La secretaria general del PSOE andaluz, Susana Díaz, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. en una imagen de archivo.

La secretaria general del PSOE andaluz, Susana Díaz, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. en una imagen de archivo. EFE

Andalucía PRIMARIAS PSOE-A

Ferraz impondrá una gestora en el PSOE-A para evitar la bicefalia si Díaz pierde las primarias

La dirección nacional quiere evitar el enfrentamiento entre la secretaria general y el candidato a la Junta si finalmente vence Juan Espadas.

12 junio, 2021 02:59
F. J. Cristòfol Inma León

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La candidatura socialista a la Junta de Andalucía no es lo único que está en juego este domingo en el PSOE andaluz. La división interna del partido es notable y una victoria del candidato Juan Espadas frente a Susana Díaz, la que ha sido secretaria general andaluza en los últimos ocho años, no ayudaría, por sí sola, a generar la unión.

En Ferraz lo saben y quieren evitar a toda costa algo que históricamente ha sido nefasto para los socialistas, la bicefalia. Si Díaz pierde este domingo el proceso de primarias, Madrid tiene decidido imponer una gestora para apartarla de la dirección del PSOE-A, han informado a EL ESPAÑOL fuentes del partido.

En la actualidad no es la secretaria general, pero es temporal. Desde el pasado 30 de mayo, coincidiendo con el inicio de la campaña, tuvo que cesar para competir en este proceso en igualdad de condiciones tras quedar estipulado como tal en el último congreso federal. Ha sido Juan Cornejo, secretario de Organización, quien ha asumido esas funciones en estos últimos días, pero el lunes podrá recuperar su cargo, independientemente de quien gane el domingo.

Si la dirección nacional no moviera ficha, podría serlo hasta el mes de diciembre, cuando está previsto que se celebre el congreso regional, pero en Ferraz no quieren jugar con fuego ante un posible adelanto electoral, que se rumorea con insistencia. Y son conscientes de que si la sevillana se enroca en San Vicente -sede del partido-, pueden ser meses muy complicados.

En caso contrario, una victoria de Díaz asestaría un duro golpe a la línea de flotación del liderazgo de Pedro Sánchez, pero si pierde su derrota serviría para que Ferraz tomara el mando en Andalucía. Fuentes socialistas aseguran que mantener al frente del partido a Díaz sería un riesgo que mejor no correr. Algo así como tener al enemigo dentro.

Consideran, por tanto, que Díaz y Espadas no podrían convivir durante mucho tiempo en sus cargos. La candidatura a la Junta de Andalucía requiere de un partido unido y eso es inviable si hay dos líderes -tan distanciados entre sí- al frente.

Todo ello, a pesar de que Espadas ha dicho durante la campaña que, cuando se proclame el ganador, "todos los socialistas deben ir detrás de él" y Díaz ha insistido en que "gane quien gane, siempre ganará el PSOE".

Batalla por el feudo

Madrid quiere plantar la batalla en un feudo tradicionalmente socialista como Andalucía. Díaz ganó las últimas elecciones, pero no pudo gobernar, tras casi 37 años socialistas en el Ejecutivo, por el veto de Cs a Susana Díaz y al PSOE andaluz.

Consciente de ello, Ferraz articulará los resortes necesarios para que, tan pronto como fuera posible, Díaz abandonara todos sus cargos orgánicos. Han sido muchos ofrecimientos los que la dirección nacional le ha hecho en años anteriores tras perder las primarias nacionales contra Pedro Sánchez y, posteriormente, no poder gobernar en la comunidad. Desde la presidencia del Senado hasta algún cargo ministerial, pero la sevillana los ha declinado todos al considerar que su lugar es Andalucía.

En cualquier caso, al haber sido presidenta de la Junta, Susana Díaz tiene la posibilidad de ejercer el cargo de consejera permanente en el Consejo Consultivo de Andalucía, con sede en Granada. Toda su vida laboral, hasta que cumpla 65 años, tras la entrada en vigor de la Ley 4/2005 del Parlamento andaluz, hace ahora 16 años.

Las fuentes socialistas consultadas por EL ESPAÑOL ven inviable que si la expresidenta de la Junta pierde este domingo -o el próximo, si hay segunda vuelta-, abandone por propia voluntad el liderazgo del PSOE andaluz. En ese caso, se activaría el proceso de revocación de la secretaria general.

Juan Espadas en un acto con Pedro Sánchez.

Juan Espadas en un acto con Pedro Sánchez. EuropaPress

Según el artículo 5 de los estatutos federales, sería suficiente con reunir el 51% de los votos del Comité Federal, órgano controlado por los afines a Pedro Sánchez y que verían con buenos ojos apartar a Díaz. Tras esa votación, se nombraría a una gestora que tendría un mandato limitado a 90 días y sus funciones serían las necesarias para propiciar la elección de un nuevo secretario general.

Eso ya ocurrió hace unos meses en la provincia de Huelva y en la Comunidad de Madrid, tras las elecciones autonómicas, en las que los socialistas perdieron 13 escaños, 275.000 votos y fueron superados por Más Madrid.

Una de las críticas más acentuadas que ha recibido Díaz en esa campaña de primarias ha sido la de propiciar, en 2016, la salida de Pedro Sánchez de la Secretaría General del partido. Por tanto, si la política sevillana finalmente pierde la candidatura a la Junta, su revocación como secretaria general sería el final a una historia de continuo enfrentamiento con Sánchez. Todo ello, a pesar de que ella ha presumido en todo momento de la buena sintonía y la lealtad que supuestamente existe entre ambos.

En definitiva, estas primarias son mucho más que la simple elección de quién encabezará la lista del PSOE para gobernar la Junta de Andalucía. Son un plebiscito sobre el liderazgo de Pedro Sánchez y su poder en uno de los últimos feudos, y el más numeroso de España, que no le son afines.

Bicefalias socialistas

La bicefalia es una palabra casi maldita en el PSOE. Hablar de un secretario general diferente al candidato a las elecciones les lleva a los años infaustos de oposición sin rumbo. Es decir, a aquellos finales de los 90 en los que Joaquín Almunia y Josep Borrell mantenían dos liderazgos para un partido.

Por eso, los socialistas no quieren que esta situación se repita en una de las autonomías donde la izquierda siempre ha tenido fuerza, pero hoy no el poder. Necesitan unificar esfuerzos después de que en los últimos dos años el PSOE-A haya perdido casi un millón de votos, según las encuestas.

Evitar que Díaz y Espadas se conviertan en Almunia y Borrell es una de las principales preocupaciones de Ferraz y por eso harán todo lo que esté en su mano para que el partido cierre filas el día después de proclamar al candidato. O candidata.