Poco se sabe de la reunión que mantuvieron el martes socialistas y bildutarras. Y eso pese a dejarnos la fotografía más impactante de entre las que ha servido la ronda de contactos que el PSOE está teniendo con los diferentes grupos parlamentarios en busca de la investidura de Pedro Sánchez. Nunca hasta ahora los socialistas se habían reunido de forma pública con los herederos de Batasuna para abordar cuestiones de la política nacional, y parecía inimaginable que lo hicieran para un asunto tan relevante como la formación del Gobierno de España.

La reunión generó duras críticas de PP y Ciudadanos, que consideraron ese encuentro un intento de “blanqueo” a los independentistas vascos. La diputada y portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, Cayetana Álvarez de Toledo, compartió vía Twitter una imagen con los nombres y apellidos de los socialistas asesinados por la banda terrorista ETA, que replicó el presidente del PP Pablo Casado: “González, Casas, Gajate, Torrano, Peña, Mújica, Buesa, Jáuregui, Lluch, Lacalle, Elespe, Priede, Pagazaurtundúa y Carrasco fueron asesinados por ser socialistas. Bildu no lo condena y negocia beneficios para etarras con el partido de sus víctimas. Terrible”.

No se han escuchado críticas en las filas socialistas, al menos de forma pública, ya que los votos de los cinco parlamentarios de Bildu pueden ser claves si Sánchez quiere seguir en la Moncloa. Quienes sí han manifestado su malestar ante la historia que esconde esta foto son los miembros de la Asociación de Periodistas Parlamentarios, porque el PSOE no permitió que ningún redactor ni fotógrafo accediera a la Sala Martínez Noval, lugar escogido por los socialistas para sus encuentros.

Fueron las dos formaciones las encargadas de distribuir fotografías de la reunión. EH Bildu publicó tres instantáneas a través de su página web; mientras que el PSOE hizo uso de Flickr y publicó 4.

En todas se aprecia lo mismo. Los rostros de los diputados socialistas Rafael Simancas y Adriana Lastra aparecen con la cara tensa; un rostro que muestra manifiesta incomodidad, más propio de un funeral que de una reunión de trabajo. Los diputados bildutarras, por su parte, lucen una actitud totalmente diferente, ya que tanto la portavoz Mertxe Aizpurua como el adjunto de la formación en la Cámara Baja, Oskar Matute, salen sonrientes¿Qué mensajes intentaron lanzar los partidos?

Análisis de la foto

Sergio Colado y Pilar Jiménez, ambos expertos en comunicación no verbal, destacan la postura de Simancas porque “sus manos son lo más representativo” de la foto, señala Centeno. “Parece mostrar una postura de cierto derrotismo, como si no tuviera una posición favorable. Está alejado del resto y denota una cierta desconexión con el grupo. Esto es habitual cuando dos personas no se conocen bien o, si se conocen, no están en sintonía”, explica Jiménez.

Ambos expertos subrayan que Simancas esconde sus dedos de manera evidente. Para los especialistas, este gesto es un síntoma de protección, y es habitual cuando alguien se siente incómodo. Su expresión facial refuerza esta hipótesis: la barbilla está inclinada hacia abajo, los labios están apretados y su mirada es huidiza.

Lo mismo le ocurre a Adriana Lastra, aunque su análisis es más complicado ya que sufre un esguince después de apoyar mal el pie el día de la constitución de las Cortes, y podría llevar a confusión, matiza Pilar Jiménez.

Por su parte, los independentistas vascos reflejan otro sentimiento. Los expertos señalan que transmiten a la cámara una mirada “segura y sonriente”. El más expresivo para ambos es Oskar Matute, ya que es el único que no tiene la mesa por delante y es al que más “alegre” se le ve. “Sonriente, cómodo, e incluso con los pies que parecen querer avanzar. No sé qué es la carpeta que sostiene, pero ahí lleva algo tan importante para él como para no dejarlo en la mesa y llevarlo en su mano”, explica el psicólogo Sergio Colado.

Interlocución formal

Lo que queda bien reflejado es que hay una diferencia clara de posición respecto a Simancas, quien está “en posición militar, firme e incluso rígido”, explica  Jiménez, mientras que Matute se encuentra “en una posición relajada, tranquila y cómoda”. Para ambos psicólogos nada en esta fotografía es baladí. El PSOE manda, así lo buscan transmitir los papeles y bolígrafos que hay, mientras que para Bildu la reunión constituye “un paso en la buena dirección”.

Los socialistas no quisieron hacer valoraciones después del encuentro, pero tenían claro que la foto era el precio a pagar por buscar el apoyo de los compañeros de Arnaldo Otegi a la investidura de Sánchez. Fuentes socialistas explicaron después que la reunión era un trago. Los socialistas habían rechazado  rechazado hasta la fecha mantener siquiera una interlocución formal con los batasunos, que cuenta entre sus filas a condenados por terrorismo.

Es una foto que no produce satisfacción en muchos socialistas pero que cambia, de facto, el rumbo de España por su trascendencia. La fecha queda para la historia: el 17 de diciembre de 2019.

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