La noche electoral del 28-A, los resultados del reparto de diputados en el Congreso anunciaban la repetición del Gobierno frankenstein por parte de Pedro Sánchez. Aún estaban frescas las afirmaciones insistentes de Albert Rivera de que "no", de que "jamás" pactaría para investir al líder del PSOE. "Es un presidente sin escrúpulos", repetía, "dispuesto a todo para mantenerse en el poder, que ha entregado España a los populistas y a los separatistas... ¿cómo vamos a apoyarle si nosotros nacimos exactamente para lo contrario?".

Y es precisamente eso, lo contrario, lo que le piden ahora sus votantes. Según una encuesta de SocioMétrica para EL ESPAÑOL, hasta el 81,1% de los electores de Ciudadanos "prefiere" que Rivera se abstenga en la sesión de investidura. Y elige esa opción tan abrumadoramente por encima de la que prevé un Ejecutivo con el apoyo explícito o la abstención de Unidas Podemos.

Y es que los simpatizantes de Ciudadanos, quienes los votaron en los comicios generales del pasado abril, son de hecho el grupo electoral que más claramente prefiere que su partido facilite la investidura de Pedro Sánchez para que el secretario general del PSOE no sea rehén de Pablo Iglesias, Oriol Junqueras y Carles Puigdemont.

También los electores del PP eligen mayoritariamente esta opción. El 64,6% de los votantes de Pablo Casado le reclaman, según los datos de SocioMétrica, que se abstenga y evite las concesiones a los golpistas y a la izquierda radical de Podemos.

En todo caso, ésta es la opción favorita de la mayoría de los españoles, atendiendo al resultado de este sondeo. Y es que a pesar de que el Congreso dibuja una mayoría de izquierdas que le puede dar el Gobierno a Sánchez, todos los votantes prefieren la moderación de que PP y Cs le abran la puerta (50,1%) antes de que sean Iglesias y los nacionalistas los que lo hagan (34%).

"Una decisión unánime"

"Es un acuerdo unánime de nuestra Ejecutiva", dijo Rivera hasta la saciedad. "No apoyaremos un Gobierno socialista sanchista, porque el PSOE hoy está secuestrado por el sanchismo". Esa afirmación se llegó incluso a extender a la convocatoria de las autonómicas, un mes después. Pero ya se ha visto, al menos en Castilla-La Mancha, que la realidad puede torcer las palabras.

Los votantes de Cs fueron a las urnas con este mensaje. Y es que, como ya publicó este periódico, los sondeos internos indicaban a la dirección del partido naranja que ganaba más votos cuando recordaba su compromiso de no pactar con el PSOE de Pedro Sánchez. Eran los tiempos en los que se auguraba como muy posible el sorpasso al PP. Y, de hecho, en las generales, éste se produjo en plazas muy importantes, como la Comunidad de Madrid, Andalucía o Aragón.

La aspiración de convertir a Ciudadanos en la verdadera alternativa a un Ejecutivo socialista duró hasta el 28-A... o incluso hasta el 26-M. Pero fue tras abrir las urnas de las municipales y autonómicas -con el retroceso territorial del partido naranja- cuando quedó claro que ese camino quedaba cercenado, al menos de momento. Y una vez dibujado el tablero de la realidad, los votantes de Cs apuestan por reformular la receta para el mismo diagnóstico: si Rivera no quiere que Sánchez se entregue "a Otegi y a Rufián", como argumenta, ocho de cada 10 le piden que lo evite absteniéndose en la sesión de investidura.

Pero no es sólo el apoyo claro de los electores de PP y Cs lo que revela esta encuesta, sino el de los mismos votantes socialistas. Aunque muy divididos (50% frente al 47,1%), son mayoría los electores del PSOE que eligen antes la abstención de PP y Cs que la de Podemos y los separatistas para que Sánchez permanezca en la Moncloa.