Defender los intereses del pueblo. Ése es el mantra que utilizan los populismos de izquierda y derecha para buscar una legitimidad extrainstitucional. En España, las formaciones políticas que representan ambas corrientes -Podemos y Vox, respectivamente- pelean encarnizadamente por arrogarse la representación del mundo obrero.

Aunque existe una amplia discusión intelectual acerca del significado preciso del populismo, lo cierto es que hay cierto consenso a la hora de destacar un rasgo fundamental de éste: la crítica a las élites y la loa al pueblo virtuoso, a la gente corriente, al mundo obrero.

Atendiendo a este rasgo fundamental, Vox y Unidas Podemos utilizan un mismo modus operandi: la desafección creciente de la ciudadanía hacia la élite política y el sistema para reclamar que la legitimidad reside en "el pueblo", a quien pretenden representar en exclusiva.

Esta batalla dialéctica entre las dos formaciones populistas para arrogarse esa condición vive ahora un punto álgido. 

Por ejemplo, Santiago Abascal anunció el pasado domingo su intención de crear un sindicato de trabajadores "anticomunista" que proteja a "todos los españoles" y no esté al servicio de "causas ideológicas".

Unidas Podemos contraatacó con una iniciativa parlamentaria para nacionalizar a 2,8 millones de inmigrantes. Es decir, considerar españoles de pleno derecho a todos los inmigrantes en situación regular e irregular que residieran en España el día que se declaró el estado de alarma y trabajaran "en actividades esenciales" durante el confinamiento. Ya había casus belli para una última batalla.

Batalla tuitera

Vox, a través de su cuenta de Twitter, criticó la iniciativa acusando a Podemos de utilizar a los trabajadores españoles "para su lucha de clases" y aseguró que ahora se sirven de "las víctimas del tráfico de personas" con tal de "tener nuevos siervos ideológicos".

"Lo de los trabajadores no cuela. Está claro que vosotros no los defendéis", espetó el portavoz parlamentario de Unidas Podemos, Pablo Echenique, a Vox.

Vox respondió entonces al líder morado en el Congreso asegurando que la formación de Pablo Iglesias convierte los barrios obreros en "estercoleros multiculturales" y sentenciaba: "No los defendéis, vosotros los maltratáis".

Echenique continuó el cruce de acusaciones aseverando que el partido de Abascal practica un "racismo desbocado" y sentenció: "Nosotros defendemos la dignidad de las personas migrantes que han venido a trabajar a España huyendo del hambre y de la guerra".

En definitiva, las dos formaciones viven una lucha encarnizada por arrogarse la condición de representantes del mundo obrero. Y, en consecuencia, viven también algo alejados de la realidad.

Porque un vistazo al resultado electoral más reciente en los cinco principales barrios obreros de España quita la razón a los hunos y los hotros. Como muestra, una reveladora cifra: el PSOE fue el partido más votado en esos cinco barrios de renta más baja en las grandes ciudades españolas.

Moratalaz (Madrid)

Moratalaz es uno de los 21 distritos que conforman la ciudad de Madrid, con la particularidad de ser el que tiene un menor renta media anual por persona (13.944€). Tenía 95.614 habitantes censados en enero de 2020.

En las últimas elecciones generales, celebradas el 10 de noviembre de 2019, el PSOE fue el partido más votado con un 29,65% de las papeletas. De cerca, le siguió el Partido Popular (25,9%). A una distancia considerable de estos porcentajes, Unidas Podemos (14,51%) quedó tercero y Vox (13,59%), el cuarto.

El Raval (Barcelona)

El Raval es el barrio más pobre de Barcelona (aunque es difícil encontrar datos estables, la renta media anual oscila los 7.500 euros por persona), y uno de los más pobres de España. Paradigmáticamente, la fuerza de Podemos y Vox en el barrio del distrito de Ciutat Vella es más bien escasa. Especialmente, la del partido de derecha radical.

El Raval tiene, según su página web oficial, 47.274 habitantes. Su participación electoral es muy baja: en las últimas generales, el partido más votado, el Partido Socialista de Cataluña (PSC), logró obtener 85 papeletas. En Comú Podem (Podemos) obtuvo 79, por delante de ERC (43) y Vox (36).

Polígono Sur (Sevilla)

El barrio más pobre de España, donde los vecinos perciben una renta media anual que oscila entre los 3.000 y 5.000. La prueba del algodón para ver si el discurso populista cala o no cala en la clase obrera. Y el resultado es el mismo: el PSOE vuelve a ser el partido más votado.

De entre los 18.000 vecinos del barrio, los partidos más votados en los comicios del 10-N fueron, por este orden de mayor a menor relevancia: PSOE, Adelante Andalucía (Podemos), Ciudadanos, Partido Popular y Vox.

Rascaña (Valencia)

El barrio del noroeste de Valencia, con una población total de 53.570 habitantes, registra -junto a Benicalap- ingresos muy por debajo de la media, pues sus vecinos censados disponen de una renta media anual inferior a los 9.000 euros.

En las elecciones generales del 10-N, el PSOE obtuvo una contundente victoria con el 29,51% de los votos, bastante por delante del PP (20,15%), Vox (15,75%) y Unidas Podemos (14,64%). Es uno de los barrios obreros en los que Vox supera en apoyos a Unidas Podemos.

Barrio Oliver (Zaragoza)

El barrio Oliver, que se encuentra dentro de la capital aragonesa, cuenta con una renta media anual de 4.839 euros por persona. Al bajo nivel socioeconómico se une una alta marginalidad en las zonas más residenciales.

En el distrito Oliver-Valdefierro, en los comicios del 10-N, el partido más votado fue también el PSOE con el 28,03% de los apoyos, con holgada diferencia sobre PP -segunda fuerza- y Vox, que se quedó a treinta votos de los populares. Podemos fue la cuarta papeleta en las preferencias de los electores.

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