De repente, sin previo aviso, Podemos decidió romper. "El acuerdo de investidura ha muerto", decretó el secretario general de Podemos de Castilla-La Mancha, José García Molina, en una temprana comparecencia sin preguntas en las Cortes regionales. Es lunes por la mañana y España aún digiere los resultados de las elecciones gallegas y vascas. El PSOE es una olla a presión por la división interna y la intención de Pedro Sánchez de formar un Gobierno alternativo a Mariano Rajoy. 

¿Casualidad? El PSOE tiene 15 diputados en la cámara regional, uno menos que el PP, que en 2015 se presentó con María Dolores de Cospedal como cabeza de cartel. Es Podemos, con dos parlamentarios, quien rompe el empate.

Hasta ahora, Podemos había apoyado en las principales decisiones al presidente socialista, Emiliano García-Page. Sin ir más lejos, hace tan solo unos días, la formación morada apoyó el techo de gasto presentado por el Ejecutivo socialista. Es una medida importante: la antesala de los Presupuestos del año que viene. Desde el inicio de su mandato, Page creía tener al PP fuera de juego y gozar del apoyo de Podemos. No pensaba que a la formación de Pablo Iglesias se le ocurriría desestabilizar el Ejecutivo regional por el beneficio obvio que supondría para la derecha. 

"Dos son las causas de la defunción: el desaliento y la vergüenza", aseguró en su comparecencia García Molina. Según él, Page ha estado "espontánea y unilateralmente durante más de un año, más ocupado en anuncios que en obras, más ocupado en lo que se mueve en Ferraz que en lo que pasa entre las Cortes de Castilla-La Mancha y Fuensalida, más pendiente incluso de decapitar a Sánchez que de dar vida a Castilla-La Mancha".

Falta de razones para romper

Sin embargo, el líder regional de Podemos apenas ofreció datos concretos o argumentos sobre el Gobierno regional, más allá de advertir que su formació no se puede adaptar "al paso lento y temeroso de quien no se atreve a superar los límites para salir del más de lo mismo y menos de lo mismo". 

Mientras Podemos hacía que se tambalease el Gobierno regional, el PSOE celebraba en Ferraz una reunión de la Comisión Permanente de la Ejecutiva en la que Sánchez se enfrentaba a sus críticos y defendía un acuerdo para conformar un Ejecutivo del cambio que Page cree imposible aritméticamente e indeseable políticamente. 

El PSOE regional salió rápidamente al paso. A través de Twitter, la formación enmarcaba el movimiento de Podemos en la "estrategia" nacional para "presionar" a Pedro Sánchez. Si Podemos "hace esto aquí en la región, ¿qué no le harán a Pedro Sánchez?". "Esta decisión de Podemos obedece a la estrategia de su dirección nacional para elevar presión al PSOE de cara a posibles acuerdos de investidura", aseguraban los castellanomanchegos.

¿Está Ferraz tras la decisión?

Sin embargo, fuentes del PSOE en Castilla-La Mancha y del Gobierno regional confesaban a este diario sus peores augurios. "Esto ha sido Podemos, pero también Ferraz", explicaban. "Lo que quieren es atacarnos porque no estamos callados, porque no le bailamos el agua a Sánchez. No puede soportar a los que no estamos de acuerdo con que nos lleve al hundimiento como partido", según las mismas fuentes. 

"No hay que ser muy listos para entender que en la putada que le han hecho a Page ha estado metido Ferraz. ¿A quién se le ocurre?", explicaba una fuente del PSOE andaluz. 

Según los críticos, a Ferraz habrían escocido los pronunciamientos públicos de Page, que la semana pasada rechazó la convocatoria de un congreso inminente en el PSOE y criticó amargamente a la dirección por la gestión del partido. Fuentes de la Ejecutiva federal niegan tajantemente esas acusaciones y aseguran que es Page quien tiene que responder por cómo gestiona sus pactos de Gobierno. 

Onda expansiva en Extremadura

La crisis amenazó con reproducirse en Extremadura, aunque allí la situación es diferente. El PSOE aventaja en dos diputados al PP, por lo que Podemos, con seis, podría desestabilizar el Gobierno sólo si vota con la derecha. 

En un tuit, Susana Díaz aprovechó para solidarizarse con los presidentes castellanomanchego y extremeño, cargando contra Podemos, pero quién sabe si en un mensaje para Sánchez.

Desde la dirección estatal de Podemos se desvincularon de la decisión, a pesar de que el líder regional es aliado de Pablo Iglesias. "La lectura es puramente autonómica. Los compañeros de Castilla-La Mancha han constatado que se incumple el pacto que llevó a Podemos a votar favorablemente a Emiliano García-Page. Ahora inician un periodo de replanteamiento con el PSOE", dijo Pablo Echenique, el secretario de Organización. Por su parte, el PP se ofreció a apoyar a Page, aunque el socialista tiene menos diputados. Eso sí, como contrapartida también podría figurar la gobernabilidad de España.

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