La inteligencia artificial se ha convertido en una de las tecnologías más innovadoras de las últimas décadas. El impacto que está teniendo en España y en muchos otros países es notorio, desde el ámbito laboral al escolar y personal.
Son muchos los que advierten de los peligros de este tipo de tecnología, sobre todo dado que cuando es una IA generativa, puede tener alucinaciones y equivocarse, pero hay otros muchos usos incluso más interesantes donde el efecto es netamente positivo.
Uno de ellos es el que vemos en el campo de la medicina, donde la inteligencia artificial está ayudando a crear nuevos medicamentos y a mejorar procesos relacionados con la salud.
Esto es lo que hemos ido a comprobar a uno de los centros de Multiópticas, que ha desarrollado una nueva tecnología capaz de usar inteligencia artificial y realidad virtual en el proceso de creación de unas gafas progresivas de última generación.
Para entender las nuevas aplicaciones hemos hablado con José Antonio Mora, un optometrista con décadas de experiencia que nos ha explicado el cambio de paradigma que puede suponer el uso de esta tecnología.
Hemos visto cómo la IA mejora desde la velocidad de adaptación a la calidad del producto o la personalización del mismo. Para ello, nos hemos sometido a las pruebas que se realizarían a cualquier otro paciente.
IA en lentes progresivas
La primera aplicación de la inteligencia artificial en un producto comercial por parte de Multiópticas se ha dado en uno de los tipos de gafas más demandados a partir de cierta edad, las progresivas, porque los pacientes necesitan ayuda tanto para enfocar a larga, media y corta distancia.
La nueva prueba que realiza la empresa se realiza mediante un casco de realidad virtual y una aplicación que, durante unos pocos minutos, analiza la forma de mirar del paciente.
Multilens Pro AI
Como indica José Antonio, "hasta hace unos años la lente progresiva más avanzada era la que tenía zonas de visión más amplias, pero con este aparato podemos analizar cómo mira cada persona. Hay algunas que mueven los ojos, otros la cabeza... Esto crea un patrón de visión que se sintetiza en un algoritmo que podemos dar al fabricante para que cree las gafas de una determinada manera".
En ese momento nos pusimos las gafas de realidad virtual, sin quitarnos nuestras propias gafas, ya que no estábamos calibrando la visión sino la forma de mirar, y realizamos una prueba que consistía en perseguir con la mirad un pequeño dron que se movía, acercaba y alejaba. Justo antes tuvimos otra experiencia en un ascensor que servía simplemente para aclimatar al paciente.
Esto es así porque es normal que muchas de las personas que usen este método nunca hayan usado unas gafas de realidad virtual. Es curioso cómo en ocasiones movimos los ojos, en otras la cabeza y en muchas otras ambos.
José Antonio nos remarcaba que "no hay una manera buena y una mala de hacer la prueba. Lo importante es que se realice de una forma natural, ya que el sistema va a detectar la forma en la que miramos y luego lo va a plasmar en unos mapas de visión, similares a los mapas de calor de otras tecnologías".
Prueba con gafas de realidad virtual
La eficacia de esta tecnología se demuestra porque en ocasiones "se han realizado la misma prueba a otros pacientes meses después y los mapas de visión se mantienen prácticamente idénticos, lo que indica que la forma de mirar no cambia y que las gafas creadas para esta forma de ver servirán mucho tiempo".
En Multiópticas también usan en ocasiones la IA para medir las dioptrías, con unos dispositivos que analizan las gafas actuales de los pacientes y con datos como la profesión, la edad y otras, crea las preguntas que los facultativos deben hacer a los pacientes.
Esto ayuda a precisar las necesidades reales de cada paciente, mediante supervisión por parte de los optometristas.
Más personalización
La clave de esta tecnología es que permite adaptar las gafas a cada persona. Como indica el optometrista, "antes tú debías adaptarte a las gafas, pero ahora le hemos dado la vuelta a la tortilla, ahora son las gafas las que se adaptan a ti". Eso sí, "esto no elimina el resto de datos que se toman, sino que los complementan".
Y lo hemos podido comprobar. En el proceso de creación de unas gafas miden la agudeza visual, las dioptrías y otros parámetros, para tener la mayor información posible.
Mapas de visión
Además, los avances en tecnología permiten que la zona con más deformación de visión, algo inherente a las lentes progresivas por su propia definición, estén en las partes de los cristales que se usan menos. Pero es que esa parte depende de la forma de mirar de cada persona, y ahí es donde la personalización que amplía la inteligencia artificial y la medición mediante realidad virtual brilla de verdad.
En el proceso de creación de las gafas también se tiene en cuenta el día a día del paciente, su tipo de trabajo, cómo usa las gafas, etc. Según José Antonio, cuando él empezó a trabajar "la adaptación del paciente a unas lentes progresivas podía durar semanas o meses. Actualmente el proceso es mucho más rápido, de pocos días."
Gafas de realidad virtual
Eso sí, es consciente de que "sigue existiendo ese período, no hay que exagerar diciendo que ya no existe, pero se ha reducido tanto con respecto a lo que había antes que el beneficio es enorme".
Pese a que es la gama Excellence de Multiópticas la que usa los datos extraídos de las pruebas con inteligencia artificial para crear las gafas, José Antonio nos indicaba que él usa "la IA en todos los pacientes, aunque sea para recabar algunos datos que yo, desde la experiencia, pueda usar para recomendar un mejor modelo, una mejor montura, etc.
" La inteligencia artificial ayuda mucho, "pero no sustituye la experiencia de un optometrista, claro, pero sí nos sirve para obtener más datos y tomar mejores decisiones", añade.
Datos y más datos
Lo más llamativo de todo este proceso es la cantidad de datos que se tienen en cuenta para crear unas gafas lo más personalizadas posibles, y cómo la IA ayuda a ello. No sólo se crean mapas de visión, sino que se mide la distancia interpupilar, es decir, cuán separados están los ojos. También la distancia del ojo a la lente de las gafas.
"Un problema que mucha gente no tiene en cuenta es que el tamaño de la montura puede penalizar la comodidad y la experiencia. Hay algunas categorías de gafas que sí tienen en cuenta esto, y se crean lentes diferentes en función del tamaño del cristal final, según la montura que se haya elegido".
Sistemas de evaluación con IA
Pero hay más cosas además de los datos, como la actitud del paciente. Según José Antonio "hay pacientes que ponen de su parte y tienen un período de adaptación muy rápido y otros más reticentes que se cansan antes, que no se ponen siempre las gafas y las alternan con las antiguas... y al final tardan más en adaptarse."
Esto no es algo que dependa de la tecnología, claro, pero el uso de sistemas innovadores sí que hace que la predisposición de los pacientes sea mejor, en opinión de este experto.
Un proyecto innovador
Este tipo de tecnología lleva desarrollada en Multiópticas casi dos años, aunque a nivel comercial lleva disponible unos seis meses. La recepción está siendo muy positiva, y los pacientes se sienten confiados por el uso de esta nueva tecnología y entienden las mejoras que implica a la hora de crear sus gafas.
Además, hoy día no existen los límites en forma o tamaño de las gafas que podía haber antiguamente, y es relevante ya que cada vez se cambian antes.
Actualmente en España los pacientes de media cambian de gafas cada 3 o 4 años, aunque muchas veces es por moda, más que por necesidad. Eso sí, "en ciertos rangos de edad sí es normal tener que cambiar las gafas cada pocos años".
Multilens Pro AI
Al final se trata de obtener un producto que no deja de ser un accesorio diario, que nos ayuda con nuestra visión y que es muy importante que sea cómodo. El optometrista destacaba eso haciendo hincapié en que hay que elegir también la montura teniendo eso en cuenta, porque puede afectar a cómo vemos, si nos mareamos o no, etc.
El incremento de precio de la categoría de gafas que usa IA en los algoritmos de creación de las gafas no es especialmente más cara que la categoría anterior, poco más de 100 euros.
Esta diferencia de precio además incluye diferentes mejoras que el cliente puede elegir sin aumentar el coste, como el uso de una disminución de la luz azul por si pasa mucho tiempo delante de pantallas, lentes fotocromáticas que cambian de color con el sol para oscurecerse...