El CF Talavera de la Reina no quiere moverse de El Prado. En casa se siente cómodo, se encuentra a gusto y su torrente de fútbol se ve acompañado de goles y seguridad atrás para sacar los partidos con solvencia. Así sucedió ante el Celta B en un duelo en el que los blanquiazules, una vez se pusieron por delante, manejaron el choque a su antojo hasta el definitivo 3-0. 

Los cerámicos, eso sí, sufrieron algunas acometidas por parte de los vigueses en los primeros compases del encuentro. De hecho, Ernesto Machuca tuvo que intervenir para anular los remates de Dennis y Juan Hernández. 

Poco a poco retomó el control el cuadro de Fran Alcoy, que metió el miedo en el cuerpo a su rival en jugadas a balón parado. De hecho, en una de ellas, un córner botado al punto de penalti, apareció Mario para rematar con fuerza a las mallas el primer tanto del encuentro. Corría el minuto 43 y el gol hizo daño a los celestes, que se marcharon a los vestuarios tocados tras el 1-0 de los locales. 

Sentencia y tranquilidad

En la segunda mitad, el conjunto talaverano saltó dispuesto a sentenciar la contienda en cuanto tuviese ocasión. Primero avisó con una oportunidad de Melchor y, en el minuto 64, confirmó sus intenciones con el tanto de Espinar. El delantero del cuadro blanquiazul aprovechó un error en la zaga para batir al meta gallego y poner tierra de por medio en el marcador. 

El gol puso el encuentro franquicia para los talaveranos, que vieron más cerca los tres puntos con la expulsión por doble amarilla del visitante Adri. De hecho, unos minutos antes de quedarse con diez el Celta B, pudo sentenciar Jesús Jiménez, pero su remate se marchó al larguero. No falló el atacante con el partido prácticamente terminado, en el descuento, cuando culminó un contragolpe para sellar el 3-0 para un Talavera que vive feliz en El Prado.