Brais Cedeira Alberto D. Prieto

El primer plan diseñado por el Gobierno de España y el de Argelia  para trasladar de vuelta a Brahim Ghali, jefe del Frente Polisario, a territorio argelino se frustró porque en el aeropuerto de Logroño tan solo se contaba con una dotación escasa de bomberos, de categoría 1, por lo que la aeronave no podía aterrizar allí. El segundo intento, 12 horas después, se llevó a cabo desde Pamplona, a donde Ghali fue trasladado y donde le recogió otro avión diplomático argelino a última hora de la jornada.

El avión, con matrícula 7T-VPM, despegaba a primera hora de la mañana de este martes desde la base militar de Boufarik con destino al norte de España. A medio camino se ha dado la vuelta mientras sobrevolaba Ibiza para volver a su aeródromo de partida. Según ha podido confirmar EL ESPAÑOL, el jet argelino contaba con un plan de vuelo aprobado pero las circunstancias para el aterrizaje no eran propicias.

Como se trata de un avión de Estado, la aprobación del viaje es una circunstancia que solo se logra con el consentimiento del Ministerio de Exteriores, por lo que se entiende que la cartera dirigida por Arancha González Laya dio el visto bueno a la travesía. 

Ya en espacio aéreo español, el avión fue localizado por los controladores del Ejército del Aire a la altura de Ibiza. En concreto, según ha podido conocer EL ESPAÑOL, fueron los integrantes de la Escuadrilla de Circulación Aérea Operativa (ECAO) de Barcelona los que advirtieron la presencia de la nave.

Estos, dependientes del Ministerio de Defensa, se pusieron después en contacto con los controladores aéreos civiles destinados en Baleares a petición de Exteriores. Eran las 7.45 de la mañana. Tras consultar al ministerio de Laya, los controladores de ENAIRE se comunicaron con el avión para pedirle que se retirase porque no tenía permiso para sobrevolar el espacio aéreo español.

Desde el avión argelino los pilotos comunican que habían salido esa misma mañana desde Argel con un plan de vuelo aprobado que les concedía permiso para ese viaje. Sin embargo los controladores, siguiendo las informaciones que les llegan desde Exteriores, le replican que no puede aterrizar en su destino. Acto seguido se les indicó a los pilotos que tenían que dar media vuelta.

Recorrido del avión que en la mañana de este martes iba a trasladar a Ghali. E.E.

Los aeropuertos según su importancia, tamaño y número de movimientos, requieren de una dotación específica de bomberos. Para ello se le designa una categoría, y en función de ésta, el número determinado de vehículos contraincendios y de bomberos precisos en cada situación.

En este sentido, la categoría 1 es la más baja, con lo que en ese momento por esa circunstancia técnica no se daban las condiciones para el aterrizaje.

Esa primera tentativa frustrada remataría después con el traslado del líder del Polisario 12 horas más tarde de que finalizara su declaración telemática ante la Audiencia Nacional, donde respondió por las dos querellas en las que se le acusa de "actos de tortura, secuestro y sospechoso de haber cometido crímenes de guerra".

Fuentes de Exteriores confirmaban que Ghali había recibido el alta médica del hospital y que tenía previsto salir de España la misma noche del martes. a bordo de un avión civil, como efectivamente sucedió.

 

Esas mismas fuentes indican que a su salida portaba la documentación a su nombre con la que entró en España y que las autoridades marroquíes, a través de los cauces diplomáticos, fueron informadas de su salida del país.

Tensión con Marruecos

Era el primero de los dos intentos llevados a cabo este pasado martes para enviarle de vuelta tras su declaración por videoconferencia ante el juez Santiago Pedraz, titular del Juzgado Central de Instrucción nº 5 de la Audiencia Nacional.

Ahora la tensión con Marruecos se vuelve a acrecentar mes y medio después de la llegada del líder saharaui y del inicio de la crisis diplomática y migratoria con el país vecino. Después de que el magistrado haya declinado imponerle medida cautelar alguna, Ghali, como era previsible, ha abandonado España en las últimas horas desde el aeropuerto de Pamplona.

La salida del líder del Frente Polisario se produce tras los autos del juez en los que afirma que "no suministraba elementos siquiera indiciarios que avalen la existencia de motivos bastantes para creerle responsable de delito alguno".

El magistrado ha rechazado imponerle ninguna medida cautelar como pedían las acusaciones, por lo que podrá salir de España cuando crea oportuno. Únicamente ha acordado que Ghali aporte un domicilio y teléfono a fin de estar localizado en territorio español, pero no le ha restringido su libertad de movimientos.

Hace dos semanas, Rabat advertía de que si Ghali salía de España sin ser juzgado y "con opacidad" las relaciones bilaterales entre los dos países vecinos empeorarían sustancialmente.

Fue la embajadora de Marruecos en España, Karima Benyaich, la encargada de afirmar que si España optaba por sacar a Ghali -hospitalizado en Logroño como paciente aquejado de la Covid-19- de la misma forma que lo había traído, significaba que España estaba optando "por el estancamiento y empeoramiento de las relaciones".

Brahim Ghali, líder del Frente Polisario. Reuters

Benyaich señalaba que lo que sucediera con Ghali iba a ser "un test para la independencia de la Justicia española, en la que confiamos plenamente", pero que también constituía una prueba de si España optaba "por reforzar sus relaciones con Marruecos" o prefería "colaborar con sus enemigos".

Crisis en Exteriores

El Ministerio de Exteriores fue señalado por todos al inicio de la crisis y este martes volvía a ser el objeto de la polémica. Los trabajos de diplomacia desde el estallido de la crisis con Marruecos son a varias bandas.

Por un lado, con Rabat tratando de que amainen las aguas. Por otro, con Argel para devolver al líder del Polisario, Brahim Ghali, cuya presencia en el hospital de Logroño sirvió de detonante al enfado del Gobierno de Mohamed VI y el posterior "ataque a las fronteras de España" en Ceuta, tal como lo definió María Jesús Montero, ministra portavoz del Ejecutivo de Pedro Sánchez, este mismo martes.

En cuanto a Marruecos, se mantiene la "alta diplomacia" y la "discreción", según fuentes del Gobierno. "Nosotros no aireamos los movimientos a través de la prensa", explican ante las voces -incluso del mismo entorno de Sánchez- que reclaman alguna señal más firme hacia Rabat, además de calificar de "inaceptables" los comunicados del día anterior y "tratar de forzar la política exterior con un asalto a la frontera del vecino".

En todo caso, el primer éxito que se apuntan en las oficinas del departamento de Arancha González Laya con Rabat es el comunicado de la tarde de este martes. Marruecos aceptaba la repatriación de los alrededor de 800 menores que seguían varados en Ceuta desde hace dos semanas. Es decir, en realidad y simplemente, cumplir con los acuerdos bilaterales y los de asociación con la UE, signados en 1996. Que no es poco, opina el Ejecutivo, que destaca que hasta ahora el desafío político se mantenía en el plano humanitario.

Y ante Argel, Exteriores recuerda que por muy enfrentados que estén los dos países de nuestra vecindad sur, ambos son socios importantes de España. En todos los aspectos: de seguridad, en política migratoria y en el plano comercial. Así, aunque la sucesión cronológica de los hechos indicaría que este "gesto" marroquí podría tener que ver con otro "gesto" español, obligando al avión de Estado argelino a darse la vuelta a la altura de Ibiza, las fuentes consultadas dan otra versión.

Los servicios diplomáticos del Gobierno de España cerraron con los de Argelia un plan de vuelo para que Ghali saliese cuanto antes de nuestro país este mismo martes. Ante la conciencia de que el juez Pedraz no le aplicaría medidas cautelares -como, de hecho sucedió-, si el avión fletado por Argel ya lo esperaba en el aeropuerto de Logroño, antes se solucionaría el problema: "Si cesa la causa, cesa el efecto", explican las fuentes consultadas.

El Ejecutivo sabe que habrá un último enfado de Marruecos, esperan que Rabat califique de "gesto inamistoso" que Ghali salga del país. Pero podrá exhibir ante su vecino del sur que el líder polisario cumplió con los requerimientos de la Justicia y que salió tan legalmente como entró para ser "atendido por una custión meramente humanitaria".

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