Bruselas

La Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés), cuya sede ha perdido este lunes Barcelona debido a la inestabilidad provocada por el reto independentista en Cataluña, es la joya de la corona de los órganos independientes que aplican las políticas de la Unión Europea. En funcionamiento desde 1995, su principal labor consiste en evaluar y autorizar la comercialización de nuevos medicamentos. En 2016 aprobó un total de 81 medicamentos, entre ellos 27 sustancias activas nuevas. Debe dejar su sede actual en Londres como muy tarde en marzo de 2019 debido al brexit. Ámsterdam se ha quedado con este preciado botín.

La derrota de Barcelona -que cuando se lanzó la carrera a principios de año era una de las aspirantes favoritas y este lunes ha caído en la primera ronda de votación- supone una gran oportunidad económica perdida. No sólo por el impacto directo que hubiera generado en la ciudad, sino también por su papel de polo de atracción para el sector farmacéutico, científico y sanitario. 

Buena prueba del atractivo de la EMA es que 19 países han presentado candidatura, mientras que sólo 8 competían por la Autoridad Bancaria Europea (EBA), la otra agencia que se muda de Londres. El Gobierno de Mariano Rajoy ha concentrado todos sus esfuerzos en la EMA y no se ha presentado a la EBA, pese a que Ciudadanos sugirió la candidatura de Madrid.

Barcelona pierde la sede de la Agencia del Medicamento

Un presupuesto de 322 millones de euros

Se trata de unos fondos que vienen de las arcas de la Unión Europea pero que revierten en buena medida en la ciudad ganadora. Entre las principales partidas se encuentra la de personal (119 millones para salarios, prestaciones sociales o formación) y la de alquiler de edificios y gastos asociados (53 millones). Barcelona había ofrecido como sede de la EMA la emblemática torre Agbar, que ahora seguirá vacía.

Una plantilla de 890 eurofuncionarios

Barcelona era, junto con Ámsterdam, la ciudad favorita de los 890 eurofuncionarios que ahora trabajan en Londres. Se trata de médicos, farmacéuticos y veterinarios experimentados, así como de expertos en derecho y finanzas, llegados de toda la UE. Con ellos deben trasladarse además sus familias. En septiembre de 2016, estaban escolarizados en Londres un total de 648 niños del personal de la EMA de entre 0 y 18 años: 117 en guarderías, 96 en preescolar, 231 en primaria, 149 en secundaria y 55 en la universidad.

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Visitas anuales de 36.000 expertos

La EMA recibe alrededor de 36.000 visitas anuales, incluyendo científicos, pacientes, profesionales sanitarios o expertos nacionales. Esta cifra incluye 4.000 visitantes de fuera de la UE que necesitan vuelos intercontinentales (desde Estados Unidos, Japón o Corea) lo que supondrá un fuerte impulso para el aeropuerto de la ciudad ganadora. Los expertos acuden para reuniones de hasta cuatro días de duración. Eso implica una demanda de 30.000 noches de hotel, con picos diarios de hasta 350 habitaciones. Una demanda de la que tampoco podrá beneficiarse la industria hotelera de Barcelona.