Lejos quedaron los anuncios de champú y el pelazo que lucía el día de su debut. Iker Casillas se ha rapado. El que fuera portero del Real Madrid ha decidido seguir la moda que han iniciado algunas personas públicas de dejar 'al cero' su cabeza durante el confinamiento por la crisis sanitaria del coronavirus. Después de que Eden Hazard sorprendiera a sus seguidores el pasado jueves, el último en sumarse ha sido el español.

El candidato a la presidencia de la Real Federación Española de Fútbol pasa en Oporto estos días en los que toda Europa, y todo el mundo, vive la amenaza de la pandemia del Covid-19. Desde ahí trata de dar ejemplo mediante iniciativas para poner en marcha donaciones y todo tipo de ayudas a la sanidad, así como con conversaciones como la que tuvo esta semana con Fabio Cannavaro donde analizaban las consecuencias de esta crisis.

Casillas sigue con la mente puesta en las elecciones de la RFEF, aunque se desconoce su fecha después de que la alerta que ha generado esta pandemia cancelase todos los eventos que tenía pendientes el Consejo Superior de Deportes y el resto de federaciones deportivas nacionales. Ante el aplazamiento de los Juegos Olímpicos a 2021, la posibilidad de que las elecciones se pospongan al próximo año han crecido para que se mantenga la tradición de que sean en año olímpico.

"Vendrán noticias positivas. Juntos", era el mensaje que lanzaba el que fuera guardameta de la Selección española en su época más gloriosa. Ahora de forma más ligera, Casillas no se quita de la cabeza su intención de destronar a Luis Rubiales de su puesto y este tiempo le está sirviendo para buscar fórmulas para obtener la victoria. Al fin y al cabo, ha obtenido un tiempo extra inesperado para hacer una estrategia más elaborada.

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