Cayetana Álvarez de Toledo no se parapeta tras un argumentario partidista. O mejor dicho: ella misma cocina el suyo. En ese mar de ideas, algunas coinciden con las del nuevo PP. Otras no. Algunas tienen una importancia capital. Otras no. Este martes, en el Congreso, salió a relucir una gruesa divergencia. La portavoz popular considera a Vox un "partido populista y nacionalista". Un razonamiento que nunca emplea Pablo Casado.

Cayetana concibe que la demagogia en políticas de inmigración equipara a Matteo Salvini con el PSOE. Así lo expresó durante su intervención: "Entre Sánchez y él hay una distancia tan pequeñita...". Otra teoría que sorprendía en Génova por su novedad. En pleno cortejo de Casado a Abascal al hilo de España Suma, los dirigentes de Vox consideraron una provocación las palabras de Álvarez de Toledo.

"Esa versión cayetanista nos ha sorprendido tanto...", verbalizó Abascal en su réplica. El líder de Vox, meridianamente en contra de la portavoz del PP, defendió a Salvini de la "dictadura mediática de la izquierda radical" y alabó su labor por "proteger la soberanía italiana". Toda una brecha entre PP y la derecha radical, que complica la refundación del centro derecha.

La dirección del partido se mostraba complaciente tras el estreno de Cayetana en la Cámara. Por los pasillos, laudaron la forma y el fondo. Algunos diputados, no obstante, explicitaron sus dudas: "Es un mensaje muy potente, pero quizá más difícil de digerir".

Y en la "potencia" de ese mensaje, que aportó nuevos ángulos a un debate muy manido, afloró ese paralelismo entre Sánchez y Salvini que alteró a Santiago Abascal. El presidente de Vox insistió en vincular las "manadas" y la "delincuencia" con la inmigración ilegal. Si por él fuera, los "irregulares nunca disfrutarían de una ayuda social en España".

Vox, "supremacista", "nacionalista"

Álvarez de Toledo, que encabeza el liberalismo en el Partido Popular, no comparte ese criterio. Todo lo contrario. De ahí ese "supremacismo", a veces "nacionalismo", que  suele achacar a Vox.

"Pido disculpas al pueblo italiano por los ataques de la maquinaria progre", salió Abascal en defensa de Salvini. "Una oligarquía quiere imponer la llegada masiva de inmigrantes a Europa", llegó a apostillar en otro momento. Dos ejes de un discurso que choca frontalmente con el pensamiento liberal de Cayetana Álvarez de Toledo.

Tal y como adelantó este diario, la intención del PP de abrir España Suma a Vox no gustó en el sector liberal del PP, ése que encarna su liderazgo en la actual portavoz parlamentaria. Pablo Casado trabaja con esta premisa, que transmite a sus colaboradores siempre que puede: "La fragmentación en unas nuevas elecciones sería letal".

Álvarez de Toledo también cree "letal" esa fragmentación, pero apuesta por una coalición distinta, negociada lealmente con Ciudadanos. Su discurso de este martes en el Congreso, colocado en el espejo de Abascal, arroja una conclusión irrebatible: la portavoz no desea compartir lista electoral con Vox. "Tienen que aterrizar, sus propuestas no son realistas", suele desgranar Cayetana en público. La brecha abierta con los ultraconservadores en la Cámara -que giró en torno a Matteo Salvini- no cuadra con el actual plan de Casado.