Los bosques wampis se extienden por más de 1,3 millones de hectáreas del territorio peruano, pero generan agua para tres países, gracias a sus ríos voladores.

Así se conoce popularmente a los flujos aéreos masivos de agua en forma de vapor que vienen del océano Atlántico tropical y son alimentados por la humedad que evapora de la Amazonía.

El fenómeno estudiado por el científico Antonio Nobre, se da cuando las nubes en la Amazonía son empujadas por los vientos hacia otras zonas del continente, manteniendo un ciclo del agua vital para la agricultura. 

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Los wampis son un conjunto de 85 comunidades nativas con más de siete mil años de antigüedad, que protegen el bosque tropical más grande del mundo, dentro de este se encuentra el fenómeno que transporta agua a tres países andinos.

La nación wampis se encuentra en la zona nororiental de la Amazonía peruana, muy cerca de la frontera con el Ecuador que tras décadas de intensa lucha por la defensa del territorio, hoy lideran una poderosa iniciativa.

Wampis

La crisis del agua busca ser enfrentada a través de la protección del fenómeno de los ríos voladores que se producen por la magnitud de evaporación y transpiración de los bosques.

Según Nobre, un árbol frondoso transpira en promedio 1.000 litros de agua diariamente. Por ello, las estimaciones del biólogo Jorge Gálvez Roeder señalan que los bosques wampis podrían tener una evapotranspiración de hasta 34,5 mil millones de litros de agua al día, la cual genera lluvia tanto en el territorio peruano como en zonas vecinas del Ecuador y Colombia.

“Los ríos voladores no son mitos, son reales. También se les puede llamar técnicamente como evapotranspiración o ciclo del agua”, comenta Elio Nawech, ingeniero agrónomo y miembro de la comunidad.

Condensación del agua

Su masa boscosa almacena 522 millones de toneladas de carbono, que contribuyen a la mitigación del cambio climático con lo que sus bosques capturan 57 millones de toneladas de carbono por año y aportan a la meta nacional de reducción de emisiones para 2030.

El enemigo de los ríos

Si tomamos en cuenta que casi el 60% del territorio del Perú es amazónico y tiene registrados, al menos, 51 pueblos indígenas, los beneficios de los ríos voladores podrían multiplicarse de manera exponencial.

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Los datos oficiales señalan que entre agosto de 2020 y julio de 2021 la selva amazónica brasileña perdió 13.235 kilómetros cuadrados de vegetación, la mayor área degradada para un periodo de 12 meses en los últimos 15 años.

Por ello, es necesario el fortalecimiento de las economías indígenas basadas en la naturaleza que impulsan lo local en pro de lo global para proteger la selva y los ríos.

La minería ilegal que usa mercurio, cianuro y otros químicos daña la salud, extermina bosques y contamina ecosistemas ribereños. La expansión de áreas agrícolas, para monocultivos o agricultura de subsistencia, también causa pérdida de bosques y degradación.

Wampis

Según la Estrategia Nacional sobre Bosques y Cambio Climático, las causas directas de la deforestación están relacionadas principalmente con la expansión de la agricultura y la ganadería, seguidas por la minería ilegal y los derrames de petróleo, entre otros.

Estos problemas los han llevado a declararse en estado de emergencia esperando la intervención de la Defensoría del Pueblo, el Ministerio Público y otros organismos competentes para recuperar la armonía y la convivencia pacífica.

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Los bosques ubicados en territorios indígenas han demostrado estar en mejor estado de conservación, en comparación con otros tipos de bosque. Por eso, urgen soluciones innovadoras para asegurar sus servicios ambientales.

Sin duda, los wampís buscan alcanzar el Tarimaj Pujut o vida digna en armonía con la naturaleza y para conseguirlo, los rios voladores son la solución que aspiran extender al resto del globo terráqueo.