El mítico bar Jacaranda, uno de los establecimientos hosteleros con más personalidad y solera del Casco Histórico de Toledo, cuenta desde ahora con un nuevo atractivo para ser visitado. 

Durante unas obras de saneamiento de una pared que presentaba humedades ha aparecido un muro milenario cuyo origen ha sido datado en el siglo X por el personal del Consorcio de Toledo, entidad encargada de la protección patrimonial de la ciudad.

"Por los vestigios y la forma de colocar las piedras, intercaladas con una fila de ladrillos, el técnico que vino a hacer fotografías y a catalogarlo me dijo que era, sin duda, de la época islámica", ha contado a EL DIGITAL el propietario del Jacaranda, Ramón de Pablos, que lleva 43 años al frente de la taberna en el callejón de los Dos Codos, junto a la calle Alfileritos.

Durante unas obras

De Pablos ha explicado que el descubrimiento se ha producido a consecuencia de los últimos temporales de frío y lluvia que han azotado a la capital toledana. "Una de las paredes ya tenía humedades y después de las nevadas de Filomena en enero se empezó a abombar, pero con las dos DANAS de septiembre comenzó a agrietarse y tuvimos que llamar a un albañil para que lo arreglase", cuenta. 

Una de las grietas ya dejaba entrever parte de la piedra, pero la sorpresa se produjo cuando el obrero que tenía que arreglar los desperfectos comenzó a picar y comprobaron que toda la pared enyesada y pintada ocultaba un gran muro con siglos de historia a sus espaldas. "Decidimos descubrirlo todo y sanearlo para dejarlo a la vista, por supuesto, pero nadie pensó que fuera tan antiguo", asegura de Pablos.

De hecho, el dueño del bar Jacaranda cuenta que los "parroquianos", como llama cariñosamente a sus clientes habituales, iniciaron "auténticos debates" sobre los orígenes de la construcción, pero nadie se remontó tan atrás en el tiempo como finalmente constató el técnico del Consorcio.

Más restos

"Esa pared estaba revestida con al menos cuatro o cinco capas de cemento, cal y yeso. Siempre había estado así desde el año 1978, cuando cogimos el local. Ese año ya hicimos una reforma, pero entonces no descubrimos nada", afirma Ramón de Pablos, que sospecha que en el bar podrían aparecer nuevos restos islámicos: "Probablemente el muro, que es de contención, continúe en la pared que tenga dentro de la barra". Pero eso será para la próxima reforma. Por ahora, el descubrimiento ha constatado lo que muchos ya sabían, que el Jacaranda es historia de Toledo.