemadrid a partir de las 21:30. Lo van a hacer durante dos horas y en torno a cinco temas: "Madrid en pandemia", "el reto sanitario", "el reto social", "reactivar Madrid" y "pactos de gobierno".

La cita va a ser moderada por Jon Ariztimuño y María Rey, director de informativos y presentadora de la cadena respectivamente. Habrá preguntas de los periodistas y... mucho intercambio de golpes. Telemadrid, en un comunicado remitido a los medios, se ha comprometido a evitar la "sucesión de monólogos".

Se trata de una cita clave para los contendientes. La primera prueba de fuego de la campaña. De ahí que sea un buen momento para analizar el estado de salud electoral de cada uno de ellos. Esas circunstancias son las que determinan hasta dónde puede -y debe- arriesgar un candidato en el debate.

Ayuso y el tamaño de la victoria

Isabel Díaz Ayuso es la que más se juega. Ni una sola encuesta pone en entredicho su victoria electoral el próximo 4 de mayo. La pregunta es: ¿con quién pactará para gobernar? ¿Cuántos escaños le faltarán para la mayoría absoluta? Dos interrogantes que ponen de manifiesto esta premisa: tiene poco que ganar... y mucho que perder.

A esa conclusión ha llegado su gabinete. La presidenta de la Comunidad sólo va a participar en el debate de este miércoles y ha declinado las invitaciones del resto de televisiones. "Es de primero de política. Si la cosa te va bien, debate lo menos posible. Hay que minimizar riesgos", relata a este periódico un importante miembro de la dirección nacional del PP.

Dicho y hecho. Sus adversarios sólo van a tener una oportunidad para intentar arrimarla a sus contradicciones. Ayuso, consciente de la importancia de la cita, se encerró en su casa la tarde de este martes. Sola, sin miembros de su equipo. "La presidenta necesitaba ese tiempo para repasar apuntes y mucha documentación", cuenta uno de sus colaboradores de confianza.

Este miércoles, día del debate, sí tiene agenda programada: una entrevista de radio y algún acto. Después, por la tarde y hasta la hora del debate, trabajo con su gabinete. "¿Consejos? Los de verdad no se pueden publicar y el resto... no te va a servir", reseña otro de sus ayudantes. Una frase que refleja bien la capital importancia del evento.

El enigma Gabilondo

Ángel Gabilondo no termina de despegar en campaña. Las encuestas le garantizan el segundo puesto, pero a una distancia sideral de Díaz Ayuso. Cabe recordar que, en 2019, él ganó las elecciones y que un pacto entre PP, Ciudadanos y Vox le dejó fuera de la Puerta del Sol. Pedro Sánchez se ha volcado en los mítines, pero eso tampoco parece alterar el tablero.

Ayuso ha decidido ningunearle y confrontar directamente con el presidente del Gobierno. Una estrategia que deberá desmontar el socialista. El propio Gabilondo, en una entrevista con este periódico celebrada el día antes de la cita, decía: "El debate es una operación televisiva. Tiene unas connotaciones y responde a unos modelos que determinan el espacio de la conversación".

Una manera de reconocer que el toma y daca no es lo suyo. Gabilondo corre el peligro de diluirse en las estocadas cruzadas de sus adversarios. "Cualquier voluntad de ser explicativo... Conviene tener ideas claras y explicarlas con claridad", resumía a la hora de detallar su método de preparación.

Muy veterano en estas lides, no ha realizado grandes cambios en su agenda de campaña para preparar la contienda. Estudio personal de datos y conversaciones con su equipo.

La presentación de Mónica

Sucede con Mónica García algo, a priori, paradójico. Es la candidata menos conocida de los seis, pero los sondeos vaticinan un tercer puesto y alrededor de veinte escaños para Más Madrid. Los de Errejón llevan toda la legislatura realizando un exhaustivo trabajo tanto en la capital como en distintos municipios, lo que parece estar cristalizando en la intención de voto.

Las fuentes de Más Madrid consultadas por este periódico reconocen que el debate será complejo debido a ese papel de principiante. García no ha enfrentado antes una cita similar. Sin embargo, sus compañeros están convencidos de que su experiencia parlamentaria en la Asamblea será más que suficiente para superar el miedo escénico.

La dirección de Más Madrid confía en la espontaneidad de García y en su relato biográfico: médico anestesista, madre de tres hijos, activista procedente de las mareas blancas. "Gusta mucho cuando se da a conocer. Por eso somos optimistas con el debate. Porque servirá de plataforma para que la conozca mucha más gente", relatan desde la organización liderada por Errejón.

La oportunidad de Bal

Edmundo Bal sabe que el debate es su oportunidad para decantar la balanza. La gran mayoría de las encuestas publicadas le sitúan fuera de la Asamblea de Madrid, pero casi todas ellas auguran una dinámica ascendente. Los sondeos internos, de media, oscilan alrededor del 4,8%. Es decir: un 0,2% menos del límite estipulado para obtener representación parlamentaria.

"Creemos, honestamente, que Edmundo e Iglesias son los dos mejores candidatos para debatir, los que más cualidades tienen. Eso nos abre la puerta", arguye un importante dirigente de Ciudadanos en charla con este periódico.

En la formación liberal, preparan la cita conscientes de que la desaparición en Madrid podría desatar el principio del fin, pero no conciben el debate como un riesgo, sino como una gran oportunidad: "Sólo tenemos cosas que ganar. Además, Edmundo tiene una cabeza muy potente. Memoriza datos, es muy rápido, sabe buscar los puntos débiles al rival... Vamos con todo".

El desquite de Vox

Rocío Monasterio acude con una difícil misión: la de abrir espacio a Vox en una Comunidad donde el PP no ha exhibido ningún giro al centro. La táctica de Casado no se ha llevado a cabo en Madrid y eso dificulta la razón de ser de los de Abascal. Basta con estudiar la distancia que separa a ambos partidos tanto en el Congreso como en el resto de Comunidades.

De ahí que Vox haya echado el resto en campaña con los murales en la estación de metro de la Puerta del Sol, en la que comparan el dinero que dedica el Estado a un mena con la pensión de una abuela. Límites que saben no va a cruzar el PP.

También enfatizan, estos últimos días, en que Vox es el único partido que puede abolir el toque de queda, ya que Ayuso se ha comprometido a aplicarlo en caso de que se prorrogue el estado de alarma.

Rocío Monasterio irá al cuerpo a cuerpo con Iglesias para poner sobre la mesa su lema "totalitarismo o libertad", pero también lo hará -y mucho- con Ayuso para explicitar las diferencias que separan ambos proyectos.

El último Pablo Iglesias

El pasado domingo, Pablo Iglesias dio un mitin en Lavapiés. Aseguró que le dicen que "está acabado", pero él pronosticó para la izquierda el gobierno de la Comunidad de Madrid. Las encuestas le sitúan como quinta fuerza. Una circunstancia que, de cumplirse, ilustraría un estrepitoso fracaso electoral.

Sin embargo -así lo hará también en el debate-, Iglesias intenta insinuar que su voto está oculto debido a una confabulación de "medios comprados" contra él. Esa fue la clave de bóveda de su mitin en Lavapiés.

El líder de Podemos necesita a Vox. Intentará confrontar con Monasterio para movilizar al electorado de izquierdas. Se enfrentará a la "ultraderecha" y buscará comparar continuamente a Ayuso con Abascal.

El eje Vox-Podemos -está por ver si Ayuso se suma- llevará al plató la polarización que viene tensando la política madrileña en los últimos meses.

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