Uno se alegra cuando algún paisano, aunque sea regional, prospera en su carrera de la vida. Por eso la noticia de que el rodense Antonio Moreno Marqueño ha sido elegido vicepresidente del Comité Olímpico Español es una buena noticia. Y lo es por partida doble, porque hasta ahora el paisano albacetense era y, esperemos que lo siga siendo durante muchos años, presidente de la Federación Española de Karate, que no hace falta decir que es la institución que está detrás de la supercampeona talaverana Sandra Sánchez que tantas alegrías europeas, mundiales y olímpicas nos ha dado en los últimos años.

Cuando después de la primera alegría uno lee la noticia más detenidamente se le enfría un poco el ánimo. Antonio Moreno ha sido elegido vicepresidente del COE en representación de las federaciones de disciplinas no olímpicas, algo que nos recuerda que un deporte en los que España es una verdadera potencia mundial no estará representado en la próxima cita olímpica debido a la decisión de un Comité Olímpico Internacional que, además de ser una cueva de corruptos y ladrones como demuestran los últimos casos conocidos en las adjudicaciones de los Juegos Olímpicos desde hace décadas, decide qué deportes participan en ellos. Es sangrante que el karate, en el que la seguridad de los contendientes está por encima de cualquier otra consideración, se elimine de las olimpiadas, mientras se mantiene vergonzosamente en ellas como deporte de combate un deporte como el boxeo, cuyo triunfo máximo consiste en liquidar al adversario por conmoción cerebral.

Pero bueno, lo de depurar un movimiento como el olímpico, que surgió como la revitalización de unos ideales de perfección y belleza que contribuirían a hacernos mejores, y se ha convertido en un negocio que provoca vergüenza ajena, es tarea para largo y en la que conviene que se empleen aquellos que, como quien nos ocupa, ha gestionado una institución con los resultados que la figura de Sandra Sánchez personifica a la perfección. Con el de La Roda dentro del COE hay más posibilidades de que el karate vuelva a las olimpiadas y de que allí estén los sucesores de Sándra.

La tarea no es pequeña porque en realidad lo que ocurre con el karate es solo un síntoma del mal que desde hace décadas corroe desde la base al movimiento olímpico.

A España y a la ciudad de Madrid le deben esa maraña de jeques, príncipes, comerciantes y corruptos del COI al menos dos olimpiadas, como se ha demostrado  fehacientemente; aunque me temo que esa deuda, como la pretendida Copa de Europa del Atleti, no la cobraremos jamás. Suerte para Antonio Moreno.