Daniel Ramírez Domingo Díaz María Vega Javier Rosell Arturo Criado

Las calles, bloqueadas. Los colegios, cerrados. Los supermercados, desabastecidos durante días. La basura, sin recoger. Los autobuses, casi todos fuera de servicio. Las mudanzas, paralizadas. Los museos y teatros, a cal y canto. Esa es la cartografía de Madrid cuando se cumplen seis días de temporal. "Un desastre, un desastre", musita al otro lado del teléfono un importante miembro del Ayuntamiento capitalino.

La falta de previsión del Consistorio -PP y Ciudadanos- sumado a la primera reacción del Gobierno -tardía- ha construido un colapso que los propios dirigentes políticos reconocen "sin precedentes".

La Agencia Estatal de Meteorología comenzó a informar de la gravedad de Filomena ya en la primera semana de enero. Por tanto, Moncloa disponía de esa información. Unas conclusiones que a su vez se transmitieron con diligencia al Ayuntamiento. ¿Qué ocurrió, entonces, para que el plan de actuación se trazara tan tarde?

Los autobuses continuaban circulando el viernes por la tarde a pesar de la nevada, las autoridades municipales no fueron taxativas en relación a los desplazamientos, la sal no había llegado a los diferentes distritos, los quitanieves no se echaron a las carreteras de manera inmediata...

Todo eso fue sentando las bases del colapso. Así lo reconocen fuentes del Ejecutivo municipal a este periódico, pese a los discursos exculpatorios de la alcaldía en los medios de comunicación.

Por otra parte, el Gobierno central ha vuelto a renunciar a la gestión unitaria. Pese al carácter nacional de Filomena, Moncloa no orquestó una reacción unitaria ni construyó un inventario de los recursos. Hasta el punto de que Madrid se tuvo que conformar sólo con los quitanieves prestados por Andalucía y Murcia -Comunidades también del PP-.

Un concejal del gobierno municipal reconoce sus errores de "previsión", pero al mismo tiempo critica la "nueva espantada" de Pedro Sánchez: "Igual que hicieron con la pandemia, no han querido asumir su responsabilidad".

Tal y como informó este diario, Grande-Marlaska, ministro del Interior, no ha aplicado el mando único pese a que la norma más reciente del Ejecutivo así lo dicta para casos de emergencia en los que se vean afectadas varias Comunidades y sea procedente la dotación de recursos a nivel "supraautonómico".

En las calles

El deshielo, pese al paso de los días, se antoja todavía muy delicado. Las bajas temperaturas y la ausencia de sol auguran "varias semanas" de secuela. Estaba previsto que los centros educativos reabrieran el lunes 18 de enero, pero la Comunidad de Madrid ya ha descartado que puedan hacerlo todos.

9.000 toneladas de basura -ese es el dato oficial, pero podrían ser más- han llegado a albergar las calles de la ciudad. Este miércoles, los servicios de recogida sólo funcionaban al 40%. El 80% de las líneas de la EMT -Empresa Municipal de Transportes- permanecían inactivas.

A excepción de la M-30 y las arterias principales, los barrios continúan como territorio intransitable. La desesperación fue tal que Ayuso y Almeida reclamaron a los vecinos que apartaran la nieve más cercana a sus portales.

Más Madrid, principal partido de la oposición, reconoce que Madrid no disponía de todos los medios materiales necesarios para hacer frente a la nevada, pero recrimina a Almeida "un desastre" en términos de previsión y actuación. Se agarran a las fotografías tomadas este mismo miércoles lejos de la almendra central: un hielo que hacía impracticable cualquier tipo de movimiento.

En clave económica

La borrasca ha llegado a Madrid en un momento clave para el comercio, que tenía su esperanza puesta en las ventas de la campaña de las rebajas tras unas navidades complicadas por la Covid-19. Solo el pasado fin de semana, las tiendas y bares de la ciudad sufrieron unas pérdidas estimadas en 340 millones de euros debido a la nevada, según las primeras estimaciones oficiales del Ayuntamiento de Madrid que avanzó este periódico.

El lunes, la actividad no se pudo retomar del todo y desde entonces, los problemas de movilidad estarían generando unas pérdidas a este sector de unos 94 millones de euros. Con todas estas cifras, no es aventurado decir que el colapso generado por la nieve en esta semana va a provocar un agujero a comercios y hostelería superior a los 822 millones de euros. Esta cifra podría ser mucho mayor si no se consigue acondicionar la ciudad para la movilidad antes del próximo sábado.

Además, a esta cuantía hay que sumarle otros daños económicos sobre los que todavía faltan datos concretos. Uno de los mayores costes es el que ha supuesto el cierre del aeropuerto Barajas Adolfo Suárez.

También las indemnizaciones que el sector asegurador tendrá que afrontar en los próximos días entrañarán un golpe para las empresas de seguros, según reconocieron el pasado lunes los responsables del servicio de estudios de Mapfre.

Los autónomos

Uno de los sectores más perjudicados es el de los Autónomos. El presidente de ATA -Asociación de Trabajadores Autónomos-, Lorenzo Amor, explica a este periódico que, en estos momentos, casi el 50% de este colectivo en Madrid "está parado".

No hay que olvidar que se trata de comerciantes y pequeños empresarios que no han podido abrir su negocio desde que lo cerraron el pasado viernes, cuando comenzó la gran nevada.

Amor no se atreve a cuantificar las pérdidas todavía, pero sí cree que "el Gobierno no debería dudar ni demorarse en calificar a Madrid como zona catastrófica", porque las consecuencias de este temporal van a ser cuantiosas en prácticamente todos los sectores de la economía de la capital.

Tampoco se atreven a hacer previsiones desde UPTA -Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos-, aunque su secretario general, Eduardo Abad, recuerda que "no es bueno un parón en Madrid, porque afecta al resto de España".

Sea como fuere, cree que ha sido positivo que la parte más dura del temporal haya caído en viernes y sábado, pues si hubiera coincidido con un día fuerte de transporte como martes o miércoles, "habría sido mucho peor" en materia de abastecimientos.

Infraestructuras

El Ayuntamiento de Madrid acumula 8.900 kilómetros de calles y alrededor de 80 máquinas quitanieve -el resto han sido prestadas por Andalucía y Extremadura-. “Madrid no puede tener 650 porque no las usaría nunca”, razona Pablo Sáez, director general de la Asociación de Conservación y Explotación de Infraestructuras (ACEX). Por tanto, Sáez indica que la "permanencia de la nieve no será corta".

Sáez reitera que la posesión de los recursos debe estar directamente relacionada con las "situaciones que se puedan dar y sean razonables en un periodo corto de tiempo". Una catalogación que excluye a Filomena. "Hay que tener paciencia y comprensión", sintetiza.

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