La Unión Europea, Canadá, Argentina, la República Democrática del Congo, Corea del Sur, Vietnam, Colombia, Libia… y así hasta 105 países se han unido –hasta el momento– al compromiso global de reducción de metano liderado por Estados Unidos. Esta mañana, los líderes de estos países anunciaban en la cumbre del clima de Glasgow una alianza internacional para reducir en un 30% las emisiones globales de metano antes del final de la década.  

Como aseguraba la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en el anuncio de este compromiso global este mediodía, "cuando hablamos de acción climática, vemos dos horizontes diferentes: la neutralidad climática para mediados de siglo y el horizonte 2030". Y, recordó, "no podemos esperar a 2050; tenemos que actuar ahora y el metano es uno de los gases que podemos reducir más rápido, y solo haciéndolo conseguiremos desacelerar el cambio climático".

Para ello, anunció Von der Leyen, en las próximas semanas la Comisión Europea propondrá que la UE regule las emisiones de metano para que "se midan, se reporten y se verifiquen y también para detectar fugas y repararlas". 

105 países se han unido al compromiso global de reducción de metano liderado por Estados Unidos

Tanto Von der Leyen como el presidente estadounidense, Joe Biden, hicieron hincapié en que tan importante como este nuevo compromiso climático son los beneficios que aportará a la vida de las personas la reducción de emisiones de metano. Ambos líderes aseguraron que esta alianza global podrían prevenir millones de muertes prematuras y "la pérdida de 20 millones de cosechas cada año", apuntó Von der Leyen.

Además, Biden recordó cómo a finales de septiembre, cuando él y la presidenta de la Comisión Europea pusieron sobre la mesa el compromiso de reducir este tipo de emisiones, "solo nueve países estaban con nosotros". Ahora, "son más de cien, y subiendo", apuntó.

Por su parte, el primer ministro canadienses, Justin Trudeau, se comprometió, como país productor de petróleo y gas a reducir hasta un 75% las emisiones de metano relacionadas con la industria. Y animó a otros países productores a unirse a su meta. 

El compromiso de Biden

Este compromiso impulsado por el presidente estadounidense se enmarca dentro de su intento por devolver a EE.UU. el liderazgo en la lucha contra el cambio climático, y se centra en la que, para su administración, es la manera más eficiente y rápida de frenar el calentamiento global en el corto plazo. 

El Gobierno de Biden lleva desde septiembre –cuando anunciara su plan para reducir las emisiones de gas metano para 2030– intentando sumar al mayor número de actores internacionales posibles.

Hasta el momento, el ambicioso plan del presidente estadounidense, que se irá concretando con medidas específicas en los próximos días, cuenta ya con el compromiso de dos tercios de las economías globales y la mitad de los 30 mayores emisores de este gas.

El plan de Biden cuenta con el compromiso de dos tercios de las economías globales

Sin embargo, la alianza del metano aún no ha conseguido subir a bordo a China, India y Rusia, que han decidido –por el momento– no adherirse al plan estadounidense. Con o sin ellos, esta propuesta es toda una declaración de intenciones que pone sobre la mesa el compromiso de Washington para con la mitigación de la crisis climática. 

Un compromiso histórico

El director ejecutivo de la Agencia Internacional de la Energía, Fatih Birol, declaró el compromiso del metano como un acuerdo histórico. "Si cumplimos nuestra palabra en los próximos diez años, conseguiremos lo mismo que si todo el sector del transporte mundial se descarbonizase hasta las cero emisiones", sentenció. 

Pero no solo eso. Los líderes mundiales que han suscrito el compromiso propuesto por Estados Unidos también recordaron que la reducción de las emisiones de metano supone un impulso a la economía y para el mercado laboral mundial.

Durante la presentación de este compromiso, también se anunció un fondo de inversión filantrópico –que espera hacerse cada vez más cuantioso–, a disposición de los países que se han comprometido. Porque, como resaltó el enviado presidencial especial de EE.UU para el clima, John Kerry, "ningún Gobierno puede hacer esto por sí solo, necesitamos a la filantropía y la solidaridad del sector privado para afrontar este reto". 

Sin aprobación del Congreso

Según el diario británico The Guardian, el plan de Biden consiste en que buena parte de la nueva regulación del metano no requiera de aprobación del Congreso de los Estados Unidos para ser aplicada. Por el contrario, el Gobierno estadounidense se centrará en limitar las emisiones de metano de las industrias del petróleo y del gas, responsables del 30% de las mismas.

Además, se recuperará la capacidad de la Agencia de Protección del Medio Ambiente para detectar fugas de la industria petrolera y llevar a cabo sus reparaciones. Por primera vez, se extenderá la misma a nuevas operaciones de gas.

Tan solo detectando y reparando fugas en dos de las industrias más contaminantes, la Administración Biden pretende cubrir el 75% de las emisiones de metano. El porcentaje restante se debe a las minas de carbón y pozos de petróleo abandonados, vertederos municipales y la agricultura. 

Para atajar esa parte de las emisiones, Estados Unidos anunciará una nueva normativa con la que se requerirá a las empresas a inspeccionar casi cinco mil kilómetros de oleoductos y tuberías, tanto dentro como fuera de los límites municipales. 

Proteger los bosques

Pero más allá de reducir las emisiones de gas metano, el presidente estadounidense ha anunciado el compromiso de su país para frenar la pérdida de biodiversidad con un plan a nivel global para proteger los bosques.

Biden pretende invertir 9.000 millones de dólares hasta 2030 para restaurar la biodiversidad del planeta

En un acto sobre Bosques y Tierra celebrado en la COP26, Biden ha anunciado que esta nueva estrategia contra la deforestación "contará con todas las herramientas del Gobierno estadounidense: políticas, diplomáticas y financieras".

Con la ayuda del Congreso de los Estados Unidos, Biden pretende invertir 9.000 millones de dólares –alrededor de 7.756 millones de euros– hasta 2030 para restaurar la biodiversidad del planeta en, aseguró, "el primer plan de este tipo". 

"Vamos a asegurarnos de que los mercados reconocen el verdadero valor económico de los sumideros de carbono naturales y a motivar a los gobiernos, terratenientes y otros implicados a priorizar la conservación", dijo. A lo que añadió que "Estados Unidos va a liderar con su ejemplo a nivel nacional y apoyará a otras naciones con bosques y a países en vías de desarrollo a establecer y conseguir ambiciosos objetivos en la conservación y restauración de estos sumideros de carbono".

Tras recordar que los bosques pueden ayudar a reducir las emisiones de CO₂ y otros gases contaminantes en más de un tercio, Biden subrayó que hay que atajar la deforestación "con el mismo serio proceso aplicado a descarbonizar la economía".