Al entrar en su casa, analizaron el ordenador portátil en el que lo almacenaba todo. También inspeccionaron su teléfono. Hallaron en ambos dispositivos toda clase de fotografías denigrantes, vídeos de menores desnudos, siendo objeto de prácticas sexuales vejatorias. Agredidos sexualmente.

Ya sabían que era él quien utilizaba una aplicación de mensajería instantánea para vender esas imágenes, plagadas de menores en situaciones vejatorias para ellos. Llegó a cobrar hasta 900 euros cada una. Al encontrarle, descubrieron a la vez el origen de todo el material que llevaban meses buscando.

Ha sido el desenlace de la ya bautizada como 'Operación Patroclo'. M.R.L., español, 28 años de edad, ha sido detenido en la localidad sevillana de Paradas como presunto autor de un delito de posesión, distribución y venta de gran cantidad de material pornográfico infantil. Lo ofrecía en internet, en distintas aplicaciones e incluso en las redes sociales.  

No necesitaron más que un análisis superficial de sus aparatos electrónicos para hallar el bruto de las imágenes con las que trataba de enriquecerse en internet. Según relatan a EL ESPAÑOL fuentes cercanas a la investigación, entre todo el contenido detectaron incluso escenas en las que niños menores de 13 años eran sometidos a innumerables e ignominiosas prácticas sexuales 

La operación se inició el pasado 2 de abril. Ese día fue el primero que detectaron la actividad del pedófilo en las redes sociales. Advirtieron que, a través de un conocido canal de distribución de mensajes instantáneos, el detenido enviaba las imágenes y luego cobraba dinero con ellas. Tras sus pasos han estado los agentes de la Policía Nacional, concretamente el Grupo de Delitos Tecnológicos y Contra la Propiedad Industrial e Intelectual, pertenecientes a la Brigada Provincial de Policía Judicial de Sevilla.

Localización del delincuente

A la vez que este grupo comenzaba sus indagaciones sobre las actividades de esta persona, el Grupo de Protección al Menor nº 1 de la Unidad Central de Ciberdelincuencia, perteneciente a la Comisaría General de Policía Judicial, iniciaba a su vez una investigación al respecto. Ambas secciones aunaron esfuerzos para dar lugar a esta operación conjunta, ahora concluida exitosamente con la detención del presunto ciberdelincuente.

Hubo de por medio una labor de investigación minuciosa, cruzando datos, observando con cautela al acusado, hasta que obtuvieron la titularidad de la conexión desde donde se emitían esos archivos a otros usuarios presentes en la red. Era en un piso de la localidad de Paradas (Sevilla), desde donde se surtía a otros internautas de estas imágenes vejatorias contra los menores que aparecían en ellas.

Fue esta misma semana cuando llamaron a la puerta de su casa para detenerle y registrarlo todo, en busca de los archivos de vídeo e imagen que estaba difundiendo en internet. Al detenido le constan antecedentes policiales, y pasó más tarde a disposición del juez. El magistrado decretó su inmediato ingreso en prisión provisional.

Todo había comenzado en uno de los habituales ciberpatrullajes que los agentes especializados de la Policía Nacional realizan en la Red para detectar y detener la proliferación de archivos que puedan contener pornografía de menores, así como para evitar este tipo de delitos. Este tipo de controles policiales en internet han proliferado a lo largo de los últimos meses, coincidiendo con la pandemia, con el estado de alarma y con el confinamiento de la población por avance del coronavirus.

Aumento durante la pandemia

La actividad delictiva en este tipo de casos ha aumentado considerablemente a lo largo de las largas semanas del confinamiento de la población. En concreto, el teniente José Luis Caramé, del Departamento de Delitos Telemáticos de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, revela a EL ESPAÑOL que han localizado hasta 600 casos diarios con respecto a los 100 al día que tenían antes de que se decretara el estado de alarma y se impusieran las medidas de distanciamiento social. 

Los servicios y las herramientas empleadas por esta unidad de élite del Instituto Armado vienen advirtiendo esa tendencia desde hace semanas. "Estamos detectando 3 grupos principales de avisos: distribución o tenencia de material pedófilo, adultos interaccionando con menores con fines sexuales y menores mostrándose desnudos o en actitudes sexuales. Al final, los pedófilos y los menores han pasado más tiempo en sus domicilios. Entonces el aumento se ha disparado".

Esa tendencia en la turbia esfera de la pedofilia tiene su reflejo en el resto de delitos de carácter telemático. En los últimos meses, 13.000 avisos de estafas virtuales han llegado al Grupo de Delitos Telemáticos (GDT) de la Guardia Civil. Un incremento también de enormes proporciones durante este período en el que se ha prolongado el estado de alarma ante la crisis sanitaria del coronavirus. 

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