El líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, podrá salir de España cuando le plazca tras el rechazo del titular del Juzgado Central de Instrucción nº 5 de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz, a imponerle ninguna de las medidas cautelares que solicitaban las acusaciones, según los autos que ha podido consultar EL ESPAÑOL.

Estas habían exigido por un lado la prisión provisional y por otro la retirada de pasaporte, algo que la defensa veía irreal dada la negativa previa del juez Pedraz y la posición que la fiscalía ha exhibido durante esta mañana. "Es como solicitar ahora, de acuerdo con lo que hay en los autos, que se ponga a nevar en Madrid".

En sendos autos el magistrado acuerda finalmente que Ghali aporte un domicilio y teléfono a fin de estar localizado en territorio español, pero no le restringe su libertad de movimientos, por lo que efectivamente podrá abandonar el país en cuanto se recupere de la Covid-19, por la cual permanece convaleciente en un hospital de Logroño.

El juez señala que en el presente caso "no puede apreciarse riesgo de fuga alguno" ni constan datos en ese sentido porque Ghali ha puesto de su parte para colaborar con la justicia. 

"En cuanto ha tenido conocimiento de los hechos investigados -dice Pedraz- se ha personado en la causa y ha accedido a la práctica de su declaración, incluso a la vista del estado de salud en el que se encuentra que bien le hubiera permitido a su defensa solicitar posponer la declaración".

Además, recuerda que Ghali no puede ocultar, alterar o destruir fuentes de prueba relevantes para el enjuiciamiento, máxime a la vista de la fecha de los hechos investigados y que no se ha solicitado diligencias de prueba alguna.

Con dureza, el juez apunta que "el informe de la acusación no ha suministrado elementos siquiera indiciarios que avalen la existencia de motivos bastantes para creerle responsable de delito alguno". Sostiene Pedraz que las declaraciones de los testigos en la causa "no tienen prueba corroborativa" y que de ellas no se sigue una participación en los hechos del investigado. 

"Muy débil" de salud según su abogado y en perfecto estado según una de las acusaciones, el líder del Frente Polisario ha negado esta mañana las denuncias de tortura y genocidio en su declaración por videoconferencia desde el hospital de Logroño.

El abogado Manuel Ollé, fichado por Ghali para hacer frente a las querellas reactivadas tras su entrada en España el pasado 18 de abril para tratarse de la Covid-19, dice que su cliente ha realizado "un esfuerzo tremendo con el estado de salud en el que estaba" para ofrecer las explicaciones oportunas al magistrado. Sin embargo, esas explicaciones se centraron solo en contestar a sus preguntas, declinando las de las acusaciones. 

"Se ha demostrado que son absoluta y rotundamente inciertos los hechos que han sido objeto de acusación contra él", asegura Ollé, experto en Derecho Internacional, al abandonar los juzgados una vez rematada la declaración.

Detrás de las querellas que ahora tiene ante sí, el histórico líder saharaui percibe con claridad la mano en la sombra de Marruecos y la monarquía alauí. "Se ha usado el derecho penal para algo que no se debe usar, que son fines políticos. Él no vino escondido. Entró con su pasaporte, más cerca de la muerte que de la vida", incidió su letrado.

Cuando un reportero le ha preguntado si el país vecino, archienemigo del Frente Polisario, podría estar detrás de todo esto, el letrado Ollé no ha escondido sus pensamientos: "Soy abogado, no soy político, pero desde luego, si me pongo a pensar diría lo que usted acaba de decir".

Esta velada acusación ha sido negada a los pocos minutos por una de las letradas de las víctimas, quien ha lamentado no haber podido contrastar con Ghali los hechos, los datos, los nombres y las torturas concretas que aparecen en la querella. "Las torturas están más que confirmadas pero no hemos podido someterlas a contradicción porque no ha contestado. No hay política de por medio. Soy una abogada que entiende de derechos humanos". 

Localizable en un teléfono

La declaración de Ghali, cuya entrada en España fue el inicio de una nueva crisis diplomática con Marruecos, se ha prolongado durante dos horas. Desde el centro hospitalario, con la mascarilla puesta en todo momento de la declaración telemática, negó haber cometido torturas, perpetrado desapariciones o haber incurrido en conductas ilícitas hacia ciudadanos saharauis.

Su abogado no ha querido dejar pasar la ocasión de apuntar que las querellas, tan solo obedecen a "motivos políticos" cuyo fin último es el de "minar la credibilidad del pueblo saharaui".

La comparecencia judicial de Ghali había estado marcada por la incertidumbre porque se negó a firmar el 'recibí' a los agentes de la Comisaría General de Información (CGI) que acudieron al centro médico a notificarle la citación por la primera querella. Adujo que antes quería contactar con la Embajada argelina y con personas de su confianza.

La Asociación Saharaui para la Defensa de los Derechos Humanos (ASADEDH) reaccionó solicitando a Pedraz la detención de Ghali y el instructor contestó denegándola. Ahora, el líder saharaui podrá salir del territorio español tras la decisión del magistrado.

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