Albert Rivera evitó fotografiarse con Pablo Casado en el Congreso. El líder de Navarra Suma, Javier Esparza, viajaba a Madrid este martes para denunciar la "inmoralidad" del PSOE al tratar de gobernar la Comunidad Foral gracias a EH Bildu. La coalición integra a PP y Ciudadanos, pero el presidente de los liberales prefirió posar por separado. Una negativa que se suma al ramo de otros dos rechazos: "no" a una reunión con Sánchez y prohibido pactar con Vox.

Según las fuentes consultadas por este diario, cuando los de Esparza preguntaron a Casado, él no puso reparos en compartir mesa con Rivera. Fueron los liberales quienes, a última hora de la noche del lunes, armaron su propia convocatoria e impulsaron un encuentro paralelo.

El gesto de Rivera va en la línea de lo que él concibe como una pelea por "liderar la oposición". Un aspecto que ha suscitado la "incredulidad" de Casado, que así lo ha confesado a su entorno.

Rivera se niega a reunirse con Sánchez para la investidura.

Este mismo martes, el de Ciudadanos también rechazó un careo con Sánchez enmarcado en la ronda de consultas que va a estrenar el secretario general del PSOE: "No tengo nada que hablar con él". El presidente en funciones, desde Bruselas, le respondió: "Se dice liberal, pero no tiene un mínimo de decoro institucional".

La situación en el Congreso fue la siguiente: Javier Esparza tuvo que subir a la quinta planta para firmar el documento con Rivera. En los papeles, sólo un par de sellos: UPN -fuerza mayoritaria de Navarra Suma- y Ciudadanos. Apenas media hora después, el dirigente navarro recorrió el túnel subterráneo de la Carrera de San Jerónimo para viajar hasta el grupo parlamentario del PP y firmar exactamente el mismo documento, pero con estas dos firmas: UPN y PP.

A Ciudadanos no le importó que el mensaje fuera el mismo. Rivera no quiso compartir foto ni papel con Casado. "Nuestro acuerdo sólo es con UPN", respondió en los pasillos a preguntas de los periodistas.

Una respuesta que se resquebraja en términos prácticos. Es cierto que UPN, en su día, se vio obligado a firmar por separado con Casado y Rivera -ambos fueron a Pamplona-, pero a día de hoy los diputados de los tres partidos conviven en el grupo del Parlamento navarro. Incluso tienen una sede propia en Pamplona por la que pasan exponentes de las tres formaciones.

El abrazo del oso de Casado

Las fuentes de Ciudadanos consultadas por este diario insisten en quitar hierro al asunto: "Estamos siendo coherentes, nada más". Arguyen que la integración del PP en Navarra Suma fue tan sólo "su disolución en UPN". Para justificarlo se agarran a las encuestas que vaticinaban la desaparición de los populares en Navarra si concurrían por separado.

Rivera, tal y como detalló tras las generales, sigue empeñado en sorpassar al PP simbólicamente. Pretende tomar la delantera en la oposición a Pedro Sánchez. Insiste en que es cuestión "de actitud, y no de escaños". Pone como ejemplo su intervención contra la presidencia del Congreso el día que los diputados juraron su cargo -al hilo del desacato a la Constitución de los presos separatistas-.

Ante la ausencia de Rivera -y este fue, entre otros, uno de los motivos-, Casado aprovechó para hacer el abrazo del oso a Ciudadanos. En un proyecto de tesis aznariana con vistas a largo plazo, el presidente del PP llamó a replicar la coalición Navarra Suma en otras Comunidades como Asturias, Aragón o Murcia. Sus asesores lo titulan la "reunificación de la derecha" y pasa por la absorción paulatina de Cs y Vox.

"Ha sido una decisión de Ciudadanos", admitió Casado en su rueda de prensa. Sobre la exportación del modelo Navarra Suma, aseveró: "Lo voy a poner de relieve para las próximas citas electorales. Nadie puede decir ahora que el PP es un partido aislado".

Pero la táctica de Casado esconde una línea roja que Rivera "nunca" traspasará: en Navarra la coalición integra a UPN, y no a Vox. En el resto de autonomías, esa reunificación incluye a Abascal, lo que solivianta a Ciudadanos.

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