A medida que se acerca el 10-N, Albert Rivera ha ido intensificando su marcaje al Partido Popular. Sabe que la abstención y los conservadores son los principales riesgos de fuga que afronta este domingo. El candidato de Ciudadanos establece dos singularidades capitales que abren brecha entre su proyecto y el de los populares: la "corrupción" y la "voluntad de poner España en marcha".

"Mi principal diferencia con Casado es que yo estoy dispuesto al desbloqueo también desde la oposición", ha reiterado este jueves durante un desayuno informativo organizado por Europa Press. Y, justo a continuación, ha preguntado directamente a su adversario más directo: "Si no ganas, ¿vas a bloquear el país otra vez?".

Ante el descalabro que le auguran las encuestas, Rivera recurre con mucha frecuencia al concepto de la "utilidad". Un par de dirigentes de su partido, en conversación con este diario, avisan: "Tenemos que demostrar al votante que servimos para muchas cosas, entre ellas que haya gobierno".

"Lo importante el domingo no será cuántos escaños tenga cada partido, sino para qué servirán", ha enfatizado el líder liberal durante esta misma conferencia. El mes de plazo que ha prometido Rivera es aplicable -según ha detallado- a los dos hipotéticos escenarios: una victoria del PSOE y una suma de gobierno entre PP, Cs y Vox.

"Algunos, si pudieran, nos llevarían a unas terceras elecciones", ha ironizado Rivera con la vista puesta en el bipartidismo. A ojos de Ciudadanos, "el plan A" es un Ejecutivo de coalición con Casado -sostenido, si fuera necesario, por Vox-, pero "ante esta situación excepcional", su mandatario ha confeccionado "un plan B": un pacto de investidura con Sánchez -sin entrar en el Gobierno- a cambio de las "diez reformas liberales que necesita España".

"Lo más valiente es desbloquear el país y decirlo públicamente. Asumo que me critiquen. No vine aquí para hacer amigos", ha resumido Rivera en un dardo a Casado -y en un guiño al Feo, fuerte y formal de Loquillo que a veces ambienta sus mítines-.

La segunda gran diferencia que ha remarcado respecto al PP ha sido, una vez más, la corrupción: "Si Ciudadanos está en el Gobierno, ni se robará ni habrá cacicadas". Ya en el debate, el dirigente liberal acusó a populares y socialistas de haber instaurado el "I.C.B" -Impuesto de Corrupción del Bipartidismo-.

Rivera se ha referido a los gobiernos de Madrid y Andalucía como los "claros ejemplos" de que, si Cs está en el Ejecutivo, "se limpian las instituciones": "¿Realmente ustedes piensan que el PP habría impulsado consejerías de regeneración democrática?".

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