La Dra. Becky Kennedy, psicóloga nombrada la gurú que susurra a los padres milenials.

La Dra. Becky Kennedy, psicóloga nombrada "la gurú que susurra a los padres milenials". Melanie Dunea Planeta

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La Dra. Becky Kennedy, la gurú de los padres milenials: "La crianza es el trabajo más difícil y más duro"

La psicóloga creadora del método 'Good Inside', que está arrasando entre las familias milenial en EEUU, llega a España para hablar sobre resiliencia y bienestar infantil.

18 octubre, 2022 03:11

“Eduquemos a nuestros hijos en la resiliencia y no en el miedo”. Con este mensaje, Rebecca Kennedy (Estados Unidos, 39 años) se convirtió en un fenómeno global. Más conocida como la doctora Becky, esta psicóloga clínica ha revolucionado la crianza hasta el punto de ser considerada, por la revista Time, como “la gurú que susurra a los padres milenials”.

Su libro Educar sin miedo (Planeta, 2022) acaba de aterrizar en España y, con él, su método Good Inside o buenos por dentro, que en poco más de un año le ha ayudado a reunir una comunidad online de más de un millón de seguidores. Su hipótesis es sencilla: todos, niños y adultos, somos “buenos por dentro”.

Esa elección de palabras para definir su método, explica, son deliberadas: “No significa que la gente no se porte mal ni que justifiquemos el mal comportamiento”. Más bien, dice, que “en el fondo, todo el mundo tiene bondad dentro”. Y matiza: “Las personas desarrollan diferentes partes de sí mismas para adaptarse a su entorno y sobrevivir en la vida. Algunas de esas partes pueden ser muy destructivas, violentas y peligrosas de adultos”.

[La resiliencia de los niños en tiempos de cuarentena]

Para la Dra. Becky, el "soy como me ven" es la máxima de su manera de entender la psicología infantil. Así, explica, es como “los niños desarrollan su personalidad, basándose en las versiones de ellos mismos que ven reflejadas en el resto”. El problema está, cuenta, que hasta no hace tanto “los castigos, los rincones de pensar o faltarle al respeto a los niños ha sido la norma durante generaciones”.

Por eso, insiste, hay tantas generaciones de niños y adultos que han creado su identidad “sintiéndose mal por dentro” y, por ende, “actuando acorde a esa realidad”. Sin embargo, asegura Kennedy, ahora los milenials están despertando: “Están muy abiertos a nuevas ideas porque están muy comprometidos con su propia salud mental”.

Como afirma la psicóloga afincada en Nueva York, “cuando quieres ser padre o madre y, además, te preocupa tu salud mental, necesitas abordar la situación de otra manera para honrar a tus hijos, pero también a ti mismo”. Eso, dice, es lo que hace que muchos milenials busquen ayuda profesional, porque “criar a tus hijos y volver a 'criarte' a ti mismo es muy duro”.

Pregunta: Los milenials pecan, a veces, de querer ser perfectos. Vivimos en un mundo que premia la perfección.

Respuesta: Es el problema de vivir en la era de la información, y trasciende a la crianza. Una consecuencia de la manera en que vivimos y nos interrelacionamos con internet es que parece que hay una respuesta perfecta para cualquier pregunta. Si sigo leyendo, investigando, haciendo scroll, cambiando de página… la respuesta correcta aparecerá. Por eso, es muy importante, cuando buscas información en cualquier área, parar, comprobar cómo estás y preguntarte a ti misma si lo que estás haciendo te está ayudando, empoderándote o generándote ansiedad.

P.: ¿Existen los padres perfectos?

R.: Hay que dejar claro que los padres perfectos no existen. Siempre le digo a los padres que si tienen que ser muy buenos en algo, lo sean en la reparación. Un mensaje muy importante en esta era de la información y de la perfección es establecer que la reparación no va de ser perfecto, sino de sentirte empoderado más a menudo.

“Liderazgo robusto”

Para Kennedy, el mayor problema que nos enfrentamos hoy en día en la crianza es que “se nos ha vendido un modelo horrible de liderazgo: los líderes son duros, autoritarios, no escuchan a la gente”. Sin embargo, asegura, “los milenials valoran cada vez más la salud mental y las emociones; creen que los sentimientos no nos debilitan, sino que nos hacen fuertes”.

Hasta ahora, cuenta, nos hemos venido encontrando con una dualidad: o eres un líder “duro y te da igual la gente” o “te importan los sentimientos y no puedes hacer nada por ti mismo”. Eso mismo, asegura, es fruto de la crianza. Por eso, explica Kennedy, ella habla de que todos los niños son buenos por dentro. Todas las personas son buenas de base.

Ese concepto, explica, sienta las bases de un "liderazgo robusto en casa, en nuestras relaciones de pareja, con nuestras amistades, en el trabajo y donde sea". Este modelo, dice, es una manera de "conectar con otra gente a la vez que sigues conectado contigo mismo". Así, se presenta como un nuevo modelo de liderazgo que, asegura la experta, rompe con esa dualidad de "solo me importo yo" o "solo me importan los demás".

Para los padres, cuenta la Dra. Becky, es complicado personificar la autoridad porque en realidad no han tenido nunca ningún modelo a seguir en su vida cuya autoridad fuese “amable y fuerte” a la vez. "Muchos padres me dicen que el modelo Good Inside no solo les ha ayudado a ser los padres que quieren ser para sus hijos, sino que les ha servido para ser los líderes que siempre han querido ser en sus lugares de trabajo".

Kennedy reconoce, además, que "hay una nueva manera muy concreta de ser líder que hace que la gente se sienta mejor" y eso la anima a seguir investigando y hablando sobre psicología y crianza.

Afrontar las emociones

Cada vez son más los padres que, como asegura la Dra. Becky, dicen sin pensar que solo quieren que sus hijos sean felices. Para ella, sin embargo, uno de los “objetivos de la infancia” que, dice, ayudará a una madurez más “segura”, es “aprender a tolerar la mayor parte de sentimientos posibles”.

Porque, recuerda, “de niño sientes todo: felicidad, tristeza, envidia, frustración, abandono, te sientes menos que otros… Pero también sentimos todo eso como adultos”. Y concluye: “Nunca he conocido a un adulto cuyos padres hayan conseguido anular sus sentimientos, su frustración, etc.”.

Lo único que separa a los niños de los adultos –y a los adultos entre sí–, explica, es si hemos desarrollado “habilidades de afrontamiento”. Es decir, si sabemos afrontar nuestros sentimientos y emociones. “La base para cultivar la felicidad como adultos es ser capaces de afrontar las emociones más angustiantes con las que nos topemos”. Y es que, insiste, “hay una paradoja: cuanto más sentimientos negativos seamos capaces de afrontar, más espacio habrá en nuestro cuerpo para la felicidad”.

P.: Entonces, ¿hay una receta mágica para conseguir la felicidad de los niños?

R.: Como padres tenemos que celebrar los momentos en los que nuestros niños están tristes, frustrados o celosos en nuestra presencia, porque tenemos la oportunidad de ayudarles a construir mecanismos de afrontamiento, que sepan que es normal sentirse así, y que nosotros podemos tolerar los sentimientos.

Los niños nunca aprenderán a tolerar sus sentimientos si los padres no lo hacemos. Así ayudamos a los niños a afrontar las situaciones difíciles cuando se hagan mayores. Esa es la receta de la felicidad.

El trabajo más difícil

Para la psicóloga estadounidense, “la crianza es un trabajo importante, es el más difícil y el más duro, y las personas que desempeñan trabajos de esta categoría merecen tener recursos a su disposición para sentirse empoderados y equipados”.

Por eso, asegura que es indignante cuando ve en los medios “cosas como que los psicólogos expertos en crianza vamos a la caza de padres desesperados”. Eso, dice, “es una gilipollez absoluta creada por el patriarcado”. Y lamenta: “No conozco ningún medio que diga que los psicólogos de las empresas van a la caza de los CEO. O que los entrenadores van a la caza de atletas”.

Pero, claro, asegura, “la crianza tradicionalmente ha sido una labor de las mujeres que, en la mayoría de las ocasiones, se han culpado a sí mismas si tenían dificultades en vez de buscar ayuda”.