Este desastre sísmico no podía haber sido peor. Ha sido catastrófico. Catastrófico ni siquiera engloba todo lo que ha ocurrido en el sur de Turquía y en el norte de Siria.  Es desgarrador que tras 12 años de guerra y tras la catástrofe económica a la que se ha enfrentado la propia Turquía durante los dos últimos años tengamos que experimentar este colapso absoluto de todo. Es realmente desgarrador.    

Apenas he dormido desde entonces y ni siquiera estoy en la zona del desastre. Estoy en Amán, Jordania. Sinceramente, me rompe el corazón esta situación. Muchos de nuestros empleados durmieron la noche del terremoto en sus coches con sus familias, con apenas una o dos horas de sueño y tratando desesperadamente de averiguar qué hacer a continuación.    

Hemos soportado multitud de sobresaltos. Primero se produjo un terremoto de 7,8 grados en la escala de Richter a las 4 de la mañana, y oímos relatos desgarradores de nuestro propio equipo que tenía que decidir a cuál de sus hijos coger para bajar corriendo las escaleras y a cuál dejar atrás.

El temblor duró entre un minuto y medio y dos minutos, y asustó muchísimo a todos los habitantes de la región. Incluso aquí en Jordania sentimos las sacudidas. También se sintieron en Líbano, Chipre y Grecia. A la una de la tarde, hora local, se produjo un segundo gran terremoto. Fue un poco más lejos, pero en la misma región.

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Si se puede decir así, “afortunadamente”, el desastre ha ocurrido en el corazón de la zona de respuesta de World Vision en Siria donde atendemos a personas que llevan años viviendo en condiciones extremadamente duras. Afortunadamente porque al menos podemos ayudarles. 

Un hombre y un niño rebuscando entre los escombros tras el terremoto Imagen cedida por World Vision

El paso fronterizo con el norte de Siria sigue abierto, aunque muy dañado. Por lo tanto, todavía pueden salir y entrar mercancías en el noroeste del país. Por desgracia, el noroeste de Siria no cuenta con las mismas estructuras y sistemas de gobierno que Turquía, por lo que sabemos que la capacidad de búsqueda y rescate de personas se ve gravemente obstaculizada y el trabajo es realmente angustioso.   

Muchas personas han huido de los edificios y ahora se alojan en asentamientos informales en tiendas de campaña para refugiados, viviendo con familiares y amigos. Hogares que ya estaban bajo presión antes del seísmo se ven ahora obligados a acoger a personas que lo han perdido todo. 

Desde las primeras horas después del terremoto intentamos contactar con nuestro personal, tanto en Turquía como en Siria, para comprobar que estaban a salvo. Lamentablemente una profesora que trabajaba en una de nuestras escuelas falleció junto a su marido y sus seis hijos

En estos momentos estamos realizando una evaluación rápida de las necesidades, en coordinación con otras organizaciones humanitarias internacionales. Ya hemos empezado a trasladar los calefactores de algunas de nuestras escuelas, donde las clases están suspendidas, así como a suministrar aceite y combustible para garantizar que las personas que sobreviven en refugios colectivos tengan calefacción. 

La mayor necesidad ahora son los refugios, y el combustible para proporcionarles calor, y artículos no alimentarios. También hay muchos riesgos de protección para los niños y niñas y estamos poniendo todos nuestros medios para mantenerlos a salvo.   

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El agua es otra de las principales necesidades que necesitamos cubrir. Muchas infraestructuras han resultado dañadas y muchos de los pozos donde la gente recogía agua han sido contaminados. Extremadamente importante es la atención sanitaria y el apoyo a los centros de salud que están tratando a los heridos sin olvidarnos de la protección infantil. 

Otra preocupación importante es la financiación. La respuesta a la crisis siria ya estaba muy infrafinanciada, lo que supuso el cierre anticipado de hospitales, centros de atención primaria y escuelas. Este terremoto no podría haber llegado en peor momento.  

Entrega de suministros esenciales en Siria Imagen cedida por World Vision

 

Esperamos lo peor, pero también lo mejor

Sin embargo, ahora está en marcha una gran respuesta y estamos haciendo todo lo que podemos. Hemos conectado con nuestros socios sobre el terreno en el noroeste de Siria y muchos de ellos tienen una capacidad significativa para asumir la financiación y llegar a los lugares de más difícil acceso, especialmente en el noroeste de Siria, pero también en Turquía. No ha habido ningún retraso a la hora de hacer llegar los recursos a las personas que más los necesitan.   

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Trabajamos con socios expertos. Confiamos en ellos, los conocemos y mantenemos con ellos relaciones desde hace mucho tiempo. Esperamos que la financiación que hemos comprometido sea sólo el principio.  

Nuestro equipo de operaciones está haciendo un trabajo increíble. Muchos de nuestros empleados se han visto afectados por la crisis. Les dimos la opción de trabajar o cuidar de sus familias y la mayoría dijo: 'Queremos ayudar. ¿Qué podemos hacer?' y ahora están evaluando las necesidades. Esto me demuestra las personas tan increíbles que tenemos trabajando para nosotros.   

*** Clynton Beukes, autor de la crónica, es director de Programas para la Respuesta en Siria de la oenegé World Vision.