Marta Pascal (Vic, 1983) pasó de ser la delfín de Artur Mas en Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) a una de las primeras purgadas por Carles Puigdemont por haber sido, junto a Pablo Iglesias, la principal muñidora de la moción de censura contra Mariano Rajoy. 

Su apuesta por el pragmatismo político, seña de identidad de la ya extinta CDC, no congeniaba con la estrategia frentista marcada desde Waterloo. Ahora, y debido al cataclismo que ha ocasionado el procés en el espacio posconvergente, se fue del PDECat y lidera el nuevo Partit Nacionalista de Catalunya.

Pese a su juventud, Pascal reivindica el "legado de Pujol" y ve en el PNV "un referente". No se le escapa que el debate político en Cataluña sigue estando lejos del autonomismo en el que se movía la antigua Convergència, pero aboga por empezar a hablar de gestión y dejar de lado el simbolismo, pero sin renunciar "al ideal nacionalista". 

En su última comparecencia, Mas apeló a la unidad de JxCat y PDECat. Al PNC, que procede de ese mismo espacio que quiere recomponer, ni lo mencionó.



La verdad es que me siento lejos de esta batalla de siglas, de nombres, de cuotas y de cargos que tienen en el PDECat. Ya no esperaba que Mas hablara del PNC, asumiendo que es un partido nuevo. De raíz convergente, porque muchas personas vienen de ese espacio político, pero lo trasciende en la medida de que hay gente que viene de otras tradiciones políticas. El PNC es una apuesta nueva.



¿El PNC es de derechas? Lo digo porque ningún partido en Cataluña se define de derechas…



El PNC es un partido de orden y de centro. Con una opción de hacer política útil y pragmática. Es decir, no venimos a situar nuevos problemas sino a encontrar soluciones y a trascender un poco las etiquetas izquierda-derecha o independentista-no independentista.

Creemos que en Cataluña, desde el punto de vista de la relación entre Cataluña y España, se han hecho dos bloques y entendemos que este no es el momento de los bloques. Nos situamos en un centro radical y desacomplejado. Un partido de orden pero con una vocación transformadora y progresista muy evidente.



¿El PNV es su referente?



Sí. Somos un partido de estricta obediencia catalana. Nacido en Cataluña y con vocación de hacer política en Cataluña y en aquellos espacios que pueden representar los intereses de los catalanes, como son el Congreso, el Senado o el Parlamento europeo. Sí que decimos que nos gusta la forma del PNV de hacer política, que combina los ideales con ser útil a los ciudadanos. Es un referente en este sentido.



¿Cree que en Cataluña, con todo lo que ha pasado en los últimos tiempos, hay espacio para volver a la política autonomista anterior al procés



Estamos en un momento de una complejidad extraordinaria. No solo política, también social. Al final, entre los ERTE y el paro, 1.300.000 catalanes están en una situación laboral complicada. Esto es una mala noticia para el país que se debe solucionar. Estamos intentando plantear un proyecto que busque interlocutar con aquellas personas que quieren fortalecer las instituciones catalanas, el autogobierno y apuesten por un soberanismo o pacto fiscal. Y esto puede llevar también a aquellas personas que son independentistas, como es mi caso, que defendemos para Cataluña una solución que pase por un referéndum pactado.

Mientras tanto, fortalecer nuestras instituciones y la relación de bilateralidad con el Gobierno. Una relación clara y bien definida para seguir defendiendo nuestras competencias, además de blindarlas y que crezcan.

Apostamos por un soberanismo fiscal



¿Cree que ahora es buen momento para pedir un referéndum o es prioritario gestionar la crisis sanitaria y económica?



Es una emergencia solucionar el tema sanitario. Tendremos que convivir con este virus un tiempo más, al menos hasta que no tengamos una vacuna. Esto tensiona al sistema sanitario y nos obliga a repensarlo y poner más recursos. Pero esto no es incompatible con el ideal de resolver el conflicto político con el Estado. ¿Esto se resuelve mañana? No. ¿Se resuelve con confrontación, unilateralidad, tensionar las instituciones, con activismo político o judicializando? Pues tampoco.

Es perfectamente compatible centrarnos en la gestión del día a día y no renunciar a cualquier ideal nacionalista como el de intentar dotar a Cataluña de un Estado. Pero ahora mismo lo que está pasando en Cataluña y las dificultades económicas y sanitarias que se están planteando merecen soluciones urgente.



¿No renunciaís a un referéndum de autodeterminación?



Creo que en el siglo XXI la mejor solución para dar respuesta a un conflicto de cauce político es un referéndum acordado. Pero también soy consciente de que esto requiere de todo un proceso de reencuentro para buscar este referéndum pactado y mientras tanto mantener esta relación bilateral con el Gobierno español e intentar dar soluciones a los problemas del día a día. Creo que no es incompatible defender la gestión exigente con el ideal nacionalista de defender nuestro país.



En este sentido, ¿la Mesa de Diálogo le parece un buen comienzo o cree que es puro teatro?



Creo que es necesaria. Y que es necesario que ambas partes estén ahí por convencimiento y no para quedar bien. Hay que exigir al Gobierno de la Generalitat y al de Pedro Sánchez que realmente busquen soluciones y resolver la situación de la gente que ahora mismo está en prisión. Hay que ver cómo recuperamos una confianza que debe de ser mutua. No solo Cataluña respecto a España, sino también España respecto a Cataluña. Cómo el Estado satisface una serie de exigencias y de incumplimientos de presupuestos, de infraestructuras, etc. que están pendientes aún. Hay todas unas obligaciones que no se pueden dejar de lado.



Y es evidente que, por parte del Govern, lo que no puede pasar es que se ponga la línea roja en la autodeterminación. Y que si no se habla de autodeterminación no se hable de nada. Porque esto significa el bloqueo y venimos de mucho tiempo de bloqueo y de mirar atrás.

Marta Pascal, presidenta del PNC. E.E.

Ahora que el PDECat se ha liberado de Puigdemont, ¿hay posibilidad de acuerdo para concurrir juntos a las elecciones?



El PDECat todavía se debate en si hacer o no un pacto con Junts per Catalunya. Lo digo por las recientes declaraciones del president Mas. Yo creo que primero se tienen que aclarar y decidir dónde están exactamente. No es un tema de una sola votación en el Parlament o en el Congreso, sino de tener una línea estratégica clara.

Nuestra ambición es presentarnos a las elecciones y representar, desde este catalanismo desacomplejado, nacionalista y que defiende las instituciones, hasta esas personas que se sientan independentistas y que creen que la solución pasa por un referéndum acordado. Cabemos mucha gente y además creo que una propuesta que desde el punto de vista ideológico se sitúe en el centro y en buscar soluciones y en hacer las cosas bien hechas, es lo que ahora necesita Cataluña.



¿Cuál sería la diferencia principal entre el PNC y el PDECat?



La coherencia. Nosotros nunca hubiéramos votado a favor del impuesto de sucesiones. O defendemos el modelo único catalán de escuela pública y concertada. Estamos con los dos. No pondremos trabas a la escuela concertada. Es este elemento de coherencia, de plantear un proyecto nuevo, que quiere ser útil a los ciudadanos y que se aleja de cualquier elemento de confrontación o de unilateralidad. Y que concibe el 1 de octubre como una expresión democrática muy potente pero que no considera que sea un mandato democrático como el que ellos plantean.



Por otra parte, queremos ser parte de la solución y venimos con la vocación de presentarnos y de sumar. Ahora mismo no tenemos ningún proceso de negociación con nadie, pero evidentemente hemos hablado con todos y seguiremos hablando con todos.

En la última votación en el Parlament sobre la regulación de los precios de alquiler, el PDECat se desmarcó de JxCat.



Nosotros habríamos votado en contra también. La solución no pasa por regular los alquileres, sino de parque de vivienda pública. De proteger a los pequeños propietarios y a la propiedad privada contra las ocupaciones, etc. El PDECat votó distinto, pero después salió el president Mas y habló de unirse otra vez con JxCat… Nosotros somos coherentes y no tenemos complejos en ser un partido de orden y de decir las cosas claras.



¿Falta más autocrítica por parte del nacionalismo de lo que representó el 1-O? Lo ha definido como “expresión democrática”...



Creo que el independentismo ha hecho mucha autocrítica. Ha faltado autocrítica por parte del Gobierno español. Creo recordar que en aquel momento Pedro Sánchez, que no era presidente, explicó que no le habían gustado las imágenes de la violencia policial. Del PP no lo oí en su momento.

En Cataluña hemos hecho mucha autocrítica del 1-O. Algunos más que otros. Porque algunos siguen sin renunciar a la confrontación y la unilateralidad. Nosotros hemos dicho que no se puede seguir por esta senda, pero tampoco se puede negar que el 1-O fue un momento en que una parte de la ciudadanía se expresó. Casi dos millones de personas habló y no me gustó ver los porrazos de la polícia. En una sociedad democrática esto no lleva a ninguna parte.



Hay sectores que la critican por haberse desmarcado demasiado tarde del 1-O y de la unilateralidad que ahora rechaza.



Hay dos momentos muy tristes para aquellos que defendemos la idea de independencia pero que no estábamos dispuestos a asumir la manera en que se estaban haciendo las cosas: el 6 y 7 de septiembre en el Parlament, donde algunos clarísimamente no nos gustamos. Yo ahí intenté plantear la posibilidad de que solo se aprobara la ley de referéndum pero no la de transitoriedad. Porque no tenía sentido hacerlo en aquellos términos, pero no logré convencer a aquellos que tomaban decisiones.

El otro momento fue el 27 de octubre, que algunos pedimos que no se proclamara la república porque no podíamos de ninguna manera implementar esa proclamación, no había capacidad de un cambio de estatus jurídico… Eso generó una sensación de que un proceso como este no era sencillo. Yo intenté, juntamente con Artur Mas o Santi Vila, convencer al presidente Puigdemont de hacer las cosas de otra manera. No proclamar la independencia y apostar por unas elecciones que nos fortalecieran desde el punto de vista del autogobierno y para evitar el 155.

Algunos no nos gustamos el 6 y 7 de septiembre en el Parlament

Si Torra es inhabilitado, ¿ERC debería desmarcarse del bloqueo y presionar para que hayan elecciones?



A mí no me gusta que el president pueda quedar inhabilitado por una pancarta. Me hubiera gustado no llegar aquí y hemos pedido al presidente de la Generalitat que se deje de tanto simbolismo y esté para hacer política útil. Dicho esto, me parece una mala noticia que otro presidente de la Generalitat esté en una situación de inhabilitación. Creo que lo razonable para el president Torra es convocar elecciones antes de esta vista porque él mismo afirmó en febrero que este Govern no tenía futuro. Lo mejor en estas circunstancias es que la gente se exprese en las urnas.

Por otra parte, si ERC estaba pidiendo elecciones antes de una eventual inhabilitación y pactaron punto por punto, pues supongo que tomarán sus decisiones si realmente son coherentes con lo que han pedido. Sino también estarán planteando humo y nada más.

Marta Pascal, presidenta del PNC. E.E.

Hay errores que el mismo Pujol ha reconocido… y el president Mas, a quien también respeto, recuerdo que cuando decidió hacer un paso al lado porque la CUP lo vetaba, le dije que nos equivocabamos porque nunca un partido antisistema debe condicionar a una formación de orden y de centralidad como era en aquel momento CiU. Se equivocó y algunos errores que han cometido a posteriori vienen de aquí. 



Ya que estamos en Madrid, ¿qué le parece la bajada del IRPF propuesta por la presidenta Isabel Díaz Ayuso?



Hay que entender bien si Ayuso usa el tema de la bajada fiscal como cortina de humo para tapar sus problemas de gestión o por qué lo hace. El PNC como modelo propone erradicar el impuesto de sucesiones y de patrimonio y que se rebajen los puntos del IRPF. Esto está en nuestro programa y creemos que es el camino, pero viendo también que la sociedad catalana y su modelo económico es un poco distinto que el que tiene Madrid.



Cataluña tiene el tramo autonómico más alto de España.



Sí, hay camino para reducirlo y por eso lo planteamos. Pero creo que Ayuso está usando el tema impositivo para tapar tanto su gestión como el tema de la moción de censura.

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