El Real Madrid ha pasado por encima del Celtic en el último partido de la fase de grupos de la Champions. Una sonora goleada por 5-1 que ha permitido que los de Carlo Ancelotti terminen como primeros esta ronda inicial de la máxima competición continental. Sin embargo, los jugadores el equipo blanco no son los únicos que han arrasado allí por donde han pasado. 

Con la misma frecuencia con la que caían goles en la meta de Joe Hart en el Santiago Bernabéu se han acumulado kilos y kilos de basura en la conocida Plaza Mayor de la ciudad de Madrid en las últimas 24 horas. El paso de los ultras del Celtic, temidos en toda Europa, ha cumplido con las terribles expectativas que manejaban tanto la Policía como el Ayuntamiento y los medios de comunicación. 

Se esperaba la llegada de 10.000 escoceses descontrolados hasta la ciudad de Madrid de los cuales solo 3.000 contaban con entradas para el partido. Esos 7.000 restantes tenían tiempo de sobra para beber, cantar, generar disturbios y alboroto y molestar a todos los ciudadanos de la capital que pasaban a su lado. 

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Como viene siendo habitual, la Policía les ha concentrado en la Plaza Mayor, un lugar amplio, céntrico y que permite un fácil y controlado traslado hasta el Santiago Bernabéu. Sin embargo, las consecuencias de su estancia se han podido ver desde la noche de este martes hasta la tarde el miércoles. 

La basura se ha acumulado como pocas veces se ha visto en este tipo de lamentables concentraciones y es que no es habitual que haya un desplazamiento tan masivo como el que han realizado los aficionados del Celtic. Los más radicales han sido los que mayores molestias han causado, generando algunos desperfectos en las terrazas de los bares de la zona y dejando unas cantidades de suciedad que han llamado mucho la atención.

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Las quejas de los vecinos de la Plaza Mayor han sido numerosas en las últimas horas. A pesar de que no ha habido que lamentar graves incidentes y que la Policía ha podido tener, dentro de lo posible, la situación controlada, las imágenes que se han visto han supuesto un grave perjuicio para la ciudad de Madrid.

Bolsas, latas, bebidas y todo tirado por el suelo, miles de personas completamente alcoholizadas, cantando y festejando al límite de sus capacidades y la preocupación constante de que, en cualquier momento, todo pudiera saltar por los aires. Aunque no ha habido que lamentar daños graves, se trata de una situación que sin duda no debería repetirse.