La ministra de Defensa y presidenta del PP de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, tuvo ayer un gran protagonismo durante los actos que se celebraron en Toledo con motivo del Corpus Christi. Mientras el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, encabezaba la representación del Gobierno regional en el cortejo que desfiló delante de la Custodia de Arfe, Cospedal era centro de atención de los fotógrafos y de las cámaras de televisión asomada a uno de los balcones de la Delegación del Gobierno, donde compartió espacio con las decenas de invitados que siguieron desde allí la ceremonia, entre ellos el secretario de Estado de Defensa, Agustín Conde. Cospedal no había sido invitada por el Arzobispado a la procesión, por lo que no pudo hacer el recorrido durante su desarrollo.

Eso no le restó importancia a su presencia. Más bien al contrario ya que al final de la procesión se produjo el tradicional desfile de las Fuerzas Armadas que custodian el cuerpo de Cristo y fue ella la encargada, como ministra de Defensa, de presidir el paso del Ejército por la plaza de Zocodover. Aparte del instante en que pasa la Custodia, el desfile de los militares de la Academia de Infantería de Toledo es el momento más intenso y emotivo que se vive en la plaza toledana, donde los soldados reciben permanentes aplausos de los asistentes. En este caso también fue ovacionada repetidamente la ministra, que se mostró muy elegante y sencilla con una camisa blanca sin mangas y una falda azul evasé.