El Gobierno de Pedro Sánchez sigue sin concretar cuando se retomará la Mesa de diálogo con el Gobierno de la Generalitat. Este martes, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, contestaba a la pregunta de EL ESPAÑOL que "no le consta ninguna fecha". Pero desde ERC insisten: "Habrá mesa y habrá fecha". Y prevén que "será en julio", una vez se deje atrás el estado de alarma.

El Ejecutivo de coalición se comprometió a encontrar una fecha para el restablecimiento de los contactos sobre la situación catalana como condición para que los de Oriol Junqueras no se opusieran a la sexta ampliación del estado de alarma. Y el propio jefe del Ejecutivo recordó durante el último pleno que la Mesa volvería a reunirse. Unas declaraciones que celebró el portavoz de ERC, Gabriel Rufián"Nos alegramos de esa ratificación que ha hecho claramente de la Mesa de diálogo".

Pero, sigue sin anotarlo en su agenda pública. Y el resto de ministros presentes en los anteriores encuentros bilaterales, como es el caso del titular de Sanidad, tampoco han recibido información alguna a este respecto. Sin embargo, ERC abandera esta Mesa frente a Junts per Catalunya (JxCat) y sus dirigentes no están dispuestos a que se posponga más de la cuenta.

Se trata de uno de los cinco puntos irrenunciables del partido para alcanzar acuerdos con Madrid. De hecho, en su decisión de no apoyar la quinta prórroga del Estado de alarma esgrimían que no querían "entrar en un mercadeo" y que habían "pedido unas condiciones mínimas" pero que "prácticamente no había habido ningún gesto".

Sus peticiones de mínimos siguen intactas: el retorno de competencias tras acabar con el mando único; los decretos sanitarios para evitar aplicar indiscriminadamente el Estado de Alarma; el permiso retribuido para progenitores que deben hacerse cargo de sus hijos debido al confinamiento; el uso del superávit de los ayuntamientos y "poner fecha a la mesa de negociación"

Y esta última propuesta también sigue sin cumplirse. Aunque Sánchez y su plan de desescalada establece fechas para los cambios de fase así como para poner fin a las restricciones de movilidad entre provincias (el próximo 21 de junio) evita cerrar un día y una hora para que reúnan los Ejecutivos. 

Según lo pactado en los anteriores encuentros, se trataría de una nueva edición de la Mesa en la que no sería necesaria la presencia del presidente del Gobierno, que solo formará parte de aquellas reuniones en las que se deba rubricar alguno de los compromisos alcanzados. 

Pugna ERC-JxCat

Precisamente por esta razón genera cierta incomodidad en el seno de ERC que todavía no se haya accedido a buscar una fecha, aunque sea orientativa. De momento lo justifican porque el "estado de alarma sigue vigente". 

Desde JxCat, formación que conforma el Govern y que por lo tanto también asiste a las reuniones de la Mesa, han mantenido desde el inicio un perfil más escéptico. Y esa nueva inconcreción del Gobierno no sorprende: "Nada nuevo bajo el sol del PSOE", afirman fuentes del partido de Torra. 

Para más inri, la posición de las bases republicanas y sus corrientes internas está más cerca con este enfoque de JxCat: "La mesa no va a ningún sitio, y está Torra en ella", explican a este diario. 

El fracaso o éxito de la Mesa será uno de los asuntos que marcarán la agenda política en la región, especialmente en un contexto de posible adelanto electoral. ERC insiste a Torra que cite a los catalanes a las urnas, pero JxCat se resiste.

Esta diferencia de criterios sirve a los de Torra para explotar las contradicciones de ERC. La próxima pugna será sobre la votación del suplicatorio de Laura Borràs, portavoz de JxCat, para que declare en el Tribunal Supremo por sus presuntos casos de corrupción al frente de la Institució de les Lletres Catalanes. Aunque es probable que ERC se incline por votar junto a JxCat en esta ocasión.

De momento, los últimos resultados electorales y los sondeos favorecen la estrategia de deshielo de ERC, pero la crisis sanitaria derivada del coronavirus ha congelado su plan. Después de abstenerse en la última votación del estado de alarma -decisión que ha generado malestar entre sus socios de Govern, además de alguna baja entre su militancia-, quieren que Sánchez cumpla.

Noticias relacionadas