El distanciamiento de ERC con el Gobierno puede sumar otro capítulo debido a las recetas económicas que los de Oriol Junqueras presentarán en la Comisión para la Reconstrucción Económica y Social en el Congreso de los Diputados.



El principal apoyo externo al Ejecutivo ha diseñado un programa de máximos que choca con los planteamientos de los ministerios económicos bajo mando socialista. Sus soluciones para reactivar la economía pasan por “derogar inmediatamente y en su totalidad las reformas laborales de PP y PSOE”, crear “un impuesto a las grandes fortunas de más de un millón de euros” o transferir a la Generalitat de “forma integral la gestión de todos los aeropuertos, puertos, trenes y carreteras”, entre otros. 



Respecto a las medidas que se negocian en Bruselas, ERC insta a la creación de “una renta básica universal europea” así como la promoción de “mecanismos de mutualización de deuda y solidaridad real entre países de la Unión”. Aunque fuentes del partido explican que se trata de un borrador que presentarán en la Comisión en la Cámara Baja, y puede estar sujeto a algunos cambios o matices de última hora, todo parece indicar que estos elementos troncales se mantendrán intactos.



La posición del partido, que reflejan en el documento al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, habla de no aplicar las mismas recetas de austeridad que en 2008 y consideran que las ayudas aprobadas por la Comisión Europea, de 140.000 millones de euros, no son suficientes.

En consecuencia, solicitan “activar urgentemente mecanismos de solidaridad comunitaria más allá de los anunciados por la CE, teniendo claro que esta crisis no puede ser resuelta únicamente con política monetaria y que no se pueden cometer los errores de la crisis del 2008, pasando así, necesariamente, por la mutualización de la deuda que no ahonde en las asimetrías entre los Estados miembros”.



En un momento como el actual, en el que el Gobierno empuja para que la ministra de Economía, Nadia Calviño, lidere el Eurogrupo, no parece que sus propuestas pueden prosperar. Y es que, a pesar de que el presidente Pedro Sánchez ha reiterado su compromiso con mantener la “mayoría de la investidura” y ha aceptado la mesa de diálogo entre gobiernos como gesto de confianza hacia los independentistas, los asuntos económicos se mueven por otros derroteros.

Tampoco la cercanía de ERC en materia económica con Unidas Podemos puede aportarles influencia sobre Sánchez. Los socialistas han blindado las carteras de mayor peso económico y en esta esfera el papel de Ciudadanos, tanto en la Comisión para la Reconstrucción como en las instituciones europeas, está siendo clave.

Edmundo Bal, sobre ERC

“Buscamos el consenso porque es lo que pide la gente”, explican a este diario desde la formación naranja. El portavoz del partido, Edmundo Bal, se dirigía directamente a ERC y a su “mesa del chantaje” que, a su juicio, no no ofrecen soluciones para salir de la crisis sanitaria y económica. “Esta postura de Ciudadanos al final fíjense qué es lo que provoca, que se nos enfada Rufián, que se nos enfada Ortuzar, que se nos enfada Urkullu. Esto es que Ciudadanos lo hace bien”, abunda.

Pacto en Bruselas

A nivel europeo, el partido también han celebrado los acuerdos alcanzados entre los 27 estados miembros y la inclusión de propuestas que Cs llevaba meses defendiendo, como el Programa de Protección de Empleo. El presidente de la delegación del PSOE en Europea, Javier Moreno; el vicepresidente de las siglas liberales, Luis Garicano; y Esteban González Pons, vicepresidente de los conservadores, han demostrado este buen entente que hay en Europea entre los tres partidos españoles (PSOE, PP y Ciudadanos).

Este pacto español en Bruselas genera confianza entre los líderes europeos. Y en un momento en que las previsiones económicas no son muy optimistas (el FMI prevé una caída del PIB del 12,8%), el PSOE mira al partido de Arrimadas para entablar negociaciones y alcanzar acuerdos. Más aún ahora que ERC sigue enrocada en propuestas económicas que desagradan a Bruselas, que es donde Sánchez intenta obtener ese apretón de manos necesario para recibir los fondos de la recuperación.

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