"Hay formaciones políticas que piensan que el coronavirus puede ser una oportunidad para derrocar al Gobierno". Con esta afirmación, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, alertó de una operación para derribar a su Ejecutivo. Lo hizo el pasado 23 de mayo durante su habitual comparecencia de los fines de semana desde la Moncloa. Desde entonces, ha repetido esta acusación en varias ocasiones -hasta tres en 48 horas- casi como un mantra e, incluso, casi como lema de campaña para las elecciones del País Vasco y Galicia del 12 de julio.  

Sin embargo, no fue Sánchez el ideólogo de esta conspiración del Partido Popular, al que siempre ha señalado de manera directa aunque sin olvidarse tampoco de Vox. Fue, allá por el 14 de abril cuando el portavoz del PSOE en el Senado, Ander Gil, avisaba de los intentos de "derrocar al Gobierno legítimamente surgido de las urnas" mediante la utilización "despiadada" de la tragedia del Covid-19. Además, llegó a hablar de maniobras e intentos de sabotaje y deslegitimación y el uso de bulos para "desestabilizar" al Ejecutivo.

Comúnmente se relaciona el concepto "derrocar" con hacer caer a un Rey, un régimen o una dictadura. También con deponer a un tirano. Sánchez llegó al poder con una moción de censura a un Gobierno democrático, el de Mariano Rajoy. Utilizando, así, una figura totalmente constitucional. Cayó Rajoy y ascendió él. Y lo hizo de manera legítima, como lo fue su Gobierno en 2018. Y lo es el actual, salido de las urnas del 10 de noviembre de 2019.

Un plan en connivencia con Vox

Con este primer aviso de una operación para "derrocarle", Sánchez ha intentado endosar al Partido Popular un fin con una connotación no democrática y, así, presentar a los de Casado como los que orquestan un plan en connivencia con Vox para hacerle caer. Y es que Vox sí ha afirmado en varias ocasiones que el Gobierno de Sánchez es ilegítimo, cuestión que el PP nunca ha respaldado.

Sánchez sabe que los números no le darían a los populares ni a Vox. Ni tan siquiera con Ciudadanos. Lo que puede traducirse como una táctica política o un acusación sin una base fundamentada. 

De hecho, el propio Casado ha llegado a encargar a su equipo que enumere cuántas veces él ha nombrado a Vox en sus discursos, con el objetivo de tomar distancia con la formación de ultraderecha y sus polémicas afirmaciones. Y el resultado es ninguna. Al PP lo que se le puede achacar para sustentar esta acusación de Sánchez es que no ha apoyado todas las prórrogas del decreto del estado de alarma, pero esto no impidió que el Gobierno las sacara adelante. 

Pero Sánchez no sólo habló del intento de derrocarle hace ya más de un mes. Volvió a repetir la acusación contra el PP de querer derrocarle de nuevo el 10 de junio, durante una tensísima sesión de control al Gobierno que evidenció la incapacidad del presidente del Gobierno y del líder del PP, Pablo Casado, de llegar a un mínimo entendimiento.

"Han creado un frente común con la ultraderecha usando el virus para derrocar un Gobierno legítimo y democráticamente elegido", fue la frase que pronunció Sánchez en sede parlamentaria aunque tendiendo la mano al PP sobre si elegía el "camino de la unidad" en vez de "el de la bronca". "Si es el de la bronca, ahí tiene a la ultraderecha", dijo. 

Tres acusaciones en dos días

Desde esa fecha, Sánchez ha insistido en esta afirmación varias veces. Así abrió campaña electoral este sábado en Galicia, arremetiendo contra el PP. "La derecha se puso como objetivo derrocar al Gobierno", dijo, mientras el Ejecutivo tenía "como objetivo" único "derrotar al virus".

Y ha vuelto a hacerlo este domingo. Y por partida doble. Primero, en una entrevista en La Vanguardia en la que, literalmente, ha acusado al PP de "utilizar la pandemia para intentar derrocar al Gobierno" ante su incapacidad de "no asimilar la pérdida de poder" desde la moción de censura de 2018 y la "doble derrota electoral de 2019, en abril y noviembre".

La segunda, otra vez en campaña. Si este sábado fue en Galicia, este domingo ha sido en el País Vasco, donde ha utilizado la expresión "derribar". El presidente del Gobierno, en un acto de apoyo a Idoia Mendia, ha afirmado que "la derecha española ha trabajado para derribar al Gobierno utilizando al virus" cuando, en realidad, "el enemigo de la derecha" no es él, sino que lo es "el virus" y sus consecuencias "sanitarias, sociales y económicas".

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