"Hasta ahora, conocíamos mejor por dentro la Casa Blanca que la Moncloa, pero era necesario acabar con ese halo de opacidad que rodeaba a este complejo, que es el corazón del Gobierno y del poder en nuestro país". Un grupo de 23 hombres y mujeres se pasea por la sala donde cada viernes, en unas deliberaciones secretas, otro grupo, en este caso de 18 mujeres y hombres, decide el destino de España. En el edificio, llamado del Consejo de Ministros, reina el blanco. Las pinturas le dan un aire de museo de arte contemporáneo. "¡Es más bonito que en la tele!", exclama una señora.

Sánchez abre La Moncloa a los ciudadanos para que visiten los jardines y algunas salas

El encargado de explicar esa sala es Félix Bolaños, secretario general de la Presidencia y uno de los colaboradores más discretos y de más confianza de Pedro Sánchez, que explica con respeto que los Gobiernos, fueran del color que fueran, "todos trabajaron por España". 

Es lunes y hay cierta expectación entre el personal de la casa. Se trata de la primera visita a las instalaciones tras la que el pasado miércoles, a modo de prueba y en buena medida para la prensa, tuvo de guía al propio presidente del Gobierno. Pero esta semana, el presidente está de viaje en EEUU y el equipo de Moncloa Abierta aprovecha para enseñar parte del complejo en el que diariamente trabajan 2.000 personas. 

Fue anunciarse la iniciativa y, en cuestión de horas, se agotaron de golpe las 1.000 plazas ofertadas en el formulario de la web al que puede accederse a través de este enlace. Tanto es así que, en estos momentos, hay que esperar a que vayan pasando los primeros grupos antes de apuntarse. Las visitas son gratuitas, duran algo más de una hora y pueden participar los mayores de edad españoles o residentes en España, tanto de forma individual como en grupo.  

1. Los ministros y los visitantes, sin móvil

Cada viernes, los 17 ministros y el presidente se reúnen en torno a las 9:30 en la misma sala del edificio conocido como el del Consejo de Ministros, construido en 1989 por Felipe González. el edificio, cuya fachada está cubierta parcialmente por hiedra, es el plato fuerte de la visita.

Antes de iniciar la reunión, los ministros pueden tomarse un café en una elegante sala anexa. Antes de entrar al salón de deliberaciones deben dejar sus móviles fuera. Nadie entra durante el Consejo salvo el ayudante personal del presidente, al que Sánchez puede llamar a través de un timbre. Mientras el Gobierno delibera, no hay wifi y sobre la mesa están los ordenadores y la documentación necesaria para la reunión, junto a unas cajitas plateadas que llaman mucho la atención. Sólo contienen material de oficina. La silla del presidente es más grande, tiene un gran cojín y sobre su mesa hay un ejemplar de la Constitución. 

El secretario general de Presidencia, Félix Bolaños, enseña la sala del Consejo de Ministros. Fernando Calvo / Pool Moncloa

Antes de entrar al complejo presidencial, los visitantes deben dejar todas sus pertenencias en la entrada, móviles incluidos. No hay selfi posible, pero un fotógrafo oficial toma un par de imágenes de la expedición para el recuerdo. Las medidas de seguridad comienzan antes de que el grupo se monte en el autobús que lo llevará a la Moncloa, donde siempre permanece agrupado ante la atenta mirada de agentes de paisano. 

2. De picadero a residencia de mandatarios extranjeros

Ahora la Moncloa es todo el complejo, pero en el inicio de la democracia sólo se trataba del primitivo palacete, cuyos orígenes se remontan al siglo XVII y el conde de Monclova, su primer propietario. Fue propiedad de la duquesa de Alba (la que inmortalizó Goya para la historia) de Godoy o el sitio de recreo de Isabel II. Durante el franquismo se hospedaron en él mandatarios extranjeros como Husein de Jordania o el presidente de EEUU Eisenhower. 

En el palacete residen en la actualidad los presidentes del Gobierno y su familia y, por ese motivo, no se puede entrar. Es su casa particular, rodeada de unos amplios jardines cercados donde no accede casi nadie, pero que se ven en la visita. Por ellos Sánchez pasea a su perra Turca. Sobre la mesa de uno de los despachos del jefe del Gobierno se trataron más que asuntos políticos, según contó Aznar hace unos días. Refiriéndose a otros, en principio.  

3. La sala de entrevistas y el gran salón de Tapices

En el mismo edificio donde está la sala del Consejo de Ministros hay otras importantes que sí se pueden visitar. A él se llega por la famosa escalinata en la que los presidentes esperan a los invitados, que llegan siempre en coche. Dentro esperan las delegaciones, propia y ajena, como si fueran dos equipos de fútbol, aunque sujetos a las reglas del protocolo. 

En frente de la sala del Consejo de Ministros está la sala Tapies, por el autor que adorna parte de las paredes, donde el presidente celebra algunas de las reuniones más importantes en una sala renovada de tonos blancos que sale habitualmente en televisión. El suelo de madera cruje un poco bajo los pies y hay grandes alfombras en varias de las estancias. En la misma planta baja está el salón de Tapices, mucho más amplio, cubierto por telas que dan un aspecto más señorial y solemne. Es ahí donde se anunció la abdicación del rey, la muerte de Adolfo Suárez o se recibe a equipos deportivos como la Selección. En alguna ocasión se celebran salas de prensa. 

En el primer piso, Sánchez tiene su despacho (aparte del que está en su residencia) junto a algunos colaboradores. Allí también se celebran reuniones, aunque esas dependencias no se pueden visitar. Tanto la vicepresidenta como el jefe de gabinete de Sánchez tienen sus despachos, junto al grueso de los equipos, en otros edificios cercanos. 

4. Pero, ¿qué es el "edificio de Semillas"?

Parte de los edificios conservan el nombre que tenían hace décadas. En el edificio de Semillas tiene su despacho el jefe de gabinete del presidente del Gobierno, Iván Redondo. Se trata de una dependencia muy amplia y muy sobria que en su día fue el del todopoderoso vicepresidente Alfonso Guerra, pero no se puede visitar. En el mismo edificio, cercano al del Consejo de Ministros, tienen sus despachos el amplio equipo del presidente. 

Se llama "de Semillas" porque desde que se construyó, en 1950, perteneció al Ministerio de Agricultura. Ahí se almacenaban semillas selectas. El edificio donde tiene su sede la vicepresidencia es de 2006, edificado por José Luis Rodríguez Zapatero. Su titular, Carmen Calvo, es también ministra de la Presidencia, cuyo departamento está en otro edificio aparte. Ninguno de estos se puede visitar. 

5. Zona de prensa

Otro de los lugares que salen más en la televisión es la zona de prensa, en el edificio Portavoz, donde acuden los periodistas para cubrir las principales comparecencias, tanto del presidente, como de la ministra portavoz, Isabel Celaá, líderes nacionales o extranjeros. 

Ese edificio, donde está la secretaría de Estado de Comunicación, tiene una entrada propia para evitar que los periodistas pululen por el complejo. Originalmente era un laboratorio (donde se analizaban las semillas).

6. Un partido de basket cerca de la fuente secreta de Machado

En los jardines del palacete, que sólo se pueden visitar en parte, hay varias zonas de uso recreativo para el presidente, incluyendo una pista de tenis, una cancha de baloncesto o una piscina.

Torra y Sánchez en la fuente de Machado. Govern Generalitat.

También en esa zona, que no se ve en la visita, se encuentra la fuente en la que Antonio Machado se reunía con su amante Pilar de Valderrama, apodada Guiomar y musa del poeta. Esa fuente fue una de las paradas de la reciente visita del president de la Generalitat, Quim Torra, que tuvo una visita privada junto a Sánchez mientras los periodistas se preguntaban por qué se alargaba tanto la reunión. Según la información de Moncloa, hay más de 114 especies florísticas en el recinto. 

7. Gimnasio, bunker, helipuerto y un bonsai de Felipe González 

Justo al llegar a la escalinata del edificio del Consejo de Ministros se puede ver uno de los míticos bonsais que a Felipe González le gustaba cultivar. También se puede ver el helipuerto construido bajo el mandato del presidente. No así el bunker u otras instalaciones, como el gimnasio. 

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