Pedro Sánchez, con su mujer, Begoña Gómez, en la sala de los Comités Federales hace un año.

Pedro Sánchez, con su mujer, Begoña Gómez, en la sala de los Comités Federales hace un año. Moeh Atitar

España UN AÑO DE LAS PRIMARIAS DEL PSOE

Así envejece el discurso de la victoria de Pedro Sánchez: qué ha cumplido y qué no

El año de Sánchez de vuelta en Ferraz tiene claroscuros. La batalla con Podemos parece zanjada, pero las encuestas y la desunión interna lastran su proyecto.

20 mayo, 2018 01:39

En la sala Ramón Rubial de la sede del PSOE, la de los Comités Federales, esperaban cientos de partidarios y colaboradores de Pedro Sánchez. Se escuchaban gritos de "¡Campeones, campeones, oé, oé, oé!". En la calle, los muchos que se habían quedado fuera coreaban "¡Se nota, se siente, Pedro presidente!". La calle Ferraz de Madrid era, con mucha probabilidad, el lugar del mundo donde a esa hora más personas cantaban la Internacional.

Eran en torno a las 23:00 y Pedro Sánchez había ganado amplísimamente las primarias por el liderazgo del PSOE a Susana Díaz, su gran rival desde hacía años, y Patxi López. 

Sánchez pronunciaba sus primeras palabras tras resucitar como secretario general casi ocho meses desde su dimisión, forzada en un agrio Comité Federal que más fue una encarnizada guerra entre dirigentes retransmitida minuto a minuto por los medios de comunicación. Enfundado en su camisa blanca, el líder del PSOE estaba tranquilo, como casi siempre que habla en público. La victoria no era para él ningún motivo de sobresalto. 

¿Qué dijo Sánchez en su primer discurso (disponible por escrito aquí)? ¿Cuánto se ha cumplido? Un año después, este era el PSOE que prometía y esto es lo que ha ocurrido. 

"La vanguardia democrática"

"Buenas noches. Gracias de corazón por esta ilusión, por esta emoción que estamos viviendo todos los socialistas. Hemos vuelto a dar un ejemplo de democracia, de participación, de transparencia… Somos la vanguardia democrática del sistema político en España y eso es gracias a vosotros y a vosotras".

Tras la noche de las primarias, el partido se dotó de un reglamento que mejora la democracia interna en las primarias para elegir a los principales cargos, regula el proceso de censura de un líder, el tiempo máximo de las gestoras, la participación de las bases en la composición de los principales órganos o las consultas a la militancia. Todo tiene letra pequeña y hay excepciones. Las primarias que se pueden evitar en algunos casos y la estructura sigue controlando las listas electorales.

Según el ranking de +Democracia, Podemos supera al PSOE en democracia interna, aunque el poder de su líder, Pablo Iglesias, condiciona mucho la aplicación de las normas. El borrador del programa electoral de Sánchez hablaba de que las Juventudes del partido podrían ser una "plataforma lanzamiento carreras políticas", aunque esa expresión fue eliminada en la versión definitiva sin que se haya acuado en una actualización profunda de la organización juvenil. 

Muchas voces en el partido siguen pensando que el cambio cultural sigue por llegar, a todos los partidos pero también al PSOE, para que se respeten las voces críticas y la promoción interna no dependa en gran medida de la lealtad personal al líder de turno.

"Un partido más grande"

"Quería agradecer, en primer lugar, a los 200.000 afiliados y afiliadas que con su voto habéis hecho hoy del Partido Socialista un partido más grande, más creíble; un Partido Socialista ganador. Gracias de todo corazón"

El censo de las primarias, cerrado en abril de 2017, fue de 187.782 con derecho a voto. Según fuentes de Ferraz consultadas por EL ESPAÑOL, la cifra actual ronda los 183.000, por lo que el PSOE sigue cediendo militantes, una constante desde los tiempos de Zapatero. Hace 10 años, en 2008, el PSOE tenía 236.572 afiliados. El declive de la militancia, en el que influyen también las nuevas formas de compromiso político de la sociedad y las nuevas tecnologías, parece imparable. 

Patxi López y Susana Díaz

"Quería también trasladar mi agradecimiento a Susana y a Patxi porque, desde distintas posiciones políticas, ambos son compañeros que están trabajando y que han trabajado por hacer del Partido Socialista Obrero Español un partido más fuerte".

En este año, Patxi López se ha integrado en la Ejecutiva de Sánchez como secretario de Política Federal y sigue siendo diputado. Susana Díaz se ha replegado en Andalucía, donde mantiene un férreo control del partido, y lucha por mantenerse en el poder en las próximas elecciones a la Junta de Andalucía, que se celebrarán como muy tarde en marzo. Andalucía es una pieza fundamental en el PSOE y conservar la Junta no sólo preserva la posición personal de Díaz sino que es imprescindible para cimentar un buen resultado de Sánchez. 

"Gana el PSOE y gana España"

"Gracias porque todos, compañeros y compañeras, tenemos que reconocer hoy que quien ha ganado ha sido el Partido Socialista Obrero Español. Y que cuando gana el PSOE gana España".

La afirmación es, por lo menos, cuestionable. Un año después, la intención de voto del PSOE está más o menos donde Sánchez la situó en las dos últimas elecciones generales. En abril el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) apuntaba a un 21,4, tres décimas menos que en las elecciones generales de 2016 y cuatro más que en las de 2015. Pedro Sánchez ganó, pero el PSOE no ha avanzado posiciones. Es más, ha perdido la condición de segundo partido del país y por lo tanto alternativa a manos de Ciudadanos, al menos según el CIS. Otros estudios demoscópicos sitúan al PSOE cuarto, como el de Metroscopia y, la mayoría, tercero tras PP y Ciudadanos. 

Defender a todos los progresistas de España

"Me gustaría dirigirme a los millones de socialistas que contra viento y marea votaron socialista el pasado 2016. Me gustaría dirigirme también a aquellos millones de socialistas que se sienten progresistas pero que no nos votaron en las últimas elecciones. A unos y a otros les decimos que aquí está el PSOE, aquí está la izquierda y q vamos a servirles durante los próximos meses y los próximos años. Les decimos que el PSOE va a hacer una oposición útil". 

Un análisis pormenorizado del CIS dice que, al menos si uno se fía de la encuesta, considerada de las más prestigiosas, a Sánchez le queda mucho por hacer un año después. Sánchez es el líder peor valorado de los cuatro grandes entre los votantes propios. Su popularidad entre su propio electorado ha bajado desde la gran subida experimentada en las semanas inmediatamente posteriores a su regreso al PSOEUn 31,8% del electorado socialista y un 60,3% del general creen que el PSOE está haciendo mala o muy mala oposición. Son más los españoles (exactamente un punto) los que suspenden al PSOE en la oposición que al PP en el Gobierno.

Hacer lo "indecible" para echar al PP

"Les vamos a decir que el PSOE está aquí y que va a hacer lo indecible por cambiar el rumbo del país. Que va a hacer lo indecible para acabar con la corrupción del PP, que va a hacer lo indecible por mejorar sus vidas y las de sus familiares y las de sus hijos e hijas".

Si es "indecible" no hay que descartar acciones de Sánchez en privado, pero el rumbo de España sigue fundamentalmente marcado por el PP, Ciudadanos y, en menor medida, los partidos nacionalistas que apoyan los presupuestos. El PSOE ha condicionado al Gobierno en un asunto capital como el artículo 155 de la Constitución. 

Con lo que no ha probado suerte Sánchez es con una moción de censura al Gobierno de Rajoy que Podemos le reclama con regularidad. En su campaña de primarias, acusó a la Gestora de estar muy cerca de Rajoy y anunció que lo primero que haría sería pedir la dimisión de Rajoy. Pero al regresar, esa exigencia no se produjo. Sánchez sí ha pedido a Rajoy que se someta a voluntariamente a una moción de confianza si no aprueba los Presupuestos que, de momento, parecen encarrilados. 

El secretario general de "todos"

"Todos y todas votamos a distintos candidatos y candidatas, pero con una idea y es que queríamos hacer del Partido Socialista una organización nueva. Yo me comprometo, como dije en el proceso de primarias, a que voy a ser el secretario general de todos y cada uno de los afiliados y afiliadas del Partido Socialista Obrero Español". 

Esa es una de las promesas cuyo cumplimiento es más limitado. En la Ejecutiva que formó Sánchez, de 49 miembros (la más nutrida de todo el siglo XXI), sólo una persona no le había apoyado en las primarias: Patxi López. La integración ha venido por dos vías: el acercamiento individual de los que quieren seguir cerca del timón socialista, como Guillermo Fernández Vara, y contactos de muy alto nivel de Sánchez con exlíderes como José Luis Rodríguez Zapatero y Felipe González. El resto, se limita a la sintonía personal entre dirigentes, destacando José Luis Ábalos, el secretario de Organización, por su capacidad de diálogo. 

La integración se ha limitado a contados dirigentes, pero en este tiempo diputados y dirigentes críticos denuncian haber sido apartados. Otros, como Eduardo Madina, han renunciado a sus cargos institucionales al no encontrar cabida en el nuevo PSOE. 

Superar a Podemos

"Vamos a cumplir con el mandato de las urnas, que es hacer del Partido Socialista el partido de la izquierda de este país; que es hacer del Partido Socialista una organización creíble, coherente; que es construir el nuevo PSOE".

El PSOE está claramente por encima de Podemos en las encuestas y parece haber zanjado la guerra por la primacía de la izquierda, algo que asumen incluso en el partido morado. En eso, al menos de momento, el tiempo ha dado la razón a Sánchez. 

Rajoy "teme a un PSOE unido"

"No lo olvidemos nunca, a quien teme el presidente del Gobierno actual, sobre todo y por encima de cualquier otra cuestión, es a un PSOE unido y eso lo vamos a tener a partir de mañana: un PSOE unido y rumbo a la Moncloa". 

Por las encuestas y el clima político, a quien más teme Rajoy es a Albert Rivera, muy pujante en las encuestas en parte gracias al electorado del propio PP, al que logra seducir en toda España. En ese sentido, el "rumbo a la Moncloa" no se atisba como el escenario más probable para el PSOE, pero todo dependerá de los pactos tras unas elecciones que, si no se adelantan, se celebrarían dentro de más de dos años.