El Rey ha afirmado este sábado que la pandemia del coronavirus ha abocado al país a una "encrucijada", como otras que vivió en el pasado, que requieren actuar desde "una unidad profunda en los valores compartidos" y con "solidaridad" entre las personas y territorios de España. En este sentido, también ha destacado que España no está sola en la lucha contra la crisis, sino que cuenta con la UE, que "cubre hoy una etapa trascendental en la que no cabe la fragmentación."

Felipe VI, junto a la reina Letizia, ha presidido la tradicional ofrenda al apóstol Santiago en la iglesia de San Martiño Pinario, en su visita a la capital gallega dentro de su gira por las comunidades autónomas para expresar su apoyo ante el escenario de incertidumbre que ha dejado la crisis sanitaria.

Ese logro, ha proseguido, consiste hoy en día en ser capaces de "aminorar el impacto de la crisis, sin merma de la solidaridad entre personas y territorios que los españoles consagran en la Constitución".

Los reyes han sido recibidos este sábado en Santiago de Compostela.

"Debemos afrontar las consecuencias sociales y económicas de la pandemia, que requieren una unidad profunda en torno a nuestros valores compartidos y un compromiso firme con la búsqueda del bien común", ha completado el monarca, tras recordar que ya en el pasado España se enfrentó a "encrucijadas".

El mensaje de Felipe tiene lugar en un contexto marcado por el acuerdo que la Unión Europea (UE) sobre el fondo de reconstrucción alcanzado la semana pasada por el que España va a recibir 140.000 millones de euros, la mitad en ayudas directas.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha convocado a los presidentes autonómicos el próximo día 31 en San Millán de la Cogolla (La Rioja) para concretar el reparto del llamado fondo Covid de 16.000 millones entre las comunidades.

España cuenta con la UE

Para Felipe VI, España no está sola en la lucha contra la crisis, sino que cuenta con la UE, que "cubre hoy una etapa trascendental en la que no cabe la fragmentación". El reto europeo, ha añadido, consiste en salvaguardar los valores democráticos y consolidar el proyecto compartido con medidas solidarias que permitan avanzar con mayor seguridad y solidez.

A juicio del Rey, la última prueba de solidaridad se dio durante el estado de alarma, cuando España "actuó al unísono", y los ciudadanos, "geográficamente distantes, se sintieron unidos en una causa común, en una lucha compartida".

Como ya recalcara en el homenaje a las víctimas del Covid-19 el pasado día 16 en el Palacio Real, el Rey ha considerado fundamental actuar de manera "incesante" con espíritu de "concordia y entendimiento" para reafirmar "el sentido más profundo de comunidad".

Ante los rebrotes que se extienden por el país, Felipe VI ha apremiado a mantenerse "diligentes y prudentes".

Ante este escenario de incertidumbre, Felipe VI ha subrayado que "nada mejor que evocar al Apóstol", dado que su memoria consiguió que "una tierra considerada el fin del mundo se convirtiera en el principio de la unidad de España y de Europa". "Le pedimos al Santo Patrón de España que siga siempre a nuestro lado inspirándonos y protegiéndonos", ha rogado el monarca en su invocación jacobea.

En esta causa colectiva, ha remarcado que "la vocación y el deber de la Corona es ser punto de encuentro que permita recorrer unidos y en libertad el camino" de la historia.

Es la segunda vez que los reyes presiden la veneración al Apóstol el Día de Galicia, después de que lo hicieran en 2014 pocas semanas después de la llegada al trono de Felipe VI. Con la mirada puesta en la celebración del Xacobeo el próximo año, Felipe VI se ha felicitado de cumplir con una tradición como la ofrenda que "resuena en el corazón de Galicia, que es a su vez corazón de España y de Europa".

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