El Partido Popular tiene una visión muy crítica de la gestión que está realizando en Castilla-La Mancha el Gobierno de Emiliano García-Page, peor aún desde que Podemos forma parte del Ejecutivo y condiciona los presupuestos regionales y las políticas de la Junta de Comunidades. El trabajo de oposición del PP, con más o menos acierto según los casos, está siendo intenso y contundente y tiene como gran objetivo llegar a las elecciones autonómicas de mayo de 2019 en condiciones de obtener mayoría absoluta y desalojar a Page y Podemos del poder. El principal horizonte político de los populares es recuperar la Presidencia de la Junta y aplicar en Castilla-La Mancha decisiones y políticas que arreglen el "desastre" que, a su juicio, está suponiendo esta legislatura para la comunidad autónoma.

Para ello el PP de Castilla-La Mancha lleva tiempo organizándose de forma activa y cohesionada y engrasando su maquinaria política bajo el liderazgo de María Dolores de Cospedal y la supervisión diaria de su número dos, el secretario regional del partido, Vicente Tirado, que está sabiendo mantener unidas y en buena forma todas las estructuras internas de esta formación política. Aún no está claro quien será el candidato a la Presidencia de la Junta, pero sí parece seguro que la primera opción es Cospedal y que, en caso de que finalmente esto no sea posible, el cartel electoral lo encabezará el propio Tirado, indiscutido e indiscutible en estos momentos en su puesto en el PP castellano-manchego.

Ganar y gobernar es su gran horizonte en nuestra región y el PP está bien organizado para ello, aunque la fortaleza del presidente García-Page y del PSOE es alta actualmente y la batalla electoral del 2019 se presenta muy reñida. Es posible que el pacto socialista con Podemos desgaste electoralmente al PSOE regional, pero aún así no será fácil para el PP combatir y doblegar al presidente de la Junta y al potente liderazgo que ejerce en el socialismo castellano-manchego.