La temporada del CD Toledo se ha convertido en una auténtica montaña rusa de emociones para jugadores y aficionados. Un equipo capaz de hacer algunas veces lo mejor como ganar en el campo del todopoderoso Fuenlabrada o deshacerse como un castillo de naipes en partidos teóricamente encarrilados y contra equipos inferiores en la clasificación como el Cerceda.

Un continuo cambio de caras que a seis jornadas para el final de liga le mantiene en la cuerda floja ocupando el puesto de play-out a Tercera División.

El primer dato que llama la atención es la incapacidad que ha tenido el Toledo para retener puntos. Se ha convertido en una triste costumbre que partidos que parecían perfectamente amarrados se escapen entre los dedos. Esta circunstancia se ha repetido tanto que si nos vamos a la clasificación y nos quedamos con los resultados al descanso, el CD Toledo poseería 46 puntos (12 más de los que tiene) y ocuparía la zona tranquila de la clasificación.

Diferencias entre local y visitante

La mayoría de esos puntos se han escapado del Salto del Caballo. El campo que en otras temporadas ha servido al equipo para cuajar actuaciones muy destacadas, se ha convertido en un escenario que parece atenazar al equipo. Tanto es así, que tan solo hay dos equipos en el Grupo I que hayan sumado menos ante su público que el Toledo (18), son Cerceda (12) y el próximo rival de los verdes, el Racing de Ferrol (17).

Estos números contrastan con los guarismos como visitante. En esa hipotética clasificación los verdes ocuparían una cómoda 9ª plaza con 16 puntos, los mismos que Castilla y Celta B.

Unas estadísticas que como mínimo llevan a pensar a los aficionados del CD Toledo que tocará sufrir, y mucho, hasta el final. De momento, la próxima parada es un partido vital en el campo del Racing de Ferrol que con los números en la mano nos habla de uno de los peores locales contra un visitante bastante decente. Veremos si esta lógica se cumple.