El segundo día del debate de los Presupuestos comenzó con la toma de posición de Unidas Podemos, el mayor grupo de los que no presentaron enmiendas a la totalidad. Al frente de los morados, Pablo Echenique. El dirigente de los de Pablo Iglesias, que este miércoles había celebrado el apoyo de los herederos de Batasuna para "la dirección del Estado", aplaudía la mentira de Hacienda con el IVA de las mascarillas y se erigió en "portavoz de los que no tienen voz" para "decir al menos alguna verdad desde la tribuna".

Su alocución, en la que se centró en apalear a Ciudadanos para que termine de irse de la foto, trataba de justificar con palabras los hechos reales de las cuentas públicas. Por ejemplo, que el PSOE no ha aceptado la radical y masiva subida de impuestos que reclamaba Podemos -"más me gustaría a mí que tuviésemos 100 diputados"-. Echenique lo trató de tapar con una afirmación destinada a los titulares, la de que "estos Presupuestos acaban con la austeridad".

Estableciendo lo que "es una buena noticia" y lo que no, colocó entre las priemras que "éste sea el mayor techo de gasto de la historia, que sube un 53% desde el año pasado". Y posteriormente, Echenique añadía un nuevo ingrediente al brebaje que el Gobierno rojimorado de Pedro Sánchez le está haciendo tragar a Ciudadanos: "Efectivamente, 'esto es gasto, gasto gasto', como decía Edmundo Bal"... aunque admitía que todo ello hará crecer la deuda pública en 20 puntos del PIB los próximos años. Claro, que "para proteger a la gente", es decir que también debe de ser una buena noticia.

Echenique apalea a Cs y advierte de que quiere "mucho más" de la mano de Bildu y ERC

"Vox es Cs con coñac"

Echenique arrancó los aplausos de su bancada cuando tiró de sarcasmo y colocó sobre el escaño de Inés Arrimadas las supuestas piezas del "desmontaje de la reforma laboral del PP, que llegará en breve, no se preocupen". Y un presunto certificado de la humillación a los naranjas porque "ni siquiera han estado en la mesa de las decisiones".

Se trataba de negarle cualquier influencia a los naranjas en la ausencia de la reforma fiscal que pedía Iglesias -"nada, ustedes no han logrado nada"-. Y de restregarle el presunto éxito morado de la intervención del mercado del alquiler, un compromiso socialista que está fuera de los Presupuestos. Veremos si llega.

"Es un argumentario fake eso de que Ciudadanos ha colado cosas de derechas en estos Presupuestos. Lo hacen para zafarse de Vox, que hace su mismo discurso pero bien cargado de coñac, pero no podrán huir de la foto de Colón, señora Arrimadas, porque usted depende de la ultraderecha para ser algo".

Es decir, que la fijación de postura de Unidas Podemos, miembro del Gobierno de coalición, consistió en una enmienda a la totalidad a uno de los grupos que vota  a sus propios Presupuestos. La estrategia evidente de los morados ha sido estos meses la de apretar a Sánchez para irle llevando a posiciones, y a asociaciones -Bildu, Esquerra...-, que hicieran imposible que siguiera jugando a contar con Arrimadas.

Al líder del PSOE y presidente del Gobierno, la presencia de los liberales le servía para abaratar los costes de sus pactos con la izquierda independentista. "Ojo, señora Arrimadas, ¿va a acabar apoyando unos Presupuestos socialcomunistas?", llegó a plantear Echenique entre risas. Ya huele el éxito.

El precio sube

Ahora, una vez logrado que los liberales se revolvieran este jueves, cuando la líder naranja exigió al presidente que "elija socio, o ERC y Bildu o nosotros", Echenique llevó a la tribuna la chequera morada. La que se le quedó en el cajón a Iglesias cuando no logró que Sánchez hiciera honor al abrazo de hace un año -justo un año- aceptando siquiera cumplir, en estas cuentas públicas, el acuerdo que sellaron con ese gesto. 

"Hay que hacer más cosas", advirtió. Y desgranó una enmienda dialéctica a los Presupuestos que pretende mantener la presión de Iglesias contra el Gobierno del que es vicepresidente: ampliar en perceptores el IMV y subirlo en montante; prohibir los desahucios, ya sea de hipotecados como de arrendadores; prolongar las moratorias a los alquileres; aumentar los subsidios a autónomos y Pymes, hasta ahora fracasados; y sobre todo, subir el impuesto de Sociedades, el de los rendimientos de capital, e inventar el de las grandes fortunas y a la banca.

Con más diputados de ERC y Bildu en el Hemiciclo que ministros -sólo seis presentes de los 22 que forman la bancada azul-, Echenique cerró con alabanzas "a las señorías de los grupos de la investidura". Les admitió que "no estamos de acuerdo en algunas cosas", pero sólo citó su anhelada secesión de Cataluña y País Vasco entre ellas. Y los conminó a "trabajar juntos en construir una república plurinacional para este hermoso país de países".

Es decir, a que los golpistas de Esquerra y los herederos del partido de ETA se sumen a la "conducción del Estado".

Noticias relacionadas