El Gobierno de Israel mantiene retenidos, en una cárcel del desierto del Neguev, a los tripulantes españoles de la Flotilla Global Sumud, mientras que ya ha iniciado la repatriación de los italianos retenidos.
La decisión se lee, en fuentes cercanas al Ejecutivo de Benjamin Netanyahu, como una consecuencia de las continuas “provocaciones” desde el Gobierno de Pedro Sánchez.
La decisión de llevar al Congreso el debate del embargo contra Israel coincidiendo con el segundo aniversario de la masacre de Hamás, la “mayor matanza de judíos desde el Holocausto”, ha dejado “sin palabras” a las fuentes consultadas.
Un portavoz oficial israelí reconoce que la citación de la encargada de Negocios israelí por parte de José Manuel Albares, en plena festividad sagrada para el judaísmo, el Yom Kippur ha provocado un notable malestar dentro del Gobierno de Netanyahu, así como que ministros de Sánchez hayan “azuzado” a la Flotilla a arriesgar vidas “entrando en una zona de guerra activa”.
En este contexto de máxima tensión diplomática, los 49 españoles integrantes de la Flotilla Global Sumud permanecen retenidos desde este jueves en la prisión de Saharonim, un centro penitenciario ubicado en pleno desierto del Neguev, tras ser interceptados cuando intentaban llegar a la Franja de Gaza.
A diferencia de los políticos italianos, que fueron deportados de inmediato tras la intervención de sus autoridades diplomáticas, los ciudadanos españoles y el resto de los más de 400 arrestados siguen esperando su repatriación.
Cabe recordar que el Gobierno de Giorgia Meloni, aunque también mandó un barco de su Armada a escoltar a la Flotilla, colaboró con el israelí ofreciendo a la Flotilla “vías legales y seguras” para transportar la ayuda humanitaria hasta Gaza.
Fuentes oficiales del entorno del Gobierno israelí confirman que la decisión de trasladar a los activistas a Saharonim responde a la capacidad logística del recinto, concebido originalmente para albergar a inmigrantes en situación irregular.
“Dadas las dimensiones de la operación, se optó por enviar a los detenidos a este centro, que permite gestionar los trámites migratorios con orden y seguridad”, confirman desde el Gobierno israelí.
Dos opciones para los detenidos
El procedimiento, según han descrito fuentes legales de la Flotilla, comenzó tras el desembarco en el puerto de Ashdod, tal como han informado agencias internacionales. La Policía israelí fichó a los pasajeros, los sometió a interrogatorios y supervisó su traslado en autobús bajo fuerte escolta policial, hasta la prisión junto a la frontera egipcia.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel publicó imágenes de sus fuerzas deteniendo a la activista sueca Greta Thunberg desde uno de los barcos.
Los abogados de los detenidos sostienen que aunque la mayoría se encuentra “en buen estado dadas las circunstancias”, algunos han denunciado un trato “indignante”, al haber sido esposados u obligados a mantener posturas forzadas.
Por su parte, las autoridades israelíes rechazan cualquier tipo de vulneración de derechos, “más allá de los protocolos exigidos ante un desafío a la soberanía”, aseguran.
Israel ha planteado a los activistas dos opciones: firmar la autorización para su expulsión inmediata –lo que implica no poder regresar al país en los próximos años– o enfrentarse a un proceso judicial exprés que podría alargar su estancia en prisión hasta 72 horas.
El Ministerio de Exteriores español no ha conseguido por el momento acelerar la salida de sus nacionales, y ha rechazado hacer declaraciones a este periódico “a falta de mayor información”.
Mientras, fuentes del Gobierno italiano confirman la rápida deportación de sus cuatro parlamentarios retenidos, tras gestiones bilaterales de alto nivel, pilotadas por el ministro Antonio Tajani.
“Nuestra prioridad es garantizar una repatriación segura y rápida, la provocación ha terminado”, zanjó una fuente oficial israelí tras confirmar la salida de los italianos.
La operación de la Armada israelí se desplegó entre la noche del miércoles y la madrugada del jueves, interceptando uno a uno los más de cuarenta barcos que componían la flotilla humanitaria. El último buque, el 'Marinette', con seis tripulantes a bordo, fue apresado a las pocas millas de Gaza esta madrugada.
Las autoridades israelíes admiten que los abordajes se produjeron en aguas internacionales, aunque subrayan que el objetivo era evitar un “quebranto del bloqueo marítimo impuesto legalmente”.
Es más, recalcan que la respuesta actuó “con la proporcionalidad debida ante una acción deliberada para poner en cuestión la seguridad del Estado”.
El embargo de armas
La selección de fechas para el debate parlamentario en España tampoco ha pasado inadvertida en el Ejecutivo de Netanyahu. “Llevar la aprobación del embargo al 7 de octubre, aniversario del peor atentado en la historia del país, resulta incomprensible y provoca un profundo malestar”, afirma una fuente cercana a la cancillería israelí.
Consideran que el gesto español añade “combustible a una crisis política que ya venía de largo” y que la tensión diplomática con España no ayuda a la resolución rápida del caso de los españoles detenidos.
Mientras tanto, la presión consular y jurídica continuará durante los próximos días, en medio de una ola de reproches cruzados entre Madrid y Jerusalén, que señala a Sánchez por amenazar con “acciones” contra Israel.
