Finis terrae. Galicia sigue siendo el fin del mundo. Es ahí, por sorprendente que pueda parecer, donde se acaban los caminos de entendimiento entre el PP y Ciudadanos de cara a una operación llamada a ser el germen de la reunificación del centro derecha.

El secretario general del PP, Teodoro García Egea, y el hombre fuerte de Inés Arrimadas para cuestiones de partido, José María Espejo, se reunieron en la tarde de este martes en el Congreso de los Diputados. En la misma tarde, en el hemiciclo se debatía si tramitar o no la ley de eutanasia, ante la que el PP se opuso y Ciudadanos votó a favor. 

Tras la reunión, ambas formaciones emitieron sendos comunicados. En los dos se aprecia una clara coincidencia: concurrir juntos a las elecciones planteadas en Cataluña y convocadas en Euskadi. 

"Se ha avanzado en la necesidad de que el centroderecha vaya unido a las elecciones en País Vasco y Cataluña", dijo el comunicado del PP. "Hemos coincidido en la necesidad de establecer mecanismos para que el centroderecha vaya unido en estos territorios para que la izquierda, radicales e independentistas no aprovechen la fragmentación de voto", según el texto.

Galicia

El comunicado de Ciudadanos metía el dedo en la llaga. "Cs ha mantenido el primer contacto con el PP para exponerle nuestra propuesta transversal de un acuerdo constitucionalista para concurrir a las elecciones autonómicas en Galicia, País Vasco y Cataluña", decía la versión naranja. 

La palabra clara es Galicia. Y, por ese motivo, Ciudadanos mostró un tono mucho más crítico con el PP, asegurando no haber obtenido una respuesta clara sobre el conjunto de los tres territorios. "Galicia y País Vasco son los dos con elecciones convocadas", explican fuentes naranjas. "Es preocupante que sigan sin darnos una respuesta clara a los tres". 

PP y Ciudadanos han mostrado este martes tener más puntos en común que de desacuerdo. Hasta ahora, el PP abogaba por una unión electoral en Cataluña mientras que mantenía abierto por completo el panorama en Euskadi. Ni la continuidad de Alfonso Alonso como cabeza de cartel ni una posible entente con Ciudadanos estaban garantizadas. Este martes despejó ambas dudas. El Comité Electoral popular ratificó a Alonso como cabeza de cartel del PP y, salvo sorpresa, debería serlo también de cualquier coalición con Cs, habida cuenta de que los populares parten de sus actuales nueve escaños y Ciudadanos de ninguno. Al caer la tarde, Génova dictaminó que la coalición con los naranjas sería deseable. 

Sin embargo, la apuesta de Ciudadanos pretende ser integral. De la experiencia de Navarra Suma, que ambos partidos consideraron positiva pese a que no logró el Gobierno Foral, la colaboración puede pasar a todas las nacionalidades históricas para luchar contra el nacionalismo. 

La fortaleza de Feijóo

Alberto Núñez Feijóo no está de acuerdo y, además, cree que la suma acabaría restando. Eso es algo que Ciudadanos considera egoísta. "Nos preocupa que [en el PP] se puedan plegar a las tesis de aquéllos que prefieren poner las siglas y los intereses partidistas por encima de los intereses generales de los ciudadanos de estas comunidades. Vamos a batallar por dar a los españoles esta oportunidad de que los constitucionalistas vayan unidos en País Vasco, Galicia y Cataluña", insistieron. 

Feijóo tiene una gran autoridad en su partido. Es el barón más fuerte, el único que gobierna con mayoría absoluta y el único al que las encuestas le vaticinan que puede lograrlo de nuevo. Además, en Galicia no tienen diputados autonómicos ni nacionales ni Ciudadanos ni Vox (este último partido no tiene ningún concejal en los 313 ayuntamientos), por lo que imponer desde Génova una alianza con los naranjas no sólo desautorizaría a Feijóo sino que podría debilitarlo de cara a la cita con las urnas. 

"Ya estamos iniciando contactos con personas y entidades de la sociedad civil para participar de la formula Mejor Unidos", añadían las mismas fuentes en referencia a la marca propuesta por Arrimadas, con claros ecos en el referéndum de Escocia de 2014, en el que se impuso el "no" a la independencia del Reino Unido. 

El tiempo apremia. Los partidos tienen 10 días para registrar una coalición y hasta el 2 de marzo para presentar unas listas que aún no han sido negociadas. 

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