Antes de anunciar su huelga de hambre, Txus Vila Calviño ayuna unos cuantos días para probar su resistencia. Cuando se sabe con fuerza, entrega su carta a las autoridades. Esta frase, entre otras, acompaña su nombre, apellidos y DNI: "El término (...) vendrá determinado por la solución del conflicto o el fallecimiento de la que suscribe". Ha tomado su decisión tras recibir un segundo aviso de desahucio y ante la "imposibilidad de encontrar un trabajo".

Es agosto de 2012. Se sienta ante el edificio de la Dirección Insular. Clama contra las autoridades municipales, regionales y el gobierno del país. "Sin casa, sin trabajo, aquí me quedo", pone en uno de los carteles que ilustran el improvisado campamento.

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Siete años después, su prima Nadia acaba de ser nombrada vicepresidenta económica del gobierno. La madre de Txus es hermana del padre de la también ministra, José María Calviño, mítico director de RTVE en los albores del felipismo.

Un parentesco estrecho y repleto de contrastes. Dos vidas que empezaron en la misma ciudad, en la misma familia, y ahora transcurren por caminos divergentes. Una, de carácter socioliberal y día a día acomodado, ha asumido una de las carteras más potentes del Ejecutivo. La otra, afín a la CNT, lidera un movimiento okupa en Fuerteventura.

Nadia y Txus tienen la misma edad (1968). Ambas crecieron en La Coruña, aunque, siendo niña, la ahora mano derecha de Pedro Sánchez se mudó a Madrid debido al crecimiento fulgurante de su padre. Hombre fuerte de Alfonso Guerra, José María Calviño renovó la tele pública con programas como La Bola de Cristal y series como Falcon Crest. Controvertido y acusado por la oposición de "politizar los informativos", fue sustituido por Pilar Miró en la segunda legislatura de González.

La madre de Txus es una pintora muy conocida en La Coruña. Sigue asentada allí. Con más de cuatrocientas exposiciones a sus espaldas, suele colaborar con distintos medios de comunicación y ha dado clase a muchos jóvenes de la ciudad.

"La relación entre las primas era estrecha. Txus solía viajar a Madrid y contaba que se quedaba en casa de sus tíos. Alguna vez nos habló de Nadia. Decía que era una buenísima estudiante", relata una amiga que hace tiempo perdió el contacto con la activista de la CNT.

"De firmes principios"

Nadia estudió Económicas en la Universidad Complutense. Más tarde, se licenciaría en Derecho por la UNED. Txus, definida por otra amiga de entonces como una "empedernida lectora", conoció el anarquismo y comenzó a alejarse de la política tradicional. "La recuerdo súper lectora, de firmes principios... En clave de siglas, era algo así como una oveja negra en la familia", resume esta fuente.

Aunque sus amigos de La Coruña no le recuerdan carrera universitaria, definen a Txus como "una mujer muy culta, interesada en la cultura". "Ha trabajado de un montón de cosas. Nunca quiso ser mantenida por su madre. Carpintería, encuestas telefónicas, hostelería... Incluso se fue de temporera a El Ejido", destaca una de sus entonces amigas.

Txus dejó muy buen recuerdo en La Coruña, de donde partió en busca de trabajo: "La recordamos como alguien desprendida de lo material, generosísima, siempre dispuesta a ayudar".

Nadia, funcionaria en el ministerio de Economía, partió ya casada a Bruselas. "Talentosa y trabajadora" -así la describen dos compañeros de su etapa en las instituciones europeas-, ascendió en el escalafón hasta alcanzar el cargo de directora general y ser partícipe de la proyección de los Presupuestos.

Ese progreso llevó aparejado un fuerte crecimiento económico. Nadia Calviño llegó a tener un sueldo de 220.000 euros anuales, que cambió por los en torno a 75.000 del ministerio.

Los últimos trabajos de Txus en La Coruña fueron de camarera. Cuando se quedó en paro, decidió buscar trabajo en otras ciudades. Un periplo que terminó en Fuerteventura, la isla donde reside desde hace casi veinte años.

Los días de Fuerteventura

2012 fue el año que dio un giro a la existencia de Txus. En enero, dejó de pagar el alquiler porque llevaba mucho tiempo sin trabajo. Tras el segundo aviso de desahucio, decidió comenzar una huelga de hambre: "Quiero hacer visible la miseria y exigir un cambio radical en la política social del gobierno (...) Lo hago en pleno uso de mis facultades mentales, en buen estado de salud y sin tener asociada ninguna condición orgánica que pueda causar mi muerte durante los siguientes tres o cuatro meses".

Contó a La Voz de Galicia que, para entonces, "llevaba tres años en paro". Llamó la atención de los medios de comunicación. Teles, radios y periódicos. También se acercó la revista Vecinos de Fuerteventura, a la que respondió: "Si me voy a morir, que me vea todo el mundo".

El 29 de agosto, trascendió que Txus ponía fin a la huelga. Habían pasado más de veinte días. "Un particular ha ofrecido voluntariamente su piso y varias empresas han solicitado mi currículum".

Pero, según contó a otro diario años después, aquellas promesas se evaporaron. Fue entonces, en 2015, cuando creó el Movimiento de Okupación de Fuerteventura. En una entrevista, contó los requisitos que ponían para coordinar una okupación: que el piso "sea de un banco" y que no se "incomode a los vecinos".

"Para que cambien las leyes hay que dejar de cumplirlas. La okupación es la solución", publicó en sus redes sociales. Recientemente, tras la crisis catalana de 2017, Txus apoyó "el derecho a decidir y la soberanía de los pueblos".

Cuando la propia Txus okupó, contó al Diario de Fuerteventura: "Lo único que podía pasar es que me metieran en la cárcel y allí tendría casa y comida".

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