Las primarias por la secretaría general de Podemos en Madrid canalizan el latir de la formación. Cuando Pablo Iglesias ha atendido a los medios con motivo de su reunión con varios embajadores, las preguntas acerca de la contienda electoral que enfrenta a Maestre y Espinar han sepultado sus declaraciones sobre la victoria de Trump o el brexit. Con claridad, el secretario general ha reconocido que el resultado de las elecciones madrileñas adelanta el debate de Vistalegre. "Sí, lo anticipa, pero saldremos reforzados", ha afirmado.

Sin fecha concreta todavía, pero programada para principios de 2017, la segunda gran asamblea ciudadana girará en torno a la disyuntiva 'pablistas' o 'errejonistas', moderación o impugnación. Un debate que se ha enconado durante la campaña de las primarias madrileñas, donde Iglesias sostiene a Ramón Espinar y Errejón a Rita Maestre.

"Las dos candidaturas reúnen personas imprescindibles"

En contra de lo expresado al inicio de la campaña -mostró su apoyo a Espinar ante los medios asegurando que llegarían candidaturas mejores cuando se conoció la de Maestre-, Iglesias se ha mostrado imparcial: "Las dos opciones reúnen aspectos positivos y personas imprescindibles".

Estas palabras enlazan con el riesgo de desmembrarse que rodea la primera línea de Podemos en Madrid: fuentes pablistas aseguran que Espinar dará un paso atrás si no gana, por lo que Iglesias perdería, por lo menos en el escaparate, a uno de sus hombres de confianza. Algo parecido podría suceder con Maestre, una de las caras más conocidas de Podemos. Si Espinar se impone, no es seguro que la también portavoz del Ayuntamiento de Madrid acepte formar parte del consejo ciudadano que controlará su todavía adversario electoral.

Tanto anticipan las primarias madrileñas la discusión del próximo Vistalegre -donde Podemos marcará su nuevo rumbo- que, en filas pablistas, temen que una victoria de Maestre dé alas a Errejón para postularse como líder del partido. "Si ganan, van a mantener la marca creada y darán un paso adelante, seguro", dice un miembro de la candidatura de Espinar a este periódico. Estas palabras chocan con lo expresado por filas errejonistas, que insisten en que su lógica de trabajo no va más allá de Madrid.

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