La derecha populista ha desembarcado en los parlamentos españoles. La formación de Santiago Abascal ha logrado 12 escaños en las elecciones de Andalucía. Los mensajes que hasta ahora sólo eran tuits, fotografías o publicaciones de Facebook tendrán ahora un impacto directo en el devenir político del país. El juez Francisco Serrano -candidato- y su guardia pretoriana solidificarán sus propuestas, fabricarán leyes y tendrán una capacidad de influencia considerable en la Cámara más fragmentada de la Historia de esta región. De ahí la euforia desatada en el Hotel Ayre de Sevilla, centro de operaciones de Vox durante la noche electoral.

Santiago Abascal: "Los andaluces han hecho historia"

Vox, a ojos de los encuestadores, ha sido el partido más volátil de esta campaña. Difícil de medir con fidelidad, ha ido devorando las entrañas del Partido Popular hasta superar con creces los cinco escaños requeridos para formar un grupo parlamentario. "¿Ciudadanos? A nosotros lo que nos preocupa es Vox", comentaban varios dirigentes conservadores el pasado jueves. Los registros finales han pulverizado los pronósticos de hace dos semanas, que todavía dudaban de la entrada de la formación derechista en el Parlamento andaluz.

Si las fuerzas que van desde el centro a la derecha aceptan pactar para borrar el socialismo de la Junta, habrá sido Vox el actor inesperado que podrá arrogarse haber sido la bisagra fundamental. La debacle del PP y el abstencionismo han nutrido el populismo de Abascal hasta sellar un resultado que ningún sondeo alumbró, ni siquiera los realizados en el seno del propio partido. "Tenemos las llaves para echar al PSOE", ha presumido su líder tras el escrutinio.

Ciudadanos eligió el silencio para contrarrestar el auge de Vox. Rivera, Arrimadas y el candidato Marín se remitieron a un escueto "no hablamos de formaciones extraparlamentarias, se presentan un total de 27". La noche de este domingo, la portavoz naranja en Cataluña ha echado la "culpa" a Susana Díaz por "empeñarse en hablar de ese partido". Otro tanto hizo Pablo Iglesias en uno de sus últimos discursos: "Se pegó todo el debate hablando de ellos, ¿de verdad no tenía otra cosa que decir?".

Marine Le Pen ya ha enviado un mensaje a los de Abascal desde Francia: "Mis más vivas y calurosas felicitaciones (...) Es un resultado muy significativo para un movimiento tan joven". Vox celebra "un día histórico", en el que ha primado "el verdadero voto útil", que remediará "la falta de voluntad y la incompetencia" del resto de partidos. Presumir del combate de lo "políticamente correcto" es uno de los titulares que más adhesiones les granjea.

Antes de los comicios andaluces, una gruesa preocupación inundaba la sede central de Vox en Madrid: necesitan dinero público para prolongar su estrategia tal y como se ha concebido. Ampliar equipos, financiar actos... Hasta hace unos meses, la comunicación del partido era dirigida por una sola persona, que todavía se vale de un ejército de voluntarios para colmar sus objetivos. Una partida presupuestaria que llega por primera vez, empujada por las urnas andaluzas.

En Andalucía, como en el resto de España, Vox ha ligado su crecimiento a las causas simbólicas. La unidad de España -para ello han explotado su presencia en la acusación del juicio contra los presos separatistas-, la inmigración -proponen la deportación masiva de los sin papeles- y la abolición de la actual ley de la violencia de género. En materia judicial, aspiran a instalar la cadena perpetua, un peldaño por encima de la Prisión Permanente Revisable del PP. De ahí el 'fichaje' de Antonio del Castillo, padre de Marta, que ha apoyado a Abascal con su presencia en varios mítines. Su concepción del Estado, por otro lado, pasa por abolir "todas" las autonomías.

Otro de los rostros más conocidos de Vox en Andalucía ha sido el de Morante de la Puebla. El torero, aunque no figura en las listas, prestó sus caballos a Abascal para grabar el vídeo más comentado de su campaña y ha diseñado pins promocionales para el partido.

Pueblo a pueblo y con un alto impacto en redes sociales, con un lenguaje agresivo y ad hominem en lo que respecta a sus adversarios, fueron exhibiendo músculo a lo largo de la campaña reuniendo miles de personas en cada uno de sus cónclaves. Este sábado, el discurso de Abascal en favor de la "patria" y la "bandera" reunió -según las cifras de Vox- en torno a 50.000 personas.

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