El 4 de diciembre se celebra el Día Internacional de las Personas con Discapacidad y en la capital regional se celebra de una manera especial. Ese día, en las Cortes de Castilla-La Mancha, por la mañana, tendrá lugar el pleno por la Discapacidad Intelectual y Parálisis Cerebral de la Federación Provincial Marsodeto. Un acto que tiene una gran acogida y que se inició a finales de los 90, gracias a la expresidenta de las Cortes, María Blázquez, y Marsodeto.

Está previsto que usuarios representando a cinco asociaciones de las 19 que componen la Federación hablen y reivindiquen durante unos minutos sobre asuntos tan vitales para ellos y sus familiares como el envejecimiento, la atención temprana, el empleo y la vida inclusiva. Lo harán ante la consejera de Bienestar Social, el presidente de las Cortes y de los políticos y representantes de la ciudadanía castellano-manchega, si bien los problemas son también de índole nacional.

La Ciudad Imperial será una fiesta durante la mañana con la participación de medio millar de personas por las calles, movimientos de autobuses, visitas guiadas a la catedral y al salón de plenos del Ayuntamiento. Ello como resultado de la generosidad y buena voluntad del Ayuntamiento, que ha dispuesto 13 guías para la ocasión, y del deán de la catedral. El colofón será una comida fraternal con participación de varias autoridades.

Faltan oportunidades y adaptaciones

El mundo de la discapacidad intelectual sigue reivindicando un mejor trato y el destino de más recursos para que puedan participar y acceder al mercado laboral como los demás. De igual modo, necesitan que se les dé más facilidades a la hora de instalar rótulos y letreros para que lo puedan leer mejor. Con oportunidades para el empleo tanto en el sector público como en el privado. Las Cortes de Castilla-La Mancha, entre otras instituciones públicas, dan un buen ejemplo, pues disponen de dos empleadas con síndrome de Down desde hace bastantes años. Quien dice esto también solicita que puedan disponer de baños y duchas adaptados para ellos. Casas tuteladas donde convivan como los demás, que ya existen varios ejemplos localizados en varias poblaciones importantes. En estas viviendas tienen sus ojos puestos muchos familiares; algunos están esperando a acceder a un centro de día casi dos años. La preocupación de los padres surge al pensar cuál será el futuro de sus hijos cuando ellos no estén.

En definitiva, que cada vez más nos vayamos acercando a una plena inclusión, que no se queden las actuaciones en palabras que se sueltan una vez al año y luego se olvidan. A un servidor le resulta muy gratificante cuando acudo a grandes almacenes y veo a un discapacitado intelectual como empleado. Es lógico que empresas que emplean a estas personas gocen de una deducción fiscal o ciertas exenciones.

Ciertamente, el avance en nuestra sociedad ha sido grande; cada vez hay menos familias que mantengan a sus hijos en sus casas y, afortunadamente, nadie mira con extrañeza a estas personas. Se necesitan más centros de día. Verlos con naturalidad con empatía y mejor, con cariño es un reto a conseguir. Poco a poco vamos camino de cumplir la plena inclusión. Es un día grande para Marsodeto y las más de 2.000 personas que se cobijan bajo su paraguas.