El candidato de Vox a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, David Moreno, ha hecho un balance agridulce de la noche electoral para su partido en Castilla-La Mancha puesto que pese a "haber superado todas las previsiones de todas las encuestas, no se ha conseguido desterrar las políticas socialistas", por lo que ha asegurado que "no es un día para celebrar".

Moreno hacía este análisis en su segunda comparecencia ante los medios de comunicación cuando ya se conocía el cien por cien del escrutinio que daba a García-Page su tercer mandato consecutivo al frente de la Presidencia de Castilla-La Mancha. En la anterior, con el resultado final todavía en el aire, había dado las gracias a "los que han confiado en Vox para que traigamos la alternativa a Castilla-La Mancha".

Ya con la cifras definitivas, Moreno aseguraba que "Vox se ha consolidado como uno de los principales partidos en nuestra tierra, el que más ha crecido, superando las previsiones de todas las encuestas".

Pese a todo, reconocía que "no es un día para celebrar" porque no haber logrado su gran objetivo, "desterrar las políticas socialistas". No obstante, subrayaba que "vamos a liderar la oposición al socialismo liderado por Page" con "un equipo muy preparado y lleno de ganas para defender nuestras ideas".

"Muchos castellanomanchegos han puesto la esperanza en nuestro proyecto y frente a lo que han venido haciendo los partidos de siempre, Vox no va a traicionar a sus votantes", añadía Moreno, quien recordaba que en 2019 Vox no tuvo ningún diputado regional y ahora tendrán cuatro representantes en la Cortes de Castilla-La Mancha.