Ni las estrellas más rutilantes de Hollywood tienen semejante promoción a la hora de lanzar sus películas: lona de gran formato en fachada principal, vinilos para cristales en más de 400 oficinas de cinco comunidades autónomas, spots publicitarios en televisión y redes sociales, multitudinaria convocatoria de periodistas, prensa, radio… -“no quiero que me lo superes, con que lo iguales tienes… para toda la vida, ¡Iguálamelo, pájaro¡”- Una promoción no para anunciar nuevos productos financieros, resultados o firmas de convenios al uso, sino para sensibilizar y denunciar un drama social de inciertas consecuencias. Eurocaja Rural, de la mano del paisano de Montiel (Ciudad Real), José Mota, ha lanzado una campaña para visibilizar y llamar la atención acerca de la despoblación y la exclusión financiera, cada vez mayor, que sufre gran parte del territorio del Estado español –“te pido por Dios que no cuentes ná…que ya lo cuento yo… hoy no, mañana”.

Un sector donde últimamente tan sólo se hace presente para anunciar cierre de oficinas, despido de miles de trabajadores, con la pandemia y la crisis económica actuando como acelerador. Un proceso de recortes muy doloroso mientras sus altos directivos, a los que no les afectan estas reducciones, siguen percibiendo millonarias retribuciones, bonus, o adineradas aportaciones a sus planes de pensiones –“sus viá crujir vivos”-, según denuncian sindicatos y otros colectivos. Un desarrollo no concluido, con un elevado coste social, que la patronal bancaria pretende prolongar al entender que hay margen todavía para más salidas. Una búsqueda de la rentabilidad basada mayoritariamente en el cierre de oficinas y reducción de plantillas, que sólo en este año pueden superar la cifra de unos 15.000 despidos y otras tantas oficinas clausuradas -"como están las cabezas"-.

Hoy sacar dinero en un cajero, abonar un préstamo o multa, o cualquier otra operación se ha convertido en misión casi imposible en una España despoblada que, de un tiempo hasta esta parte, se ha ido vaciando de oficinas bancarias -"fue morirse y me retiró el saludo"-. Entonces, es de destacar la firmeza y apuesta de Eurocaja Rural en su lucha por la exclusión financiera en todos estos territorios, ofreciendo sus servicios allí donde sean necesarios, independientemente de su tamaño o lugar de residencia de sus socios y clientes. Una actuación impecable gracias al tradicional conocimiento diferencial que tiene Eurocaja Rural del entorno local desde su fundación. Una labor que redunda en el progreso y desarrollo de estas poblaciones y el bienestar de sus ciudadanos. Un modelo de negocio que se extiende cada día por la España despoblada que otros abandonan, con más oficinas y puestos de trabajo creados, reafirmando así su compromiso con los diferentes sectores económicos y sociales allí donde está presente-"y no pasa na...es mejor ser como tú eres"-.

El Pasante agradece a José Mota su contribución en la redacción de esta columna