Daniel Ramírez Brais Cedeira
Pablo Iglesias ha vencido en Madrid. Mar en calma para su viraje a la izquierda, la vuelta a las calles y el trago del tarro de las esencias. Su alianza con los anticapitalistas cristalizada en la victoria de Ramón Espinar le garantiza el control de la federación más gruesa del partido. El triunfo de Teresa Rodríguez en Andalucía le granjea seguridad en otra de las plazas fuertes. La dimensión estatal ha empañado las discusiones regionales en el proceso y tanto errejonistas como pablistas han descrito las primarias como “el primer round” de la batalla de Vistalegre. En lo que supondrá la segunda gran asamblea del partido -donde se tendrá que marcar un nuevo rumbo-, Iglesias tendrá facilidad para implantar su relato de impugnación y de “miedo a los poderosos”.
En los últimos días de campaña, un veterano del partido cercano a Iglesias contaba a este periódico que Errejón estaba “volcado” con Maestre porque “se jugaba el ser o no ser”. Incluso mencionaba que el secretario político utilizaría tanto una victoria como una derrota ajustada -como ha sido el caso- para mantener esta marca y servir de plataforma para que el errejonismo intente disputar el liderazgo a Iglesias en el próximo Vistalegre. Pero el errejonismo ha quedado mermado, y no sólo por el resultado. Espinar ha anunciado cambios, aunque ha prometido “ser generoso”. José Manuel López, portavoz de la Asamblea y uno de los bastiones de Podemos en Madrid, podría ser obligado a dar un paso atrás. El Consejo Ciudadano -órgano rector- sólo integra a siete personas afines a Errejón y Rita Maestre, que no está entre ellos, podría no formar parte de la Ejecutiva. Madrid es el botón de muestra, pero algo parecido podría producirse en el resto de Comunidades Autónomas, donde los resultados han trazado un paralelismo.
Espinar, en su rueda de prensa de triunfo, aseguró que el liderazgo de Iglesias “sale fortalecido” porque el destino de Podemos y el de su secretario general “están muy ligados”, “mucho más que lo que sucede en cualquier otro partido”. El senador no quiso revelar si esta alianza con los anticapitalistas se extrapolara a un nivel estatal con motivo de Vistalegre, pero Miguel Urbán e Isabel Serra, líderes de esta corriente, dejaron claro que iban a trabajar por que así fuera. El poder en Podemos ha dado un vuelco y Vistalegre 2 podría mostrar una escena radicalmente contraria a la de la asamblea inaugural, donde Echenique y los anticapitalistas fueron los adversarios de Iglesias.

La pérdida de influencia del errejonismo

El resultado de las primarias que aúpan a Espinar a la dirección de la Comunidad deja en un lugar de poca relevancia a los partidarios de Maestre y Errejón. Espinar cuenta ahora con 27 asientos del consejo ciudadano autonómico de un total de 34. Eso garantiza a Iglesias -íntimo de Espinar- el control prácticamente absoluto de Madrid. 

Sin embargo, la personalidad de Errejón seguirá presente en el seno de la federación madrileña puesto que la candidatura de Maestre obtuvo nueve de las once brújulas de organización. Quienes le apoyan ven en ello un pobre consuelo, pues el poder que ahora acaba de adquirir la facción de Iglesias, con Espinar como estilete, le permitirá actuar dejándoles de lado, obviando por completo las propuestas del ala más moderada de la Comunidad Madrileña. Para empezar, es más que probable que en las próximas semanas haya cambios en los puestos de dirección del grupo parlamentario de Podemos en la Asamblea de Madrid. Pese a ello, Espinar declaraba este viernes que habrá espacio para Maestre y los suyos. "Claro que los cumpliremos", prometía justo después de anunciar que "será generoso".

Está cerca la celebración de otro Vistalegre -sobrenombre de la I Asamblea Ciudadana de Podemos, en la que Iglesias obtuvo el poder frente a los anticapitalistas, que ahora son sus socios-. La línea dura de Podemos, representada por Iglesias y los suyos, ha salido reforzada de este complejo examen de noviembre. Una línea que viene prevaleciendo tanto en el discurso como en las formas del partido morado desde las elecciones del pasado 26 de junio y que se ha acentuado tras la investidura de Mariano Rajoy.

El discurso de Iglesias, la irrupción en la campaña interna madrieña de Juan Carlos Monedero y la alianza de Espinar con los Anticapitalistas son el reflejo de la acentuación de este rasgo de la personalidad de un partido aparentemente unido pero con dos discursos diferentes.

El piso de Espinar

La incertidumbre por el efecto del 'caso Espinar' generó una espiral de silencio los últimos días de campaña en la batalla de Madrid. "De verdad, no tenemos ni idea de qué puede pasar", repetían tanto pablistas como errejonistas antes de conocerse los apretados resultados.

Conocida la información sobre la operación inmobiliaria que reportó al senador cerca de 20.000 euros, la dirección del partido arropó a su candidato. Pablo Iglesias e Irene Montero publicaron un par de vídeos en los que cerraban filas en torno a Espinar. Ese mismo día Ramón Espinar era trending topic en Twitter por la mañana. Y el aparato mediático del partido se puso a funcionar en las redes sociales. "Máquina del Fango" reemplazaba esa tarde en influencia en Twitter a los mensajes acerca del famoso piso. Iglesias denunció que una suerte de conspiración -las élites, Cebrián, la "Triple Alianza- caía sobre el partido en el momento más oportuno.

Estos mensajes molestaron a los errejonistas, que interpretaron que la dirección utilizó el piso como pretexto para romper la imparcialidad que habían prometido. El relato de presentar a Espinar como víctima de un régimen y una conspiración mediática, arma de doble filo hasta el final, ha funcionado y terminó fortaleciendo su posición.

Las dudas de Errejón

La clara victoria de Iglesias en Madrid le otorga un poder superior al que antes tenía. Las dudas surgen ahora en Errejón. Una victoria de Maestre le habría dado al secretario político, según confirma su entorno, el poder de apoyarse en la federación más importante para disputarle a Iglesias el trono de la secretaría general de Podemos. Ahora, las dudas vuelven a surgir en el número dos del partido. El frenazo de las aspiraciones de Maestre se pueden traducir en que en el próximo Consejo Ciudadano estatal Errejón no termine de dar el paso para hacer frente a Iglesias. 

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