Publicada

A Sira Martínez González (Madrid, 2013) siempre le ha gustado escribir, "sobre todo con metáforas". Por eso, cuando vio la oportunidad de participar en el concurso literario I Premio de literatura infantil y juvenil 'Con mirada de...', organizado por Fundación Multiópticas, no dudó en lanzarse a la piscina y perseguir sus sueños.

Y poco tardó en llegar la mejor de las noticias. "Mi madre me dijo que tenía una novedad que darme. Imaginaba que sería algo relacionado con el concurso, pero jamás que la noticia sería que había ganado el primer puesto", recuerda Martínez González.

Por eso, cuando escuchó la buena nueva, solo podía llorar de alegría mientras pensaba: "Voy a ser escritora, publicaré muchos más", menciona la joven.

Tiene 12 años, y cuando le plantearon —desde la organización— el tema central, empezaron los primeros retos. "La cuestión de los refugiados me parece tan grande y diversa que no sabía por dónde empezar. Podría tratarse de una guerra en Kazajistán, de una huida de Arabia Saudí..."

Las opciones eran de lo más amplias y variadas, pero finalmente Martínez González optó por poner en práctica el concepto de menos es más. E indica: "Pensé que hacer una historia con menos detalles y con más posibilidad de imaginación sería lo más acertado".

Sira Martínez junto a Salomé Suárez y Nono Granero en la Feria del Libro de Madrid. Cedida

Añadió metáforas sobre la negatividad y el pesimismo que creyó que tendría un refugiado y así desarrolló el relato. "Tal vez sucede en un país árabe, tal vez sea un país más oriental, o a lo mejor lo protagoniza un niño o una chica de 20 años. Eres libre de imaginar", menciona la joven escritora.

Y es que escoger un único enfoque fue el mayor desafío para Martínez González. "Decidí que mi relato fuese un poco más ambiguo, para permitir que la imaginación de cada uno lo interpretara de maneras diferentes. No hay ninguna correcta ni incorrecta", afirma.

La mirada de Sira

"Cuando lo has perdido todo, cuando has presenciado la destrucción de todo lo que conoces, cuando tus ojos alcanzan a ver la ceniza... Ahí lo último que conservas es la positividad", explica Martínez González. Sin embargo, ha sido precisamente este planteamiento el escogido para darle la vuelta en su relato.

En la historia que narra la pequeña escritora, si no fuera porque su familia se lo pide desesperadamente, el personaje protagonista ni siquiera se plantearía buscar un nuevo hogar.

Esto, dice, "refleja su pesimismo a lo largo de todo el viaje, comparándose con lo que ve alrededor y mostrando que, después de que destruyeran su hogar, ya no se siente a salvo en ningún lugar, evaluando de qué manera se destruiría cada uno".

Sira Martínez junto a Nono Granero en la firma de libros de 'Un hogar indestructible'. Cedida

En contraposición a este sentimiento de desamparo, surgen nuevas formas de hacer sentir esa sensación de estar en casa sin la necesidad de tener una estructura de ladrillo y cemento.

Porque, indica Martínez González, "cuando encuentras el hogar llamado amor, no se le ocurre cómo destruirlo. Es un hogar indestructible".

Nace así el relato que ha terminado por convertirse en el I Premio de Literatura Infantil y Juvenil 'Con mirada de...', organizado por Fundación Multiópticas.

Y junto a este, hay cuatro historias más que completan la obra Un hogar indestructible y otros cuentos con la mirada de una persona refugiada, ilustrada por Nono Granero.

El poder literario

Pero, ¿cómo nace este concurso? Hemos de remontarnos a junio de 2024, cuando Carmen Posadas, patrona honorífica de la entidad organizadora, lanza la idea de dar voz a los niños y niñas para que, desde su propia mirada, cuenten historias "capaces de despertar empatía y conciencia social".

A partir de esa propuesta, explica Salomé Suárez Manzano, directora de relaciones corporativas y responsable de Fundación Multiópticas, el equipo, en colaboración con La Fábrica y Fundación Montemadrid, decide activar este premio "con el objetivo de invitar a niños de entre 8 y 12 años a reflexionar, a través de relatos breves, sobre la realidad de las personas refugiadas".

"Queríamos que los más pequeños pudieran expresarse con libertad, imaginación y corazón", declara Suárez Manzano. Y así ha sido: "Nos sorprendió la profundidad con la que los niños y las niñas entendieron una realidad tan compleja. Hablan de miedo, desarraigo, esperanza y amistad".

Lo hicieron, además, "sin adornos, sin prejuicios y con esa mirada tan limpia que solo los niños tienen", porque, continúa la responsable de la fundación, "nos recuerdan algo que a veces los adultos olvidamos: la capacidad de mirar al otro sin prejuicios".

"Los niños no señalan, abrazan. Cuando escriben o hablan sobre alguien que ha tenido que dejarlo todo atrás, no lo hacen desde el miedo o el rechazo, sino con una mirada más limpia, desde la comprensión y el deseo de ayudar", menciona Suárez Manzano.

'Un hogar indestructible y otros cuentos con la mirada de una persona refugiada'. Cedida

Ahora, la organización espera que la lectura de Un hogar indestructible "toque corazones y provoque preguntas y conversaciones, que invite a pensar, a sentir y a mirar de otra manera". Y aseguran, además, que esta no será la única edición que pongan en marcha de este concurso.

"Los niños tienen mucho que decir y hay muchos temas importantes que pueden abordar con una mirada sincera y valiente. Queremos seguir dándoles ese espacio para expresarse, reflexionar y compartir. Hay muchas historias aún por contar y ellos tienen una forma única de hacerlo", concluye Suárez Manzano.