Dormir, eso que tanto nos gusta, pero que a veces con la edad va costando más. Sin embargo, según advierten los científicos, hacerlo mal puede tener graves consecuencias sobre la salud, tanto física como mental. Por ello, a partir de los 50, desde la Fundación Nacional del Sueño (EEUU) recomiendan dormir entre 7 y 9 horas al día para mantenerse saludables. 

Con ello, no sólo se podrá mantener la vitalidad de alguien de 20 años, sino que también tendrá un impacto positivo en el estado de ánimo y la salud física y mental. Como explica la doctora Carla Estivill, directora y responsable de investigación en la Fundación Estivill Sueño, en una entrevista a EL ESPAÑOL, “dormir poco, dormir mal o tener una disfunción de sueño conlleva a un malestar al día siguiente”.

Y los efectos más inmediatos, señala la doctora, son la somnolencia, la fatiga, un estado mental irritable o poca paciencia. Algo que afecta directamente en el rendimiento durante el trabajo, siendo más probable que la persona cometa errores y tome peores decisiones. 

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Pero a la larga, advierte en la misma entrevista Estivill, la falta de sueño está directamente relacionada con “problemas metabólicos, la obesidad, la diabetes y enfermedades cardiovasculares”. Y añade: “Hay algunos estudios que la relacionan incluso con algún tipo de cáncer y el envejecimiento patológico con demencia y con pérdida de memoria”.

Las preguntas mágicas 

Cada persona es un mundo, se suele decir. Pues con el dormir ocurre algo parecido. Según la Fundación Nacional del Sueño, cada persona tiene una cantidad ideal de horas de sueño. Y para saber si dormimos las suficientes, la Fundación indica que debemos hacernos una serie de preguntas. Algunas de las cuestiones para evaluar la necesidad individual de dormir son: 

  • ¿Eres productivo, saludable y feliz con siete horas de sueño? ¿O has notado que necesitas más horas de sueño para ponerte en marcha?

  • ¿Dependes de la cafeína para poder pasar el día?

  • ¿Tus actividades diarias requieren estar alerta para realizarlas de manera segura?

  • ¿Conduces todos los días u operas maquinaria pesada? ¿Alguna vez sientes sueño al realizar estas actividades?

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Cómo mejorar el sueño 

Cambiar cosas en nuestra vida puede ser algo complicado, pero a veces se pueden implementar una serie de pequeñas transformaciones que vayan mejorando poco a poco nuestra higiene del sueño. Según la Fundación Nacional del Sueño, existen cuatro categorías donde podemos aplicar cambios en nuestra vida: 

  1. Crear un dormitorio que induzca al sueño. Elegir el colchón o almohada que mejor se adapte a nuestras necesidades, elegir ropa de cama cómoda al tacto y que ayude a mantener una temperatura agradable durante la noche o evitar la exposición excesiva a la luz son algunas de las recomendaciones que realiza la Fundación. 
  2. Optimización del horario de sueño. Algunas de las recomendaciones en este ámbito abogan por establecer una hora fija para despertarse, tener cuidado con las siestas o fijar un tiempo de sueño cada noche. 
  3. Elaboración de una rutina previa a la hora de acostarse. En esta categoría se encuentran algunos consejos como realizar actividades relajantes durante al menos 30 minutos antes de dormir, como leer o escuchar música, evitar las luces demasiado brillantes o desconectarse por completo de los dispositivos electrónicos. 
  4. Fomentar hábitos favorables al sueño durante el día. Controlar la ingesta de cafeína, el alcohol o evitar comer demasiado tarde son algunos de los hábitos saludables que ayudan a conciliar mejor el sueño durante la noche.