Paco Núñez es un buen candidato del PP para enfrentarse al presidente Emiliano García-Page en Castilla-La Mancha. Las encuestas le abren puertas y dicen que puede gobernar en la región. Su perfil todavía tiene amplio margen de mejora y aún necesita mimetizarse mucho más con la sociedad castellano-manchega, pero Paco Núñez es un político trabajador y voluntarista, pletórico de animosidad y buen talante, con más ganas que nadie. Está cargado de energía y de ilusión y con un poco de buena suerte quién sabe si algún día puede alcanzar la gloria deseada del Palacio de Fuensalida. Todo está por ver. De momento Page va muy por delante porque ha sabido entender como nadie la naturaleza esencial de los castellano-manchegos y, en el mejor estilo Pepe Bono, se ha labrado un perfil político que todo el mundo entiende bien en la región. Pero Núñez tiene todos los futuribles de par en par, mira lejos y largo de ambiciones, y pese a los conatos y algunas tonterías, es un líder consolidado entre los populares de Castilla-La Mancha. Que levante el dedo el que piense lo contrario. Por eso no entiendo bien que el PP se muestre siempre tan acomplejado y vulnerable a la rumorología y sucumba tanto a la propaganda socialista, tan de doble puntada y malas intenciones. Ni que tenga que salir Pablo Casado a diluir las “dudas” en torno a Paco Núñez. ¿Dudas? ¿qué dudas? ¿es que las había? Es sorprendente la capacidad del PP para el complejito y de Casado para tragarse a trangullones toda la artillería que mandan desde el lado socialista.