El alcalde de Toledo, el popular Carlos Velázquez, se encuentra en un momento dulce de su carrera política. Acaba de cumplir sus primeros cien días en la Alcaldía, tiene bien engrasado el pacto de gobierno del PP con Vox y parece convencido de que el arranque de su gestión apunta en la buena dirección. Este lunes, en comparecencia de prensa, Velázquez explicó que Toledo "necesitaba" un cambio de rumbo y que "hemos estado a la altura", apuntando que su equipo de gobierno será "sólido, estable y duradero".

Aunque desde la oposición socialista y el anterior equipo de la exalcaldesa Milagros Tolón se considera que este periodo inicial ha sido un "tiempo perdido" para Toledo, Carlos Velázquez se siente fuerte y optimista y cree que estos primeros cien días han sido de "trabajo bien hecho" en beneficio de los toledanos.

En este contexto, EL ESPAÑOL EL DIGITAL CLM ha podido saber de fuentes de toda solvencia que el presidente del Senado, el también popular Pedro Rollán, ha puesto este lunes por las nubes a Carlos Velázquez en una comida privada, tanto en su faceta como alcalde de la capital de Castilla-La Mancha como en su labor de dirigente provincial del PP y en otras responsabilidades políticas e institucionales que ha tenido con anterioridad.

Según Rollán, Carlos Velázquez está siendo un "alcalde fabuloso" para Toledo que va a poner la ciudad "patas arriba" en sentido positivo y que sabrá estar a la altura del reto que supone ser la primera autoridad municipal en una ciudad que no sólo es la capital de Castilla-La Mancha, con todo lo que eso implica, sino que, además, es una ciudad Patrimonio de la Humanidad y tiene por delante una importante tarea por desarrollar.

En este entorno privado, el presidente del Senado recordó que Velázquez fue un "gran" alcalde de Seseña y dijo que ahora lo será también Toledo, como, desde su punto de vista, ya ha empezado a demostrar.

Como hemos informado, Carlos Velázquez dijo este lunes en su comparecencia que hay "pasar página de la arrogancia y del desdén" tras 16 años de mandato socialista en la capital y "abrir la puerta a la humildad, a la sencillez y a la empatía", apostando por la "política útil" que beneficie a los ciudadanos y genera unidad y no división en la sociedad.